Santifícalos con La Verdad.
Ciudad de
México, Noviembre 30 del 2018.
DEL
LIBRO
Veritelius
de Garlla, Apóstol Gentil
67 de 130
Novus Villa Garlla Canea, Episcopâtus Cretiens
Iulius XVII
LXIV Anno Domini
INCENDIO DE ROMA
La
misiva de Gallio de Garlla, mi hijo, quien ha quedado a cargo de los informes
de lo que suceda en Roma respecto del “Christus
Mandatus”, a la muerte de Domiciano Alves, nuestro emissarii en Villa Veritas, es por demás preocupante:
Villa Veritas, Episcopâtus Romanorum
Iulius XII
LXIV Anno Domini
Amadísimo en Iesus Christi, Patis:
Los acontecimientos en la Urbe son cada
vez más confusos; el César Nerón ciertamente no es como sus antecesores en cuanto
a las preocupaciones de gobierno, por lo que la conducción del Estado deja
mucho qué desear en su eficacia; algo que se percibe de inmediato en los
desórdenes protagonizados por el populus en toda Roma.
El
día de hoy, derivado de esos desmanes, se ha desatado un incendio de proporciones
nefastas en las colinas de los Montes Celio y Aventino, que ya amenaza las del
Esquilino y Quirinal; todas con una gran población de Christiani. Entre la escasez de agua para sofocar el
fuego y la negligencia de los encargados de estos servicios, la conflagración
puede llegar a tomar dimensiones nunca antes vistas en Roma.
Ya se rumora por los emisarios del
César, que nosotros, los Christiani, somos los que hemos causado el desastre,
por lo que no es difícil augurar malos momentos para la Iglesia en esta Urbe
Imperialis. La situación es muy tensa,
por lo que tomaremos medidas drásticas de acuerdo a las exigencias. Aguarda por más informes en breve.
¡Alabado sea Iesus Christi!
Gallio de Garlla
Servus Domine
Roma
es ladrillo, piedra y mármol, pero solo en los edificios públicos; lo demás es
madera fácilmente incendiable; y peor todavía en los sitios que señala
Gallio. Ya veremos en qué termina todo
esto.
+ + +
Novus Villa Garlla Canea, Episcopâtus Cretiens
Augustus XXVIII
LXIV Anno Domini
INICIO DE
PERSECUCIÓN A CHRISTIANI
La
Iglesia en Roma ya se distingue perfectamente diferente de la sinagoga de iudaicus; ya no somos confundidos o
asemejados con ellos. Petrus Apostôlus, Urbis et Orbis Episcopâtus,
ha hecho una magnífica labor durante todos los años en que ha estado allí, que
son casi veinte, bien en plena libertad o como ahora, en ‘arraigo domiciliario’.
Tan solo en Roma se pueden sumar más de
cien mil creyentes bautizados, perfectamente documentados por nosotros en
los censos que hemos realizado; esto equivale a decir que, uno de cada doce
romanos es Christiani. Por supuesto que
somos una comunidad a tomarse en cuenta para algunas decisiones políticas o de
gobierno (en las cuales, por supuesto que no estamos interesados en
participar); más aún ante la estrecha colaboración y armonía que muestran los
hermanos entre sí.
Pero
esto mismo, que es bueno para la Predicación del Evangelîum y para la conversión a la Fe en Iesus Christi, puede ser un punto de discordia para los intereses
de los malvados, las huestes del Príncipe de las Tinieblas, Satanás el
Diablo. Nuestros Mártires dan cuenta
evidente de la persecución que realiza el Demonio contra los Escogidos del
Señor; ya que los asesinatos que se han cometido no se limitan a una ciudad o
una provincia, sino que han sucedido en varios lugares. Salvo el caso muy especial de Hierosolyma, en donde han muerto dos
Apóstoles y un Discípulo, los cuatro restantes lo han hecho en otras muy
diversas latitudes. Sin embargo, ninguna
otra ciudad tiene tal número de Christiani; ni Antioquía, ni Alexandria, ni
Ephesus, ni Tesalónica; solo Roma tiene esta particular situación, lo que la
hace muy vulnerable para ataques masivos contra la Comunidad. Si esto lo sé yo, obviamente es del
conocimiento y deducción fácil de ‘otros con intenciones diferentes’ a las
nuestras.
Tal
como lo anticipaba Gallio, SE HA DESATADO EN ROMA UNA PERSECUCIÓN DIFAMATORIA
CONTRA LA COMUNIDAD CHRISTIANI, imputándoles haber iniciado incendios en varios
puntos de la ciudad y acusándoles de ‘dañar el bien común de la Urbe,
intencionalmente’. Esta ‘simple’
recriminación, en la Lex Romana, cuando
proviene de un César, es motivo de muerte sin juicio; basta la orden del
gobernante o magistrado para que se ejecute la ‘sentencia’.
