“Santifícalos con La
Verdad.
Tu Palabra es La
Verdad.”
Ciudad de
México, Febrero 2 del 2018.
“Todo varón
primogénito será consagrado al Señor.”
(Lc 2, 23)
SOLEMNIDAD DE LA PRESENTACIÓN
DEL NIÑO JESÚS EN EL TEMPLO.
LA PURIFICACIÓN DE MARÍA.
LA CANDELARIA (Fiesta de las Candelas).
Muy estimados todos, en Cristo Jesús:
Esta es la primera
vez que Jesús está en el Templo de Jerusalén, habrá muchas más, la última será
treinta y tres años después; precisamente en la mañana del Jueves de la Semana
Mayor, un poco antes de la Celebración de La Pascua Judía y de la Institución
de la Sagrada Eucaristía en La Última Cena del Señor.
En la primera
ocasión, El Templo recibirá a Jesús, María y José para ‘su purificación’ –no sé
de qué tendrán que purificarse estas tres pulcrísimas personas– pero en
cumplimiento a la Ley de Moisés, ellos acuden ante el Sacerdote. En la segunda oportunidad, la gente reunida
en el Templo construido por Herodes, oirá las últimas enseñanzas del Divino
Maestro como hombre; pues en la noche de ese mismo día será apresado.
El día de la
presentación de Jesús Niño, a la entrada del Templo de Jerusalén aguarda su
llegada un Santo Hombre de Dios; se llama Simón y espera la promesa de Yahveh
de que “no
moriría sin ver al Salvador”; y
sus palabras después de haber vito al Niño Dios, son por demás significativas:
“Ahora, Señor,
puedes, según tu palabra,
dejar que tu
siervo se vaya en paz,
porque han visto
mis ojos Tu Salvación,
la que has
preparado a la vista de todos los pueblos,
luz para
iluminar a los gentiles
y gloria para tu
pueblo Israel.”
¡¡Eso es Fe!! “. . . garantía de lo que se espera; la prueba de las
realidades que no se ven.” dice la
Carta a los Hebreos (11, 1). Así debiéramos
hacerle nosotros, estar completamente seguros de que TODAS LAS PROMESAS que
tenemos de parte de Dios nuestro Señor se cumplirán; pero no tan solo creerlo y
esperarlo, sino ¡VIVIRLO!, HACERLO PARTE DE NUESTRA VIDA DIARIA!
Por eso hoy es una gran
Solemnidad, Las Candelas, ‘La Luz para
iluminar a los gentiles’; ¡sí!, La
Luz para iluminarnos a nosotros, los que ‘sin
haber visto, creemos’. Por eso hoy encendemos candelas, velas y
veladoras; porque queremos SENTIR La Luz de Jesucristo, viéndola, procurándola,
meditándola y haciéndola nuestra y haciéndonos de ella. Por eso es Solemne el recuerdo de este
memorable instante de nuestra Salvación: La Presentación de Jesús en el Templo
y la Purificación de María, Madre de Dios.
Orar sirve, es bueno para nuestra alma y
nuestra mente.
De todos ustedes afectísimo en Cristo,
Antonio Garelli
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Solo
el gusto de proclamar El Evangelio.
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