Santifícalos con La Verdad.
Ciudad de
México, Enero 31 del 2018.
DEL LIBRO
EL DEMONIO AL
ACECHO DEL MESÍAS
14 DE 77
II.4.- JESÚS EN LA SINAGOGA DE NAZARET
(Lc 4, 16-30; Mt 13, 53-58; Mc 6, 1-6)
“Vino a Nazará,
donde se había criado, entró, según su costumbre, en la sinagoga el día sábado,
y se levantó para hacer la lectura. Le
entregaron el volumen del profeta Isaías, desenrolló el volumen y halló el
pasaje donde estaba escrito:
“El espíritu del Señor está sobre mí,
porque me ha ungido
para anunciar a los pobres la Buena Nueva ,
me ha enviado a proclamar la liberación
de los cautivos
y la vista a los ciegos,
para dar libertad a los oprimidos
y proclamar un año de gracia del
Señor.”
Enrolló el
volumen, lo devolvió al ministro y se sentó.
En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: “Esta escritura que
acabáis de oír, se ha cumplido hoy.” Y
todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de
gracia que salían de su boca.
Y decían:
“¿Acaso no es éste el hijo de José?” Él
les dijo: “Seguramente me vais a decir el refrán: ‘Médico, cúrate a ti
mismo.’ Todo lo que hemos oído que ha
sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria.” Y añadió: “En verdad os digo que ningún
profeta es bien recibido en su patria.”
“Os digo de
verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el
cielo por tres años y seis meses y hubo gran hambre en todo el país; y a
ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de
Sidón. Y muchos leprosos había en Israel
en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán,
el sirio.”
Al oír esas
cosas, todos los de la |sinagoga se llenaron de ira y, levantándose, le
arrojaron fuera de la ciudad y le llevaron a una altura escarpada del monte
sobre el cual estaba edificada su ciudad para despeñarle. Pero él, pasando por medio de ellos, se
marchó.”
Evangelio según San Lucas
“. . . Viniendo
a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían
maravillados: ‘¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus parientes
Santiago y Judas? ¿Y sus parientes
mujeres no están todas entre nosotros?
Entonces, ¿de dónde le viene todo esto?
Y se escandalizaban a causa de él.
Mas Jesús les
dijo: ‘Un profeta solo en su patria y en su casa carece de prestigio.’ Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la
falta de fe.”
Evangelio según San Mateo
Después de estos significativos
momentos, en el cielo debió haberse oído: ¡Aleluya!
¡Aleluya! ¡Aleluya! (Así, tres veces, ¡Alabado
sea Dios!), cantado con el coro de los Ángeles delante del Padre. Sin embargo, para Satán y sus huestes debió
haber sido el día más obscuro de su existencia.
El Mesías ha iniciado su vida pública, se ha manifestado abiertamente a
todos los hombres, lo cual significa que la Buena Nueva ha
empezado a difundirse. La salvación está
al alcance de los hombres y mujeres que quieran obtenerla.
¡Precisamente esto es lo que no debería
estar sucediendo!, pensarían todos los demonios. ¡A trabajar se ha dicho!; y para cada ser
humano reunido en ese lugar y en esa ocasión en Nazaret, hay un demonio que lo
abrumará, que lo poseerá, que le hará actuar contrario a lo que el Salvador
quiere. Por eso se endurecen sus
corazones, por eso dudan, por eso se manifiestan contrarios a su
coterráneo. No es casualidad esta
actitud, es producto de la influencia de Satanás entre todos ellos. ¡Por supuesto que sabían quién les estaba hablando! Durante veinticinco años han tenido algo que
ver con Jesús, el Hijo de María y José; le conocen desde niño, desde que llegó
de Egipto junto con sus padres. Han
convivido con Él en todo cuanto han hecho: sus juegos, sus ‘aventuras’, sus
alegrías y sus tristezas; junto a Él crecieron y se han hecho maduros
todos. Pero se extrañan porque les
parece increíble lo que acaban de escuchar, y venido precisamente de Él.
Es muy probable que Jesucristo haya
dado aquí, en la sinagoga de Nazaret, su mejor discurso como hombre, ya que el
pasaje Bíblico utilizado así lo hace suponer: “. . . El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para
anunciar a los pobres la Buena Nueva. . .” Nada más fue ha decirles lo que
ya era un hecho, lo que ya había sucedido; les estaba participando lo que Juan
el Bautista había visto al momento de bautizar a su queridísimo primo. Lo están sabiendo sin intermediarios; ¡el
mismísimo Mesías se los está diciendo!
Por
supuesto que le conocían, y más que eso, le admiraban, le consideraban como el
mejor de ellos, ¡hasta le amaban!; eso está muy claro. Solo que uniendo el gran discurso de Jesús a
estos loables sentimientos de los nazaritas, el resultado hubiera sido
¡avasalladoramente inconveniente para el Demonio! ¡¡el resultado hubiera sido
la conversión en masa de todo el pueblo de Nazaret!! ¡Tan solo con imaginármelo tiemblo de gusto!
