¡Alabado sea Jesucristo!
Ciudad de
México, Marzo 13 del 2017
“El Pecado es un
deseo, una palabra o un acto
contrarios a la
Ley Eterna.”
San Agustín de Hipona
PRIMERA DECENA DE
CUARESMA:
PECADOS DE PENSAMIENTO.
Muy
estimados todos en Cristo Jesús:
A penas hemos dejado atrás el segundo Domingo de Cuaresma, y,
si iniciamos nuestra Renovación Cuaresmal el Miércoles de Ceniza, hemos tenido
diez días completos para revisar con amplitud nuestros pecados de pensamiento, éstos que con tanta facilidad cometemos con
nuestra mente, pero que, gracias a Dios, no dejamos que sigan adelante hasta su
‘materialización’ (que son los pecado de
palabra y los de obra).
El Capítulo 8 del
Catecismo de la Iglesia Católica está dirigido al análisis conceptual,
apologético y teológico de El Pecado; no son más de cinco hojitas que leer
y el contenido es fenomenalmente bueno para nuestra Renovación Cuaresmal. Les sugiero que lo lean, aquí está el enlace:
El Noveno
Mandamiento en la Fórmula Catequética de la Iglesia, señala
clara-mente: “No consentirás pensamientos ni deseos impuros.” Esto significa
que, desde el mismísimo inicio en nuestro ser, hemos de evitar el mal o las
ocasiones de pecado; ya que los pensamientos pueden ser la puerta de entrada y
el camino para pecar.
Lo más importante de la Persona Humana es su alma, la parte
espiritual; por medio de la cual nos comunicamos con Dios Padre Creador, con
Dios Hijo Redentor y Dios Espíritu Santo Santificador. Para nuestra alma, contamos con
‘habilitamientos’ muy específicos; y uno de ellos es precisamente el pensamiento:
esa maravillosa capacidad que tenemos para desarrollar ideas en nuestra mente;
y llevarlas al cabo en todo nuestro ámbito material (el cosmos) y en toda
nuestra amplitud espiritual (nuestra existencia eterna).
Sí, la Renovación Cuaresmal tiene que empezar por dilucidar
(poner en claro) nuestros
pensamientos, así como los pecados que somos capaces de generar en este nivel
de nuestra existencia. Siempre he recomendado que no pasemos al
siguiente nivel, si no queda esclarecida nuestra obligación mental de no pecar
en lo que pensamos. Todos nos
conocemos personalmente mejor que nadie; dejemos claro, pues, qué sí puedo pensar y qué no debo pensar.
Miren la recomendación del Papa: “La
Cuaresma es el tiempo favorable para renovarnos, encontrando a Cristo Vivo en
Su Palabra, en los Sacramentos y en el Prójimo.”
Orar
sirve, oremos por México.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
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Veritelius
de Garlla, Apóstol Gentil
De Milagros y
Diosidencias. Solo por el gusto de
proclamar El Evangelio.
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