¡Alabado sea Jesucristo!
Ciudad de
México, Noviembre 6 del 2017.
“El
protestantismo es el compendio de todas las herejías
para ruina de
las almas.”
San Pío X
DOS DOLOROSÍSIMOS MOMENTOS.
Muy estimados todos, en Cristo Jesús:
En la Historia de la Humanidad hay un sinnúmero de momentos
con los que hemos ofendido profundamente a Dios, Trino y Uno; Padre Creador,
Hijo Redentor y Espíritu Santo Santificador; la Santa Biblia nos detalla
algunas centenas de esas ocasiones, desde el pecado de Adán y Eva, hasta los
Martirios de Cristo y sus Santos. Pero
hay dos instantes, que no son Bíblicos y sí muy ofensivos para la Gracia
Divina:
1 El Cisma de Oriente
en la Iglesia – con lo que aparecen los Ortodoxos (1054);
2
La Reforma – con lo que aparecen los protestantes (1517).
Me puedo imaginar
perfectamente bien ‘el desconsuelo de las
Tres Divinas Personas’ viendo a la voluntad humana (libre albedrío),
despedazar La Obra de Dios Hijo (en su tránsito humano), La Iglesia Cristiana,
en dos ocasiones distintas: el primero hace diez siglos; y el segundo acaba de
cumplir 500 años.
Me consta el trabajo
denodado de los seis Papas que me han tocado vivir (San Juan XXIII, Paulo VI
(mi querido ‘Tío’), Juan Pablo I, San Juan Pablo II, Benedicto XVI y
Francisco), tratando de enmendar (arreglar, quitar
defectos; RAE) las malas obras
anteriores en el cristianismo. Pero, para
efectos prácticos, NINGUNO DE LOS SANTOS PADRES, NI SIQUIERA CERCA, HA LOGRADO
ALGO SUSTANCIAL QUE MODIFIQUE EL MAL PROCEDER ACAECIDO.
Es cierto, ha habido
muchas buenas voluntades, algunos acuerdos, y hasta celebérrimas ocasiones
–casi hitos de la historia– pero seguimos separados; y con el protestantismo
(en donde incluyo a los anglicanos), aún más.
Y no estoy refiriéndome a las sectas, solamente, sino también a las
iglesias protestantes que creen y comparten nuestro Credo.
“Creo en La Iglesia, que es Una, Santa,
Católica y Apostólica”, así lo proclamamos, pero la verdad es que hay
millones y millones de cristianos que no se ciñen axiomáticamente a la
definición.
Los bombos y
platillos de fechas recientes, de las declaraciones de algunos jerarcas de la
Iglesia Católica Apostólica y Romana, son como ‘para creer que vamos
avanzando’; pero la verdad es que nunca (hasta que Dios se canse), volveremos a
ser “UNA, SANTA, CATÓLICA Y APÓSTÓLICA” Romana.
A mí me quedan menos años por vivir que a la gran mayoría de ustedes,
ojalá vean vivos esta re-unión; pero creo que los nietos de mi nieto Pablito,
no lo verán.
Ya pasaron
quinientos años de uno de esos dos dolorosísimos momentos y no tan solo no
estamos juntos, sino que estamos más separados.
20,000 sectas cristianas y cientos de miles de falsos pastores –propios
y extraños– me dan la horripilante razón en este asunto. ¿Será que Cristo nos quiere separados? ¿O es
el demonio quien nos divide para vencer?
Orar sirve, es la mejor forma de
permanecer con Dios.
De todos ustedes afectísimo en Cristo,
Antonio Garelli
También me puedes seguir en:
Solo por el gusto de Proclamar El Evangelio
No hay comentarios:
Publicar un comentario