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martes, 30 de julio de 2019

LOS MILAGROS EXISTEN


“Santifícalos con La Verdad.
Tu Palabra es La Verdad.”


Riviera Maya, Q.R., México;
Julio 30 del 2019.


“La Gracia capacita las potencias
para ejercitar virtudes Divinas.”
CAJ



LOS MILAGROS EXISTEN

Muy estimados todos, en Cristo Jesús:

Como una verdadera Diosidencia, el domingo pasado entré a la Iglesia para mi Misa Dominical, por una puerta que casi nunca uso y tuve que detenerme (porque estaba saliendo la gente de la Misa anterior), frente al casillero de FOLLETOS EVC; estos que hay en todas la Parroquias de México.  Todos los hemos visto, pero nunca ponemos atención a lo que tienen.  Al menos, ese había sido mi caso hasta ahora.

Bueno, pues esperando que la feligresía saliera, quedé frente a un folleto que tiene impreso en la portada: ¿EXISTEN LOS MILAGROS?; y yo, que he estado escribiéndoles precisamente de Milagros, me quedé frío ante la coincidencia.  Yo nunca había comprado uno solo de estos folletos y esta vez lo hice. ¡No tienen idea lo bueno que es su contenido! Me pareció tan bueno que pensé reproducirlo para ustedes en nuestro Blog DMD.  Ya he recibido la debida autorización para hacerlo, así que aquí se los dejo; léanlo, porque está muy interesante.  Y adquieran todos los folletos que deseen, solo cuestan unos pesitos y vamos a aprender mucho sobre nuestra Fe, La Iglesia y lo que debemos saber acerca de Dios nuestro Señor.

(Que les quede muy claro que estos últimos renglones no son anuncio; son información útil para cada uno, en nuestra Formación Católica).



FOLLETO E.V.C. 42
¿EXISTEN LOS MILAGROS?
R.P. PEDRO HERRASTI, S.M.


¿QUÉ ES UN MILAGRO?

Mientras que hay personas que quieren ver milagros por doquier, hay otras, por el contrario, que los niegan de antemano.  Los primeros no necesitan explicaciones naturales ni demostraciones científicas; y los segundos, buscan afanosamente eludir la indudable presencia de ciertos hechos extraños, inexplicables por la ciencia, calificándolos de sugestiones, casualidades, ilusiones, fanatismos, etc.  Los supuestos milagros nos admiran, nos cuestionan. . . o nos molestan. 

El cosmos se rige por las Leyes de la Naturaleza; que no son sino las Leyes impuestas por Dios a la materia o a la energía.  Los científicos no hacen sino descubrir, cada vez con más profundidad dichas leyes.  Los astrónomos no inventaron las leyes gravitacionales de las galaxias, tan solo las descubren.  Los físicos-nucleares, del mismo modo, no inventaron las leyes misteriosas del átomo, sino que las descubren y las aplican.  El Supremo Legislador deja que el hombre vaya descubriendo y aplicando los progresos científicos para aprovecharlos con una tecnología admirable.

Cuando sucede algo que evidentemente no encaja dentro de las Leyes Naturales, dentro de lo que la ciencia conoce, tenemos que admitir que “Alguien” alteró o suspendió dichas Leyes; y ese “Alguien” no puede ser otro que el mismo Legislador, DIOS, que creó la Naturaleza, le estableció sus Leyes y es dueño de ellas.  SOLO DIOS TIENE PODER PARA HACER MILAGROS.


DOS FACETAS DE LOS MILAGROS

Los Milagros pueden ser apreciados bajo dos puntos de vista: pueden ser considerados simplemente como un hecho extraño, científicamente indemostrable e inexplicable, o bien, como un signo percibido por la Fe.

El Milagro puede ser considerado tan solo bajo el aspecto científico, como un hecho extraordinario visible, constatado por todos. Pero también el creyente, por la Fe, descubre en ello un signo, un mensaje de parte de Dios.            

Pongamos un ejemplo muy sencillo: Un científico botánico recibe una hermosa flor; la analiza, la compara, la clasifica, y si es una especie nueva, hasta le asigna un nombre.  En cambio si un joven le da una flor a su novia, ella descifra el mensaje oculto en la flor.  La cuestión no es: ¿‘qué cosa es esta’?, sino ¿’qué significa para mí’?  Son dos miradas distintas acerca de la flor, que por cierto, no son incompatibles; porque ¡también hay botánicos enamorados!

En Lourdes, Francia, la “Oficina de Constataciones Médicas”, compuesta por médicos creyentes y ateos, declara que cierta curación es inexplicable por la ciencia.  El médico creyente ve en ello un Milagro, un signo del poder y la bondad de Dios.  De paso diremos que en Lourdes han existido más de seis mil curaciones milagrosas, de las cuales la Iglesia solo ha certificado 65.  La Cueva de la Virgen de Lourdes estaba tapizada de aparatos ortopédicos de aquellos que, por ejemplo, llegaban en muletas y las abandonaban sanados, saliendo por su propio pie.

LOS SIGNOS MILAGROSOS EN LA BIBLIA

Es muy difícil, por no decir imposible, verificar la historicidad de los milagros relatados en la Sagrada Escritura.  Fueron testimoniados hace siglos por un pueblo religioso que encontraba del todo natural que Dios se les manifestara admirablemente.  No se cuestionaban acerca de la historicidad científica de los hechos narrados, sino, más bien, de la significación de ellos: ¿qué nos quiere decir Dios con eso?

