¡Alabado
sea Jesucristo!
México,
D.F., Diciembre 9 del 2014.
RUEGO A SANTA MARÍA
DE GUADALUPE DEL TEPEYAC
Muy estimados todos en Cristo Jesús:
Ya es la segunda semana
del Tiempo de Adviento, lo que para los mexicanos significa que se acerca
nuestra Fiesta Máxima, la de Santa María de Guadalupe. Justo en el tiempo de
preparación para recibir a su Hijo de la mejor forma posible, la Santísima
Virgen quiso, desde 1531, que hiciéramos un paréntesis de gozo y que dirigiéramos
todas las oraciones hacia Ella “... que
es nuestra madre.” Ninguna pintura, ninguna estatua, ninguna reliquia es
más visitada por los fieles en todo el Mundo, que el ayate del Tepeyac; la
imagen de La Virgen María plasmada en la tilma de San Juan Diego, es vista en
oración por más de 20 millones de personas cada año.
Sí, qué bueno que
está aquí; y qué bueno que es nuestra Madre.
Ahora más que nunca debemos elevar nuestras súplicas a la Santísima
Virgen María, para que nos ayude con su intercesión ante su Hijo, nuestro Señor
Jesucristo, y que nuestras plegarias por la paz en México sean escuchadas y se conviertan
en una realidad tangible y URGENTE.
Todos debemos volver
al Sendero del Bien; ya han muerto más de cien mil mexicanos
a manos del crimen demoníaco de la extorsión, el secuestro, el robo, las drogas
y ante todo, la impunidad. Esto es lo
que debemos rogar a nuestra Madre, que llegue al final la influencia del
Demonio en nuestro País. Debemos pedir
que las huestes de Satanás abandonen las almas de todos aquellos que se dedican
al vandalismo, la mentira y el asesinato.
No podemos seguir viviendo y conviviendo con el Diablo en un ambiente
turbio, desquiciante y putrefacto; es necesario que volvamos a meter en
nuestras vidas a Cristo Rey y a su Santísima Madre, nuestra Señora de Guadalupe.
Lo que estamos
viviendo los mexicanos, es peor que un estado de guerra contra un país invasor,
pues no podemos identificar a los invasores; ya que, en este caso, todos somos
mexicanos; tanto víctimas como asesinos.
Y esto sucede porque no nos hemos dado cuenta de que en realidad,
estamos trabajando para el Diablo; nos hemos olvidado del amor cristiano que
debemos profesarnos unos a otros, y estamos actuando con la satánica intención
de hacer el mal, sin importar a quién lastimemos ni qué sea lo que obtengamos.
Es necesario romper
nuestros ambientes negativos e implorar y rogar a Dios su ayuda para
reencontrar el Camino del Bien; solo con la oración a La Divina Providencia y a
La Santísima Trinidad (Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo), podremos enderezar
nuestros senderos; solo con la oración venceremos al Satán que nos tiene
dominados con su maldad. Esto que nos
sucede en México no es solo la acción de hombres y mujeres, no es solo de gente mala;
esto es el mismísimo Demonio que está entre nosotros.
Por eso, solo con oración no libraremos de él.
El Tiempo de
Adviento y la proximidad de la Fiesta de Santa María de Guadalupe, son un buen
momento para ORAR POR LA PAZ EN MÉXICO. ¡Oremos, siempre falta y nunca sobra!
De todos ustedes,
con afecto en Cristo.
Antonio Garelli
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Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.
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