Qué bonito hubiera sido. Pero no podía
ser así, de modo que Satanás actuó y lo hizo con tantos elementos a su
servicio, como en pocas ocasiones lo hará.
“. . . Esta escritura que acabáis de
oír, se ha cumplido hoy. . .” Ya están
avisados, todos estuvieron y estamos avisados.
La escritura ya se cumplió, y se cumplió en Jesús de Nazaret. También Satanás tomó cuenta del aviso; y por
supuesto, actuó. Actuó acechando al
Mesías con todo cuanto tenía a su alcance, y si éstos son seres humanos, ¡pues,
mejor!, así otros serán fáciles de dominar.
La turba humana es la masa viviente más
difícil de controlar; se comportan como animales, pero no dejan de pensar.
Si uno analiza las palabras de los
Evangelistas, puede darse cuenta de la influencia demoníaca sobre la gente de
Nazaret: en un renglón están felices, en el siguiente ya montaron en
cólera. Narra San Lucas, el médico: ”. . . Y todos daban testimonio de él y
estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y
decían: “¿Acaso no es éste el hijo de José?. . .”
Y
San Mateo, el recaudador de impuestos, lo dice por el estilo: “. . . les esnse-ñaba en su sinagoga, de
tal manera que decían maravillados: ‘¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y
esos milagros? ¿No es éste el hijo del
carpintero? ¿No se llama su madre María,
y sus parientes Santiago y Judas?. . .”
De primera instancia, como primera
reacción, denotan felicidad, gozo, alegría; acto seguido se ve la indiscutible
influencia del Diablo: duda, intriga, vacilación, cuestionamiento. El mismo método de siempre, ¡¿por qué no lo
habremos entendido ya?! No hay nada
nuevo en el accionar de los demonios, hacen exactamente como el Príncipe de las
Tinieblas hizo en el Edén: desacreditar la verdad. Pero lo malo no es que ellos no se
diversifiquen en sus métodos, lo peor es que nosotros sigamos cayendo en sus
estúpidas trampas.
Y una vez lograda la confusión, lo
demás es esperar para ver qué se les va a ocurrir a los humanos. ¡Y allá van todos! La soberbia por delante. “. . . ¿No es éste el hijo del carpintero?. . .”; claro está, la
observación lleva envidia incluida. Así
es como empieza una turba: basta con que alguien diga la primera
estupidez. ¡Si esto no es acecho del
Demonio sobre el Mesías, ¿entonces, qué es?!
Solo en Jerusalén, dentro de tres años en ocasión de la Pascua , se verá algo
superior en cuanto a gente enloquecida.
Así de grave fue este momento.
Obviamente, el Divino Maestro también
se dio cuenta del ataque de Satanás y sus huestes; y va a dejarles muy claro la
gravedad del asunto. Les cita a Elías y
a Eliseo con las curaciones efectuadas a extranjeros en tierra de Israel. Y además nos deja una de sus frases máximas: “En verdad os digo que ningún profeta es
bien recibido en su patria.” Por si
antes no sabíamos el profundo significado de estas palabras, hoy debemos
aprender que se aplican a todas esas
situaciones en donde la soberbia nos vence, en donde la envidia nos derrota, en
donde nos ponemos a disposición del mal; como los nazaritas contra Jesús.
Estaban tan poseídos todos
por las huestes del Demonio, que la turba siguió ‘in crecendo’ (porque el mal, solo genera más mal), y ahora hasta
quieren matarlo despeñándolo afuera de Nazaret. Sin embargo, Jesús impone su
presencia en medio de ellos y se retira del lugar sin que nada le suceda. Estuvo muy cerca, pero esta vez también será
derrotado Satanás, porque a pesar de no haber podido realizar ‘muchos milagros’, según asienta San
Mateo, nunca más regresará a Nazaret a predicar la Buena Nueva ; solo esa
ocasión tuvieron sus paisanos para escucharlo y seguirlo. Pero entre ellos, o mejor dicho, en cada uno
de ellos, una multitud de demonios se abatieron contra el Mesías en esa amarga
visita de Jesús a Nazaret.
Qué experiencia más terrible debió
haber sido ésta para los Santos de Dios.
Allí están María y José, sus queridísimos padres; Cleofás, María, Santiago y Judas, sus
parientes; Leví, el de Cafarnaúm; Felipe, Simón (Pedro) y Andrés, los de
Betsaida; Juan y Santiago, los hijos de Zebedeo; también se encuentran Simón el
de Caná; y Natanael, Judas y Tomás, los de Jerusalén. ¡¡Están todos sus Apóstoles, y esto sucede EN
EL PRIMER VIAJE QUE HACEN JUNTO CON EL RABBONI!! Enmudecidos debieron haber
quedado todos ante los terribles acontecimientos; y sucedió precisamente en
Nazaret, en donde creció Jesús.
Habrá muchas otras ocasiones que
recordarán en este mismo sentido: con el acecho del Demonio sobre el Mesías.
§ § §
Orar
sirve, oremos por nuestros Pueblos.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
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