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miércoles, 3 de diciembre de 2014

ACTOS DE CONTRICIÓN


¡Alabado sea Jesucristo!


México, D.F., Diciembre 3 del 2014.
Cumpleaños de Carlitos, mi Nieto Primogénito

 

ACTOS DE FE, ESPERANZA,
CARIDAD Y CONTRICIÓN.

Muy estimados todos en Cristo Jesús:

Nuestro querido México lleva dos generaciones completas sin aprender a orar, se perdió la hermosísima costumbre de hacerlo por dos razones: la modificación casi total, en menos de 50 años, de las costumbres de la civilización contemporánea; y la tardanza de clérigos y laicos dentro de la Iglesia, para adecuarse a tan enorme cantidad de cambios.  Por ello en 1959, con una visión inspirada por el Espíritu Santo, San Juan XXIII, el amadísimo Papa Roncalli, urgió a la celebración de un Concilio Ecuménico.  Fue llamado Vaticano II, iniciado en 1962 y no solo tuvo la participación récord de Obispos y Cardenales, sino que contó con la asistencia de líderes religiosos de otros credos cristianos; inclusive protestantes.

Al amparo del Magisterio de la Iglesia Católica, una gran cantidad de Documentos Conciliares y Postconciliares han llegado hasta nuestros días; teniendo todos nosotros la oportunidad –única en la Historia de la Iglesia Católica– de leerlos, consultarlos y aprendernos sus enseñanzas, en nuestro propio idioma. Con ello se dejó atrás la costumbre de usar el latín como lengua oficial para esos menesteres y se dio inicio a la Nueva Evangelización en la lengua propia. 

El Misal Romano, Los Libros de Culto y Oraciones, El Catecismo de la Iglesia Católica y muchísimos otros documentos más, fueron traducidos y adecuados de forma inmediata, a más de un centenar de idiomas y lenguas (aunque en algunos casos duró años su edición e integración final), a fin de aplicar las enseñanzas del Concilio en todo el orbe.  Hoy, 56 años después de aquél magnífico acontecimiento que resultó ser el Concilio Ecuménico Vaticano II, no tenemos pretexto alguno para la falta de aprendizaje de las Pías Costumbres de Orar.

La Oración, es el alimento del alma proporcionado por nuestra consciencia.  Es el uso de nuestras facultades espirituales, desde la materialidad de nuestro ser, para el acceso con Dios Padre Creador, Dios Hijo Redentor y Dios Espíritu Santo Santificador.  Orar, es estar en contacto con lo Divino.

Los Actos de Fe, Esperanza, Caridad y Contrición, son elementos básicos para iniciar nuestras oraciones:

Acto de Fe                                                   Acto de Caridad
Señor Dios, creo firmemente                  Dios mío, te amo sobre todas las cosas
y confieso todas y cada una                    y al prójimo por Ti, porque Tú eres
de las verdades que la                            el infinito, sumo y perfecto Bien,
Santa Iglesia Católica confiesa,             digno de todo amor.
Porque Tú nos las revelaste,                  Quiero vivir y morir en ese amor.
Oh Dios, que eres la Eterna                    Amén.
Verdad y Sabiduría, que ni se                 
engaña ni nos puede engañar.                
Quiero vivir y morir en esa Fe.              Acto de Contrición
Amén.                                                      Dios mío,
                                                                      me arrepiento de todo corazón
Acto de Esperanza                                de todos mis pecados
Señor y Dios mío,                                   y los aborrezco,
espero por tu gracia                               porque al pecar, no solo merezco
la remisión de mis pecados;                  las penas establecidas por Ti
y después de esta vida,                           justamente,
alcanzar la eterna felicidad,                 sino principalmente porque te ofendí,
porque Tú lo prometiste,                       a Ti sumo Bien y digno de amor
que eres infinitamente                           por encima de todas las cosas.
poderoso, fiel, benigno y                       Por eso propongo firmemente,
lleno de misericordia.                           con ayuda de Tu Gracia,
Quiero vivir y morir en                         no pecar más en adelante
esa Esperanza.                                      y huir de toda ocasión de pecado.
Amén.                                                    Amén.

Tomado del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica
Conferencia del Episcopado Mexicano

El Tiempo de Adviento en el que estamos, es un buen momento para aprender; pero sobre todo, para el arrepentimiento sincero. ¡Hagámoslo!

De todos ustedes, con afecto en Cristo.

Antonio Garelli

 
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De Milagros y Diosidencias.  Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.

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