Es
probable que estemos presenciando el inicio de acciones intimidatorias,
discriminatorias o de genocidio en contra de la Iglesia Christiani en Roma; que encabezadas por la ‘máxima autoridad del
Imperio’, que es el César, puedan llegar a transformarse en desmedidos actos de
vandalismo y aniquilación fatales. Pero
Gallio también se ha anticipado respecto a mis reacciones y me ha escrito una
misiva estremecedora:
Villa Veritas, Episcopâtus Romanorum
Iulius XII
LXIV Anno Domini
Amadísimo en Iesus Christi, Patis:
Los acontecimientos en la Urbe son cada
vez más confusos; el César Nerón ciertamente no es como sus antecesores en cuanto
a las preocupaciones de gobierno, por lo que la conducción del Estado deja
mucho qué desear en su eficacia; algo que se percibe de inmediato en los
desórdenes protagonizados por el populus en toda Roma.
El día de hoy, derivado de esos
desmanes, se ha desatado un incendio de proporciones nefastas en las colinas de
los Montes Celio y Aventino, que ya amenaza las del Esquilino y Quirinal; todas
con una gran población de Christiani.
Entre la escasez de agua para sofocar el fuego y la negligencia de los
encargados de estos servicios, la conflagración puede llegar a tomar dimensiones
nunca antes vistas en Roma.
Ya se rumora por los emisarios del
César, que nosotros, los Christiani, somos los que hemos causado el desastre,
por lo que no es difícil augurar malos momentos para la Iglesia en esta Urbe
Imperialis. La situación es muy tensa,
por lo que tomaremos medidas drásticas de acuerdo a las exigencias. Aguarda por más informes en breve.
¡Alabado sea Iesus Christi!
Gallio de Garlla
Servus Domine
¿Qué
hacer ante una petición así? No sé la
respuesta exacta; ¡peor aún si se es el padre de quien la escribe y
solicita! El ‘pequeño’ Gallio siempre ha
podido dominar mis impulsos con esa elevada forma que tiene de percibir las
cosas.
Desde
la primera ocasión que detecté en él ‘algo muy especial’ en sus actuaciones, no
he hecho más que seguir sus condicionamientos o sus líneas de acción; pero
permanecer inerte ante una situación como ésta, no me resultará nada
fácil. Desde hoy mismo empezaré a orar
para que la Misericordia de Dios acoja en su seno a todos estos desdichados Christiani que serán inmolados por las
huestes humanas del Diablo; cierto como estoy de que serán muchos, he de
permanecer en oración continua.
Tito,
ya todo un hombre, y con una gran responsabilidad que cumplir como Obispo, se
afana en consolar a su anciano ‘padrino’ (a mí), quien a encargo de sus ya
difuntos y bien amados padres: Diófanes Pireo y Mónica su esposa; tomé su
tutela hace más de treinta años. El fiel
Obispo ha organizado un ciclo diario de oraciones comunitarias, en el Templo de
Novus Villa Garlla en Canea,
concientizando con ello a toda la Congregación, del grave peligro en el que todos estamos en estos momentos, por el simple
hecho de ser Christiani.
Los
rezos son iaculatorîas cantadas con
mucho fervor; con una tonada tan suave y agradable al oído, que pareciera ser
aquél cántico que Mathêo Apostôlus
narra en su Evangelîum de Iesus Christi,
el día que nació El Salvador. Los salmos tienen la letra de las palabras que el
Ángel Gabriel le dijo a la Santísima Virgen María, Madre de Iesus Christi:
“¡Ave María!
Llena eres de Gracia.
El Señor es contigo.”
Estas
tres frases se repiten cantando quince veces, intercalando un “Paternoster” (la oración que en persona
el Divino Rabbuni les enseñó a rezar
a sus Discípulos), hasta completar diez ciclos en total. Es una forma tan hermosa de ‘hablar’ con el
Padre, que en muchas ocasiones la meditación profunda de su repetición le hace
a uno ‘Tocar a las puertas del Cielo’,
como lo ha ejemplificado Tito Episcôpus
en diversas ocasiones. ¡Ya me imagino
cuánto agradarán a Dios nuestro Señor las veladas que le ofrecemos, en el
Templo de Novus Villa Garlla en
Canea!
† †
†
Orar
sirve, oremos por nuestros Pueblos.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
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