Por lo tanto, cuando leemos esos relatos antiguos debemos cuestionarnos el por qué se han relatado a los antiguos y qué significado tienen para nosotros.  ¿Qué sucedió en el Mar Rojo? ¿Cómo fueron los hechos? No podemos reconstruirlo.  Lo que es inobjetable es que el pueblo israelita esclavizado en Egipto, encontró la libertad una noche en 1250 antes de Cristo. ¿Qué y cómo sucedió en el Monte Sinaí? No hay forma de comprobarlo.  Lo cierto es que Israel, a partir de entonces, tuvo en sus manos la Ley que les dio su identidad.

Lo mismo podemos decir se los Milagros atribuidos a Jesús.  Lo cierto es que algo pasó, que los Discípulos percibieron como un hecho extraordinario, un signo milagroso en el que Dios les hablaba.

LOS MILAGROS DE JESÚS

Los cuatro Evangelistas nos relatan muchos de los innumerables prodigios que Jesucristo realizó, principalmente curando enfermedades.  Todo el que le tocaba, quedaba curado.  A veces bastaba tocar su manto o túnica.  Nadie llevó cuenta de esas curaciones.  Decían de Él: “¡Todo lo ha hecho bien: ha hecho ver a los ciegos, hablar a los mudos. . .”  Es por eso que, literalmente, se abalanzaban sobre Él; y tuvo que predicar desde una barca a la orilla del lago de Genesaret.

Tenemos una interesante lista de los principales Milagros de Jesús, relatados, algunos de ellos, con lujo de detalles:

El agua convertida en vino.                                Jn 2, 1-11
La pesca milagrosa.                                            Mt 4, 18-22
La tempestad calmada.                                       Mc 4, 35-41
Primera multiplicación de los panes.                 Lc 9, 10-17
Jesús camina sobre las aguas.                            Mt 14, 22-23
Segunda multiplicación de los panes.                Mc 8, 1-10
Curación del hijo del oficial.                             Jn 4, 43-54
Curación de la Suegra de Pedro.                       Mc 1, 29-31
El sirviente del Centurión.                        Lc 7, 1-10                           
Los dos ciegos.                                                  Mt 9, 27-31
El paralítico de la piscina.                                 Jn 5, 1-11
El sordomudo.                                                   Mc 7, 31-37
Los diez leprosos.                                              Lc 17, 11-19
El ciego de Jericó.                                             Mt 20, 29-34
La hija de la cananea.                                        Mc 7, 24-30
El epiléptico.                                                      Lc 9, 37-43
Resurrección de la Hija de Jairo            .           Mt 8, 18-26
Resurrección del Hijo de la viuda.                     Lc 7, 11.17
Resurrección de Lázaro.                                    Jn 11, 1-44
Pesca milagrosa después de la Resurrección.    Jn 21, 13-14

LOS MOTIVOS DE JESÚS

Dos son los motivos por los cuales Jesucristo hizo signos prodigiosos: el primero es simplemente Su Misericordia.  Tiene el poder de curar cualquier enfermedad con el solo deseo de Su Voluntad; su corazón compasivo le lleva a ello incontables veces.

Pero además, y segundo motivo: Jesús acompañaba sus palabras con numerosos signos para manifestar que el Reino de Dios estaba ya presente en Él.  Atestiguan no solamente que Jesús es el Mesías anunciado por los profetas, en lo cual San Mateo pone mucho énfasis, sino que además, es El Hijo del Padre Eterno.  Sus Milagros testimoniaban que había sido enviado por el Padre, invitaban a creer en Jesucristo, fortaleciendo la Fe de los Discípulos.

EL MILAGRO DE LOS MILAGROS

Todo, absolutamente todo lo que Jesús predicó e hizo, hubiera quedado en el mundo de la leyenda, muy bella por cierto y muy original, pero leyenda al fin, si no hubiera sido por el cerrojazo final de su vida: Su Gloriosa Resurrección; su triunfo sobre el pecado y sobre la muerte.

Jesucristo vino al mundo “...para que tuviéramos vida, y vida en abundancia.” (Jn 10, 10), esto es, su propia Vida Divina, lo que llamamos Gracia Santificante, con el fin de que pudiéramos gozar, después de nuestra muerte, de su misma felicidad en la Gloria de Dios.  Quiso Dios al encarnarse, pasar también por el sufrimiento y la muerte, para resucitar Él primero, como garantía de nuestra propia resurrección.  Todo obedeció al designo eterno y misterioso de Dios: “. . . Desde antes de la creación del mundo nos destinó para que fuésemos santos e inmaculados en su presencia por el amor.” (Ef 1, 4).  La creación del hombre, su redención por medio de la Encarnación del Verbo y su muerte en la cruz, coronada por su Resurrección, son el designio misericordioso del amor de Dios por nosotros, que es también la fuente de nuestra Fe, Esperanza y Amor.
Acceso directo www.evc.org.mx

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Nota Buena: El contenido de esta nueva entrada del blog De Milagros y Diosidencias, fue tomada del FOLLETO E.V.C. 42 ¿EXISTEN LOS MILAGROS?, escrito por el R.P. PEDRO HERRASTI, S.M. y reproducida con la debida autorización de parte de la Directora de la Sociedad EVC, Srita. Alicia Herrasti; a quien le agradezco sinceramente su beneplácito.  El uso de este material se realiza de mi parte, sin fines de lucro.


Orar sirve, es bueno para nuestra alma y nuestra mente.

De todos ustedes afectísimo en Cristo,

Antonio Garelli





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