¡Alabado sea
Jesucristo!
Ciudad de México,
Marzo 22 del 2017
M E D I T A N D O L
A S
P A R Á B O L A S D
E
J E S Ú S D E N A Z A R E T
4 de 35
En el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu
Santo + Amén.
PADRENUESTRO
“Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea
tu nombre; . . .”
AVEMARÍA
“Dios te salve, María, llena eres de Gracia.
. .”
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
“Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus
fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Tu Espíritu Creador. Y renueva la faz
de la tierra. Oh Dios, que has iluminado
los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus
inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.”
3.- “PARÁBOLA
DE LA CIZAÑA ”
(Mt 13, 24 – 30 y 36 – 43)
“Jesús les propuso otra parábola: “El Reino de los
Cielos es semejante a un hombre que sembró grano bueno en su campo. Pero, mientras la gente dormía, vino su
enemigo, sobresembró cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó, pues, la hierba, y dio grano,
apareció también la cizaña. Y fueron los
siervos al dueño de la casa y le dijeron: “Señor ¿no sembraste grano bueno en
tu campo? ¿Cómo, entonces, tiene
cizaña?” Les respondió: “Algún enemigo
ha hecho esto”. Le preguntaron: ¿Quieres
que vayamos a recogerla?” Mas él respondió: “No. No sea que al recoger la
cizaña, desarraiguéis también el trigo.
Dejadlos crecer juntos hasta la siega.
Y al momento de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la
cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y al trigo juntadlo en mi granero.””
ACTOS DE PREPARACIÓN:
Aprovechando
este gran don que Dios me ha dado de la Fe,
me presentaré ante Él con plena disposición para escuchar sus mandatos y la
manera que Él quiere que yo los ponga en práctica en mi vida.
Que todo mi ser se fortalezca con la Esperanza, bendición única que me
permite aguardar la realización de las promesas del Señor en mi existir.
Y
primordialmente, que la eterna virtud de la Caridad, me anime entregarme por mis hermanos, a ser donación
sincera y total para alabanza de Dios.
PETICIÓN:
Señor
Jesús, concédeme la gracia para comprender tu mensaje y poder así hacerlo parte
de mi vida, luz de mi camino y medio de mi salvación. Abre, Señor, mi corazón para recibirte como
debo.
EL TIEMPO Y EL LUGAR:
Jesucristo continúa en Cafarnaúm, en casa de
Simón. Este hecho se comprueba con la
recopilación que San Mateo hace de las Parábolas del Señor en su Capítulo
Trece; como señalando con ello un solo momento de estos discursos de Jesús. Incluso lo conocemos como el Discurso Parabólico.
Por lo tanto, debemos asumir que no cambia de lugar,
ni de entorno, ni de momento.
Simplemente se ha continuado por horas enseñando con parábolas a la
multitud. Las explicaciones, sin
embargo, se las da solamente a sus discípulos y Apóstoles, como reafirmando lo
que ellos deben saber al respecto de la comparación o ejemplo que Él ha puesto
y relatado. Es la pedagogía del Divino
Maestro en plenitud de aplicación.
LOS PERSONAJES Y ELEMENTOS:
Esta es otra de las parábolas que el Señor explica: “.
. . El que siembra la buena semilla, es el Hijo del hombre. El campo es el mundo. La buena semilla, ésos son los hijos del
Reino. La cizaña son los hijos del
maligno. El enemigo que la sembró es el
diablo. La siega es la consumación del siglo.
Los segadores son los ángeles. De
la misma manera que se recoge la cizaña y se la echa al fuego, así será en la
consumación del siglo. El Hijo del
hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su Reino todos los escándalos, y a
los que cometen la iniquidad, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será
el llanto y el rechinar de dientes.
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su
Padre. ¡Quien tiene oídos, oiga!”
MEDITACIÓN:
Eso es lo que ha hecho Cristo en mi alma: considerarme
su campo y sembrar grano bueno. Pero no
lo he cuidado como debiera. No lo he
acogido de la mejor forma; tan
estrechamente como para procurarlo y hacerlo rendir en toda su potencia. Y es que muchas veces me duermo, caigo en un
letargo espiritual que impide que su grano germine libremente. Y peor aún, en ese estado de somnolencia
espiritual, permito que el mal entre en mí, que tenga lugar en mis
pensamientos, palabras y obras. Y permitir
esto es darle entrada al demonio; es aceptar las semillas del mal; es contravenir
las intenciones de Jesucristo en mi vida.
Y es tal mi estado de pecado, que todavía me atrevo a
reprocharle al Señor si no fue ‘semilla buena’ la que sembró en mí. ¡Ah, pobre de mí! Cuánta maldad me dejo
acopiar, me permito retener, soy capaz de guardar. Tanta, que hasta infecto mi corazón y
desaliento mi espíritu en contra de Jesús.
