“Santifícalos con La
Verdad.
Tu Palabra es La
Verdad.”
Ciudad de
México, Diciembre 2 del 2018.
“Buscad primero el
Reino de Dios y su Justicia. . .”
Jesucristo
(Mt 6, 33)
PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO
No más ‘pecados fáciles’.
Muy estimados todos, en Cristo Jesús:
El Tiempo de
Adviento debemos usarlo para ‘limpiar nuestra
alma y nuestro cuerpo, para recibir al Niño Dios de la mejor forma posible.’ La Navidad
debe significar para nosotros un “borrón
y cuenta nueva” de todo el mal que hemos acumulado durante el año,
consciente o inconscientemente.
Prepararnos para La Venida del Verbo, Dios Hecho Hombre, debe ser para
cada uno EL momento del año; para eso
sirve el Adviento.
No podemos alcanzar
grandes logros, si no dominamos día a día las pequeñas desviaciones de nuestro
ser; así que esos ‘pequeños pecaditos’,
deben ser borrados antes de cometerse.
En el pensamiento empiezan todos nuestros desaciertos; ya sea que los
meditemos pausadamente o los deduzcamos a velocidad supersónica, los Pecados
de Pensamiento dan cabida a males mayores. Aquí es donde debemos comenzar.
La intencionalidad
de nuestras deducciones, originan o eliminan las ‘malas acciones’; inclusive
antes de que la voluntad y el libre albedrío empiecen a funcionar. En un sinnúmero de ocasiones nuestros
pensamientos pueden ‘tomarnos por
sorpresa’, bien sea que estemos muy ocupados en otros asuntos, o que no
podamos detenernos a reflexionar tal o cual idea, o que ni siquiera nos demos
cuenta de lo que estamos pensando.
Para eso sirve orar,
para que pidamos la ayuda de Dios en nuestras obras; para que si estamos ‘muy
ocupados’, ALGUIEN MÁS tome el rumbo de nuestras acciones, y sean buenas por
definición. Para eso sirven los Santos Patronos,
las Intervenciones Marianas, y ante todo, ¡NUESTRO ÁNGEL DE LA GUARDA!, por
ello le invocamos diariamente:
“Ángel del Señor, que eres mi Custodio,
puesto que La Providencia Soberana me encomendó a
ti,
ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname en este
día.
Amén.” †
O más sencillo aún:
“Ángel de la
Guarda, dulce compañía,
no me desampares,
ni de noche ni de día.”
Amén. †
Esta Primera Semana
de Adviento, quitémonos de la cabeza los ‘pecadillos’, esos que solo pensamos;
los que nunca llegan a decirse y mucho menos a hacerse, pero que pueden ser
causa de males mayores. Convirtamos
nuestras intenciones en buenas acciones.
Hagámoslo por el Niño Dios que está por nacer.
Orar sirve, es bueno para nuestra alma y
nuestra mente.
De todos ustedes afectísimo en Cristo,
Antonio Garelli
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