¡Alabado sea Jesucristo!
Ciudad de
México, Noviembre 7 del 2017.
“¡Qué hermosos
son los pies del mensajero del Señor!”
(Is 52, 7)
SAN WILLIBRORDO PATRONO
DE LOS PAÍSES BAJOS
Muy estimados todos, en Cristo Jesús:
De mi magnífico librito “Flos
Sanctorum”
(Año MCMI) –preciadísimo
regalo de Doña Artemia, fan del radio– les comparto este escrito:
El apostólico
prelado San Willibrordo, nació por los Años del Señor de 658 en la Isla de la
Gran Bretaña y Reino de Northumberland.
A los siete años no cumplidos de su edad, le mandaron sus padres al
célebre Monasterio de Ripon, gobernado por San Wilfrido, el cual poco antes lo
había fundado.
Habiéndose así
acostumbrado desde niño a llevar el yugo del Señor, lo halló después, todo el
resto de su vida, muy blando y ligero; y para mejor conservar los frutos de la
religiosa educación que en el monasterio había recibido, tomó él el hábito de
religión, en edad muy temprana. Hizo tan
rápidos progresos en las letras humanas y divinas, que mereció ser elevado a la
dignidad del sacerdocio, la cual recibió en Irlanda.
Juntándose con
él algunos compañeros, a quienes abrasaba un mismo deseo de ganar almas para
Cristo, con grande celo predicaron el Evangelio a los Frisones (Países Bajos,
Flandes y Luxemburgo), San Willibrordo se distinguió en tan santo ministerio
por su ardor apostólico y por su rara modestia, humildad, apacible conversación
e igualdad de ánimo.
Habiendo llegado
la fama de sus virtudes a oídos de Pepino de Heristal, señor de aquellas
regiones, le escogió para la Silla Episcopal de Utrecht; y esta elección agradó
tanto al Sumo Pontífice, que le llamó a Roma para consagrarle él mismo, Obispo
de aquella Diócesis.
Emprendió luego
el Santo con nuevo fervor la conversión de los gentiles, dilatando el campo de
sus correrías apostólicas hasta las incultas regiones del Septentrión; y
acompañándose después con muchos sacerdotes y algunos Obispos, para exterminar
por completo las supersticiones del paganismo en Zelanda y Holanda. Para conservar los frutos de estas santas
misiones, ordenaba de sacerdotes solamente aquellos en quienes veía sólidas
virtudes; y procuraba encender en sus corazones la llama del celo por las
almas, que ya en el suyo ardía.
Llegando en
estas empresas de tanta Gloria de Dios a una edad harto avanzada, eligió entre
sus sacerdotes a uno que tomó por auxiliar y a quien encomendó el gobierno de
la Diócesis; y él se retiró a hacer vida solitaria, para emplear los últimos
tiempos de su vida en prepararse para la eternidad.
Finalmente,
lleno de días y méritos, y precedido de una innumerable muchedumbre de almas
que había sacado de la servidumbre del demonio, y ganado para Cristo, entregó
la suya al Creador, el 7 de noviembre del 739 A.D., a los 81 años de edad.
¡Felicidades amigos
de los Países Bajos por la Festividad de su Santo Patrono Willibrordo!
Orar sirve, es la mejor forma de
permanecer con Dios.
De todos ustedes afectísimo en Cristo,
Antonio Garelli
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