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martes, 26 de mayo de 2020

MÍSTICA - LILIA GARELLI - ID TAMBIÉN VOSOTROS A MI VIÑA (4)


“¡Señor, auméntanos la Fe!”
Domine, adauge nobis fidem


Riviera Maya, México; Mayo 27 del 2020.

MÍSTICA
Por: Lilia Garelli


“…Que cada cual ponga al servicio de los demás la gracia que ha recibido,
 como buenos administradores de las diversas gracias de Dios…”
 1 Pedro 4, 10


ID TAMBIÉN VOSOTROS A MI VIÑA (4)

Muy estimados en Cristo:

Para terminar este tema, tocaremos dos puntos más:  las diversas vocaciones laicales y la importancia de crecimiento espiritual continuo por parte de los fieles laicos “…para que deis más fruto…” nos dice San Juan Pablo II en el Capítulo V de la Exhortación Apostólica Christifideles Laici .

Una vez que hemos reconocido la invitación del Señor para ir a Su Viña, cabe la reflexión en cuanto a la forma en que podemos cada uno de nosotros “laicos” poder cooperar en el trabajo apostólico;  sin duda es importantísimo que no olvidemos que el Señor a través de la Iglesia no nos pedirá lo que no sea propio de nuestro estado de vida, esto es: “dentro del estado de vida laical se dan diversas ―vocaciones―, o sea diversos caminos espirituales y apostólicos que afectan a cada uno de los fieles laicos…” (SJPII CFL No. 56)

Y es natural que así lo reconozcamos, porque en ningún caso nos pediría aquello que fuera en contra de nuestro estado de vida: por ejemplo:  una persona casada no puede simplemente abandonar sus obligaciones para con su familia y dejar todo, porque de antemano ya ha adquirido una forma natural de ser apóstol en su propia familia y los miembros secundarios como tíos, primos, cuñados, suegros, etc.; lo más seguro es que ellos te necesiten más que aquellos que están fuera del núcleo familiar.
“…En la Creación Dios mandó a las plantas producir sus frutos, cada una “según su especie” (Gn 1,11).  El mismo mandamiento dirige a los cristianos, que son plantas vivas de su Iglesia, para que produzcan frutos de devoción, cada uno según su estado y condición…” (SJPII CFL No. 56)

El Concilio Vaticano II lo menciona en el II Decreto sobre el apostolado de los laicos “apostolicam Actuositatem 4” “Este comportamiento espiritual de los laicos debe asumir una peculiar característica del estado de matrimonio y familia, de celibato o de viudez, de la condición de enfermedad, de la actividad profesional y social. No dejen, por tanto, de cultivar constantemente las cualidades y las dotes otorgadas correspondientes a tales condiciones, y de servirse de los propios dones recibidos del Espíritu Santo…” Esto es, sin importar nuestro estado de vida, es posible hacer uso de los dones recibidos del Espíritu Santo para compartir el Mensaje de la Vida Nueva anunciado por Jesucristo.

Como bien lo explica la Exhortación Apostólica en cuestión de este artículo, el fiel laico debe estar atento, de los signos de su tiempo; esto es, de su diario hacer, el reconocer el camino que Dios nuestro Señor le ofrece para seguir su misión en la vida, siendo especialmente propicio en algunas etapas como en la adolescencia, la juventud y la adultez, pero también en cualquier momento de nuestra vida cotidiana es posible servir a Dios siendo ese sarmiento unido a la vid.  “… Toda actividad, toda situación, todo esfuerzo concreto; por ejemplo: la competencia profesional y la solidaridad en el trabajo, el amor y la entrega a la familia y a la educación de los hijos, el servicio social y político, la propuesta de la verdad en el ámbito de la cultura, son ocasiones providenciales para un ―continuo ejercicio de la fe, de la esperanza y de la caridad―…”  (SJPII CFL No. 59).

Formación Integral de los Fieles Laicos:

San Juan Pablo II nos exhorta diciendo: “…Se revela hoy cada vez más urgente la formación doctrinal de los fieles laicos, no sólo por el natural dinamismo de profundización de su fe, sino también por la exigencia de ―dar razón de la esperanza―que hay en ellos, frente al mundo y sus graves y complejos problemas…” (SJPII CFL No.60)

Gracias a Dios, hoy día hay diversas maneras de formación, éstas pueden ser:

-         Catequesis simple en las diversas Iglesias.
-         Cursos de Formación Bíblica impartida en las Parroquias o bien en instituciones católicas reconocidas a manera de Cursos de iniciación o bien de Diplomados.
-         Cursos de Fe Católica y Doctrina Social de la Iglesia, impartidos en Movimientos Católicos o en instituciones universitarias católicas,
-         Diversas formas de conocer los Evangelios, como Encuentros con Cristo, Lectio Divina, etc.
-         Cursos Vía Internet por instituciones católicas reconocidas. Catholic Net, EWTN.com, Infocatolica.com, Aciprensa.com, etc. es importante preguntar sobre las páginas católicas para evitar confusiones de fe.
-         Estudios avanzados como: Licenciatura de Ciencias Religiosas, Licenciatura y Maestría en Filosofía y Teología, Licenciatura y Maestría en Bioética y del Matrimonio y la Familia, etc.

Lo importante de toda esta formación es tomarla poco a poco, de acuerdo al tiempo que se tenga, claro está que en ocasiones debemos hacerle el tiempo, ya que siempre que se quiere lograr algo, se lucha por ello.

Es importante hacer notar que Dios nuestro Señor pide que vayamos a su viña y que estemos siempre cerca, como el sarmiento está junto a la vid.  Toda la formación espiritual que reciba el fiel laico a través de la oración o bien de la formación, será un medio de maduración de su fe y será interiormente guiado por el Espíritu Santo para suscitar:

1.- sencillez – no protagonismos;
2.- humildad en el actuar – no soberbia y suficiencia;
3.- unidad con la Iglesia – no causa de crítica o juicio;
4.- líder positivo – no causa de división;
5.- apóstol intrépido – que no se asusta con retos que encuentre en el camino;
6.- ejemplo de caridad y responsabilidad en su familia – no de abandono de los quehaceres propios de su estado de vida;
7.- apóstol con iniciativas – que no busca su comodidad.

“…El que permanece en mí como yo en él,
 ése da mucho fruto, porque
separados de mí, no podéis hacer nada…”
Jn 15, 5

Afectísima en Jesucristo,


Lilia Garelli



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