“¡Señor,
auméntanos la Fe!”
Domine, adauge nobis
fidem
Riviera
Maya, México; Mayo 27 del 2020.
MÍSTICA
Por: Lilia Garelli
“…Que cada cual ponga
al servicio de los demás la gracia que ha recibido,
como buenos administradores de las diversas
gracias de Dios…”
1 Pedro 4, 10
ID TAMBIÉN VOSOTROS A MI VIÑA (4)
Muy
estimados en Cristo:
Para terminar este tema, tocaremos dos puntos
más: las diversas vocaciones laicales y la
importancia de crecimiento espiritual continuo por parte de los fieles laicos “…para que deis más fruto…” nos dice San
Juan Pablo II en el Capítulo V de la Exhortación Apostólica Christifideles Laici .
Una vez que hemos reconocido la invitación del Señor
para ir a Su Viña, cabe la reflexión en cuanto a la forma en que podemos cada
uno de nosotros “laicos” poder cooperar en el trabajo apostólico; sin duda es importantísimo que no olvidemos
que el Señor a través de la Iglesia no nos pedirá lo que no sea propio de
nuestro estado de vida, esto es: “dentro del
estado de vida laical se dan diversas ―vocaciones―, o sea diversos caminos
espirituales y apostólicos que afectan a cada uno de los fieles laicos…” (SJPII
CFL No. 56)
Y es natural
que así lo reconozcamos, porque en ningún caso nos pediría aquello que fuera en
contra de nuestro estado de vida: por ejemplo:
una persona casada no puede simplemente abandonar sus obligaciones para
con su familia y dejar todo, porque de antemano ya ha adquirido una forma
natural de ser apóstol en su propia familia y los miembros secundarios como
tíos, primos, cuñados, suegros, etc.; lo más seguro es que ellos te necesiten
más que aquellos que están fuera del núcleo familiar.
“…En la Creación Dios mandó a las
plantas producir sus frutos, cada una “según su especie” (Gn 1,11). El mismo mandamiento dirige a los cristianos,
que son plantas vivas de su Iglesia, para que produzcan frutos de devoción,
cada uno según su estado y condición…” (SJPII CFL No. 56)
El Concilio Vaticano II lo menciona en el II Decreto
sobre el apostolado de los laicos “apostolicam
Actuositatem 4” “Este comportamiento espiritual de los laicos debe asumir una
peculiar característica del estado de matrimonio y familia, de celibato o de
viudez, de la condición de enfermedad, de la actividad profesional y social. No
dejen, por tanto, de cultivar constantemente las cualidades y las dotes
otorgadas correspondientes a tales condiciones, y de servirse de los propios dones
recibidos del Espíritu Santo…” Esto es, sin importar nuestro estado
de vida, es posible hacer uso de los dones recibidos del Espíritu Santo para
compartir el Mensaje de la Vida Nueva anunciado por Jesucristo.
Como bien lo explica la Exhortación Apostólica en
cuestión de este artículo, el fiel laico debe estar atento, de los signos de su
tiempo; esto es, de su diario hacer, el reconocer el camino que Dios nuestro
Señor le ofrece para seguir su misión en la vida, siendo especialmente propicio
en algunas etapas como en la adolescencia, la juventud y la adultez, pero
también en cualquier momento de nuestra vida cotidiana es posible servir a Dios
siendo ese sarmiento unido a la vid. “… Toda actividad, toda situación, todo esfuerzo
concreto; por ejemplo: la competencia profesional y la solidaridad en el
trabajo, el amor y la entrega a la familia y a la educación de los hijos, el
servicio social y político, la propuesta de la verdad en el ámbito de la
cultura, son ocasiones providenciales para un ―continuo ejercicio de la fe, de
la esperanza y de la caridad―…” (SJPII
CFL No. 59).
Formación
Integral de los Fieles Laicos:
San Juan Pablo II nos exhorta diciendo: “…Se revela hoy cada vez más urgente la formación
doctrinal de los fieles laicos, no sólo por el natural dinamismo de
profundización de su fe, sino también por la exigencia de ―dar razón de la
esperanza―que hay en ellos, frente al mundo y sus graves y complejos
problemas…” (SJPII CFL No.60)
Gracias a Dios, hoy día hay diversas maneras de
formación, éstas pueden ser:
-
Catequesis simple en las diversas
Iglesias.
-
Cursos de Formación Bíblica
impartida en las Parroquias o bien en instituciones católicas reconocidas a
manera de Cursos de iniciación o bien de Diplomados.
-
Cursos de Fe Católica y Doctrina
Social de la Iglesia, impartidos en Movimientos Católicos o en instituciones
universitarias católicas,
-
Diversas formas de conocer los
Evangelios, como Encuentros con Cristo, Lectio Divina, etc.
-
Cursos Vía Internet por
instituciones católicas reconocidas. Catholic Net, EWTN.com, Infocatolica.com,
Aciprensa.com, etc. es importante preguntar sobre las páginas católicas para
evitar confusiones de fe.
-
Estudios avanzados como:
Licenciatura de Ciencias Religiosas, Licenciatura y Maestría en Filosofía y
Teología, Licenciatura y Maestría en Bioética y del Matrimonio y la Familia, etc.
Lo importante de toda esta formación es tomarla poco a
poco, de acuerdo al tiempo que se tenga, claro está que en ocasiones debemos
hacerle el tiempo, ya que siempre que se quiere lograr algo, se lucha por ello.
Es importante hacer notar que Dios nuestro Señor pide
que vayamos a su viña y que estemos siempre cerca, como el sarmiento está junto
a la vid. Toda la formación espiritual
que reciba el fiel laico a través de la oración o bien de la formación, será un
medio de maduración de su fe y será interiormente guiado por el Espíritu Santo
para suscitar:
1.- sencillez – no protagonismos;
2.- humildad en el actuar – no soberbia y suficiencia;
3.- unidad con la Iglesia – no causa de crítica o juicio;
4.- líder positivo – no causa de división;
5.- apóstol intrépido – que no se asusta con retos que encuentre en el camino;
6.- ejemplo de caridad y
responsabilidad en su familia – no de abandono de los quehaceres propios de su estado
de vida;
7.- apóstol con iniciativas – que no busca su comodidad.
“…El que permanece en mí como yo en él,
ése
da mucho fruto, porque
separados de mí,
no podéis hacer nada…”
Jn 15, 5
Afectísima en Jesucristo,
Lilia
Garelli
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