Santifícalos con La Verdad.
Ciudad de
México, Mayo 16 del 2018.
DEL LIBRO
EL DEMONIO AL
ACECHO DEL MESÍAS
29 DE 77
III.7.- LA TRANSFIGURACIÓN
(Mt 17 1-8; Mc 9, 2-13; Lc 9, 28-36)
“Seis días
después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los
llevó aparte, a un monte alto. Y se
transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus
vestidos blancos como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que
conversaban con él.
Tomando Pedro la
palabra, dijo a Jesús: ‘Señor, bueno es quedarnos aquí. Si quieres, haré tres tiendas, una para ti,
otra para Moisés y otra para Elías.’
Todavía estaba
hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salió
una voz que decía: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.”
Al oír esto, los
discípulos cayeron rostro en tierra llenos de miedo. Mas Jesús, acercándose a ellos, los tocó y
dijo: “Levantaos, no tengáis miedo.”
Ellos alzaron sus ojos y no vieron a nadie más que a Jesús solo.”
¡Llegó la hora de empezar a enseñarles
a los discípulos otras formas de la Divinidad del Maestro! Ya la han experimentado en
sus portentosas curaciones y milagros, pero estas nuevas señales no las han
vivido todavía. Y está muy claro a
quiénes ha escogido para éste y otros momentos:
Simón, Pedro – El Príncipe de los
Apóstoles.
Santiago El Mayor – El primero de ellos
que será martirizado.
Juan hijo de Zebedeo y hermano de
Santiago – El último que morirá.
Por
supuesto, Jesucristo dejará en todos los demás discípulos muchas señales
maravillosas que habrán de recordar toda su vida, y les servirán en su
ministerio personal, pero en estos tres, el Señor quiere dejar una huella
profunda en virtud de lo que serán.
Están a punto de terminar el segundo año del Ministerio del Señor;
empezarán el tercero, que será el último y definitivo.
“Seis
días después. . .” (así dicen Mateo y Marcos; Lucas dice ocho, pero no
tiene importancia), de aquel inolvidable ‘retiro espiritual’ que vivieron todos
juntos en Cesarea de Filipo, en donde el Señor le ha dado El Primado a
Pedro. Ahora están en las faldas del
Monte Tabor, el preferido del Divino Maestro, que se levanta solo entre el
Valle del Jordán y la llanura que dejan los macizos de Nazaret; es un paisaje
de múltiples verdes que llaman a la paz.
Quiere Jesús orar con sus discípulos, tomando a parte a esos tres para
subir el monte de apenas quinientos metros de alto.
Esta es la segunda ocasión en que la Santísima Trinidad
se manifiesta ante los hombres, la primera ha sido en el Jordán, en el Bautismo
de Jesús. Ahora, Dios Hijo es plenitud
de luz; Dios Espíritu Santo es nube luminosa; Dios Padre es voz majestuosa. Todos lo vieron, unos estaban allí, los otros
miraban desde abajo; como en el Sinaí, todos supieron que ‘algo grande’ estaba
sucediendo.
Para estos galileos y judíos que el Rabboni ha escogido, quedará muy claro
el significado de Su Transfiguración: las máximas tradiciones de Israel,
representadas por la Ley
(Moisés) y los Profetas (Elías), custodian al Mesías como una símbolo de su
cabal cumplimiento y el establecimiento del Nuevo Pacto entre Dios y los
hombres.
Preguntan ¿dónde está el acecho del
Demonio sobre el Mesías?, allí viene Pedro nuevamente: ‘. . . Señor, bueno es quedarnos aquí.
Si quieres, haré tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para
Elías. . .’ No, eso no es lo bueno, Simón; no es quedarse y acomodarse, es
salir de allí y propagar el Evangelio por todas partes. Ya se los dirá el Maestro a su tiempo. Por el momento, Satanás está impresionado
ante la aparición de Dios Trino y Uno ante los Apóstoles y discípulos. Nunca esperó este ‘atrevimiento’ de las Tres
Divinas Personas a favor de los hombres; y sin embargo, se dio.
Con este evento termina el segundo año
del Ministerio del Señor; empezarán el tercero, que será el último y
definitivo. ¡Solo me imagino cómo estará el Demonio al acecho del Mesías!
§ § §
Orar
sirve, oremos por nuestros Pueblos.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
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