Así no soy digno de Él. No le
merezco, es más, no le puedo contener. Y
por supuesto, como Dios me ha dado el don de ser tierra buena, de estar en
posibilidades de producir; en mi pecado, el diablo ‘usa’ esas ventajas para su
provecho y entonces produzco cizaña, abrojos y espinos. Produzco soberbia, egoísmo y rencor. Pero Cristo no se deja, no se vence y espera
en mí. Respeta mi voluntad y mis
decisiones y pone en riesgo en mi persona los dones de su Palabra, de su
Salvación, de su Amor.
Él espera, no sin preocupación, que la ‘buena semilla’
crezca, germine, se desarrolle; que prevalezcan en mi interior las virtudes y
los dones de los que me ha dotado. Que
no sea yo una mala inversión de sus granos. Me da la oportunidad de la
enmienda, de la corrección, de enderezar mis sendas. Él sabe qué ha sembrado en mí y por ello
espera mis reacciones. Sabe que soy
tierra con posibilidades y que su siembra ha sido de buena calidad; por eso no
arranca de mí la yerba mala, porque confía en que yo me done, me entregue, me
humille. Me llene de Él mismo para
vencer al demonio. Me quiere ‘de a
ciento por uno’.
Así es, tengo vida. Y si hay vida, hay esperanza. Y si tengo salud, Cristo quiere que me la
acabe en su Nombre, en la propagación de su Evangelio, en la conversión de mis
hermanos. Y si tengo enfermedad, Jesús
quiere que la sufra por Él, que la ofrezca en Él, que la viva con Él. Y si puedo meditar, el Señor espera que deduzca
la verdad, que alcance el bien, que difunda el amor. Y si no puedo desenvolver mis pensamientos,
entonces el Señor me quiere atento, me quiere obediente, me quiere dispuesto a
ejecutar sus mandatos. Y si poseo bienes
materiales quiere que los use en obras de bien, en edificaciones para su
alabanza, en proyectos que engrandezcan su Nombre. Y si no tengo más que mi propia persona, que
no poseo sino solamente lo indispensable, entonces Jesucristo me quiere entregado,
me quiere humilde, me quiere todo.
Aquí lo importante es saber qué beneficiaré más como
tierra fértil que soy: al trigo o a la cizaña. ¿Crecerá más en mí la semilla
buena sembrada por Jesús, hasta ser capaz de sobrepasar a los abrojos? O
¿Ahogaré los posibles frutos del Señor por mi rebeldía, por mi necedad, por mi
soberbia? Siempre, todos los días de mi
vida he de estar seguro en qué situación me encuentro para ser segado, para
enfrentarme al juicio de mis actos, para responder ante mi Creador como
criatura. El dueño de este campo, que
soy yo, es Jesucristo mi Salvador; Él tiene todos los derechos sobre mí porque
me compró con su muerte y Resurrección; me redimió del pecado, me hizo
libre. Ni soy por mí, ni soy para mí;
estoy por Cristo y voy a Cristo. Este
debe ser el mandato de mi vida, esta es la única posibilidad de trascender mi
existencia.
Su Apóstol, eso es lo que Jesús quiere que yo
sea. Con mi mismo nombre y con mi mismo
apellido, pero su Apóstol. En la misma
familia en que nací y con la misma familia que he formado, pero su
Apóstol. En las mismas labores que
realizo y con las mismas amistades y compañeros que tengo, pero su
Apóstol. Como soy y lo que soy, pero su
Apóstol. Me quiere incansable luchador
de sus preceptos; me quiere ardiente defensor de su Evangelio; quiere, en una
palabra repetirse en mi. Cristo quiere
que yo me multiplique para que Él se pueda multiplicar también.
Jesucristo ha hecho posible que yo sea tierra fértil y
ha sembrado su buena semilla en mí, solo para que Él sea réplica en lo que yo
haga, se multiplique a través de mí; y esa, precisamente esa es la razón por la
cual debo impedir que en mí se siembre semilla de cizaña, de mal, de discordia,
de envidia, de egoísmo y de soberbia.
Por esta razón, por las posibilidades de multiplicación que el Señor me
ha donado, es que debo permanecer despierto, atento, vigilante ante las
siembras malignas del demonio.
FRUTO:
VOY A ESCRIBIR DOS PROPÓSITOS TANGIBLES
Y ALCANZABLES QUE DEBERÁN CAMBIAR MI VIDA, A FIN DE SER UNA PERSONA CONGRUENTE
ENTRE LO QUE ACABO DE APRENDER DE JESUCRISTO Y LO QUE DEBO HACER COMO UN DIGNO
SEGUIDOR DEL SEÑOR.
1
2
ORACIÓN A MARÍA:
Virgen
Santísima, yo quiero ser como Tú: humildad al extremo, entrega sin límites,
donación total. Ayúdame Madre Santa a alcanzar ese estado sublime de “Hágase en
mí según tu palabra” que Tú lograste.
Pídele a Jesús que vea el gran deseo que tengo de servirle, aunque a
veces éste se opaque en razón de mis pecados.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
En el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu
Santo + Amén.
V V V
Afectísimo en
Cristo de todos ustedes,
Antonio Garelli
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De Milagros y
Diosidencias. Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.
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