Santifícalos con La Verdad.
Ciudad de
México, Enero 17 del 2018.
DEL LIBRO
EL DEMONIO AL
ACECHO DEL MESÍAS
12 DE 77
II.2.- APREHENSIÓN DE JUAN EL BAUTISTA            
(Mt 4, 12-16; Mc 1, 14-15; Lc 3, 19-20)
“Cuando oyó que
Juan había sido entregado, se retiró a Galilea. Y dejando Nazará, vino a
residir en Cafarnaúm junto al mar, en el territorio de Zabulón y Neftalí; para
que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías (8,23; 9,1-2):
         ‘¡Tierra de Zabulón y tierra de
Neftalí,
         camino del mar, allende el Jordán, 
         Galilea de los gentiles!
         El pueblo que habitaba en tinieblas
         ha visto la luz;
         a los que habitaban en paraje de
sombras de muerte
         Una luz les ha amanecido.’”
Evangelio según San Mateo
“. . . Pero
Herodes, el tetrarca, reprendido por Juan a causa de Herodías, la mujer de su
hermano, y a causa de todas las malas acciones que había hecho, añadió a todas
ellas la de encerrar al Bautista en la cárcel. . .” 
Evangelio según San Lucas
         Hace apenas unos días Jesús había sido
Bautizado por Juan; después de ello, en las tentaciones, ya se habían ‘visto
las caras’ Satanás y Cristo en señal de pleno enfrentamiento. Y ahora vuelve a
atacar el Demonio jugando sucio: se le ha metido a Herodes en el alma y éste ha
hecho preso al primo mayor de Jesús, a Juan el Bautista, el hijo de Zacarías e
Isabel, la prima de María su Madre.  
         Como no le funcionaron las tácticas
para hacer caer a Jesucristo, ahora el Diablo continuará con su vieja forma de
ataque: agredir a las personas que aman a Jesús o a aquellos que le sigan.  Muchos de estos eventos se presentarán en los
próximos tres años de la vida del Señor; muchas agresiones deberán ser enfrentadas
por sus seguidores de parte del Demonio. 
Por supuesto que Satanás no quiere que el Mesías prospere; lo quiere
desacreditado, lo quiere desconocido por el pueblo, lo quiere indispuesto en Su
Ministerio.
         Juan el Bautista llevaba más de cinco
años predicando el arrepentimiento de las faltas y el perdón de los pecados, en
las riveras del Jordán;  muchos
inclusive, por esta labor pensaban que él era el Cristo.  Sin embargo, el mismo Juan deja muy clara
cuál es su posición al respecto cuando les dice: “. . .Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo. .
. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. . .”  Todo esto lo hacía consciente de su labor
como Precursor de Cristo, profetizando las últimas señales acerca del Mesías;
ya que, propiamente dicho, Juan el Bautista es el último de los profetas
Mesiánicos.
         Por supuesto, al igual que todos los
profetas anteriores, El Bautista también reprendía y pregonaba el mal comportamiento
de los reyes, su desobediencia a Dios y el desacato a las costumbres judías de
purificación.  Era muy querido por el
pueblo, pero odiado en gran forma por los reyes gobernantes de la región; tanto
Herodes Antipas, como Arquelao y Herodes Filipo (los tres hijos de Herodes el
Grande), temían mucho las invocaciones de Juan. 
Precisamente por una de estas determinaciones es que Herodes Antipas lo
apresa.
         Juan ya nunca recuperará su libertad;
muchos de sus discípulos, al quedar sin la presencia de su amado Maestro,
pasarán a formar parte de los seguidores de Jesús de Nazaret e inclusive, dos
de ellos (Juan de Zebedeo y Andrés), serán Apóstoles escogidos por el
Señor.  El Bautista seguirá pendiente del
Ministerio de Jesucristo durante todo el año que permanecerá preso y, ante su desesperación
humana, mandará preguntar a Jesús: “. . .
¿Eres tú el que ha de venir o espe-ramos a otro?”  Cristo, muy consciente de este sentimiento y
de la pena que embarga a su querido primo, le responde: “. . . Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los
sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva. . .”,
con lo cual Juan queda plenamente satisfecho, pues ahora sabe que su labor como
‘la voz que clama en el desierto’ y ‘el
Precursor del Mesías’, ha quedado concluida.
         Pero estos hechos no tienen un
significado aislado, están relacionados con el Ministerio de Jesucristo; y éste
es el asunto que en realidad le preocupa a Satanás: Jesús dejará Nazaret y
empezará a visitar todas las ciudades y poblaciones de Galilea proclamando el
Evangelio, la Buena
 Nueva.   Por eso el
Demonio está al acecho del Mesías, porque la liberación de la humanidad está en
camino y nada ni nadie la detendrá.
§ § §
Orar
sirve, oremos por nuestros Pueblos.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
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