“Santifícalos con La
Verdad.
Tu Palabra es La
Verdad.”
Playa del
Carmen, Q.R., Mayo 3 del 2019.
Solemnidad de La
Santa Cruz
“Bienaventurados
los mansos, porque ellos
poseerán en
herencia la Tierra.”
Jesucristo
(Mt 5, 4)
NO TODO CAMBIARÁ. . .
Muy estimados todos, en Cristo Jesús:
A partir de esta
fecha les escribiré desde este hermosísimo lugar ubicado en el Caribe Mexicano,
que es y será conocido como Playa del Carmen, en La Riviera Maya, en el Estado de
Quintana Roo, México. Lilia, mi amada
esposa ha decidido que nuestros últimos 30 años –si Dios nos da vida– los
pasemos en este paradisíaco lugar.
Nuestros primeros 47 años (cinco de novios y 42 de casados) los
aprovechamos, vivimos, gozamos y gastamos juntos, en la Ciudad de México. Solo será cuestión de acostumbrarse,
aclimatarse y ‘multi-solucionar’
todo.
Antecedentes y genes
para los próximos treinta años, sí tenemos; los padres de Lilia fueron
octogenarios, el mío también; pero su Abuelita vivió 101 años y mi Mamá
93. Así que, de dónde pueda tomar Dios
para que ‘ancianemos’ (to get really old),
sí hay. Además, Lilia tiene que empezar
a escribir, y mucho; yo también, y algo más; como hago desde hace 15 años. Si no vivimos 30 años más, los que sean, los
viviremos en esta pequeña sucursal de El Paraíso.
Pareciera que todo
lo teníamos previsto y fríamente calculado, pero no es así; ha sido Dios
nuestro Señor quien ha dispuesto que así sea. Yo le agradezco sinceramente a Él,
y de quienes Él se valió para materializar sus deseos, para que los
acontecimientos se hayan dado de esta manera. Yo solo he sido ‘manso y humilde de corazón’.
No tengo ni la menor
idea de lo que significa ‘retirarse’
–nunca lo he hecho y es algo de lo que he leído muy poco– pero si eso es dejar de hacer lo que hemos venido haciendo,
porque ya somos mayores; no es nuestro caso. Seguiremos trabajando en La Viña del Señor. Él
dispondrá, como lo sabe, cómo ‘usarnos’ para lo que Él quiera. (Ya saben, siempre quiere algo). Yo lo único que necesito es mi computadora y
una conexión a Internet; lo demás lo pone Jesucristo.
Así que, si nosotros
queremos y ustedes nos ayudan con sus oraciones, ya todo es cuestión de La
Voluntad de Dios. Yo no dejaré de darme
el gusto de Proclamar el Evangelio, en tanto tenga salud y posibilidades
físicas y mentales para hacerlo. No será
cuestión de edad. Nunca me ‘pensionaré’ de Cristo; todavía me faltan
dos mil millones de seres humanos no cristianos que evangelizar y ni con otra
vida y otra internet lo lograré. Trabajo
tengo y voy a hacerlo.
Orar sirve, es bueno para nuestra alma y
nuestra mente.
De todos ustedes afectísimo en Cristo,
Antonio Garelli
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Solo
por el gusto de proclamar El Evangelio.
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