¡Alabado sea
Jesucristo!
Ciudad de México,
Julio 12 del 2017
M E D I T A N D O L
A S
P A R Á B O L A S D
E
J E S Ú S D E N A Z A R E T
20 de 35
En el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu
Santo + Amén.
PADRENUESTRO
“Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea
tu nombre;...”
AVEMARÍA
“Dios te salve, María, llena eres de Gracia.
. .”
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
“Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus
fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Tu Espíritu Creador. Y renueva la faz
de la tierra. Oh Dios, que has iluminado
los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus
inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.”
19.- “PARÁBOLA DE LA OVEJA PERDIDA ”
(Lc 15, 4 – 7; Mt
18, 12 – 13)
“¿Quién
de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa
y nueve en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la
encuentra? Y cuando la encuentra, la
pone contento sobre sus hombros; y llegado a casa, convoca a los amigos y
vecinos, y les dice: ‘Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me
había perdido.’ Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por
un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan
necesidad de conversión.”
ACTOS DE
PREPARACIÓN:
Con el maravilloso don que es la Fe ,
voy a ponerme delante de Dios para deleitarme del gozo de sus palabras;
especialmente con esta parábola que podría ser considerada como un postre en
nuestra alimentación espiritual.
Igualmente, con la Esperanza ,
que es la fuerza espiritual que me permite aguardar el auxilio Divino, enfocaré
mi inteligencia y mis sentidos para aprovechar aún más esta gran oportunidad de
contactar con mi Señor.
Y dado que es menester, envolveré estos
minutos de mi vida con la Caridad , como medio
de conducción y contacto con Jesús, Creador y Redentor mío.
PETICIÓN:
Jesucristo, Tú que haces posibles todas
las cosas, mantenme atento a tu mensaje de salvación, para que sea posible que
me convierta en vehículo de tus palabras para mi prójimo, especialmente los más
necesitados.
EL
TIEMPO Y EL LUGAR:
San Mateo ubica
esta hermosura de parábola dentro del Discurso Eclesiástico de Jesús, recién
iniciado el tercer año del Ministerio del Señor. San Lucas en cambio, la reúne con la Moneda Perdida y El Hijo
Pródigo, en lo que conocemos como ‘Las Tres Parábolas de la Misericordia ’.
Para Mateo,
están en Galilea, muy seguramente en Naím que es tierra de pastores. Jesús, siempre atento al entorno y a la gente
a la que deberá predicar, pone ejemplos propios de su público para una mejor
comprensión del mensaje.
La mashal (parábola) en esta ocasión, tiene
además un toque de exquisita comprensión de parte del Divino Maestro hacia sus
escuchas, por lo que se refiere a sus preocupaciones materiales. Si bien toda la región de Palestina era
tierra de pastores, Galilea lo era más en virtud de sus onduladas campiñas.
Mucho, mucho tiempo debió haber pasado con los pastores Jesús durante sus años
de juventud; los rebaños fueron siempre fuente de su inspiración
parabólica. No es casual que la primera
representación del Señor haya sido precisamente la de un pastor.
LOS PERSONAJES Y
ELEMENTOS:
Los pastores,
somos todos. Las cien ovejas, son
nuestro prójimo. La oveja que se
extravía, es algún familiar, amigo o compañero al que debemos ayudar. Los amigos y vecinos, son nuestro círculo
familiar, social o laboral.
MEDITACIÓN:
Jesucristo nunca
poseyó cosa alguna; ni casas, ni tierras, ni ganados. Esto es evidente cuando Él mismo dice: “. . . El Hijo del hombre no tiene ni done
recostar su cabeza para descanso. . .” (Mt) Así lo debo imaginar siempre,
totalmente desarraigado a ‘cosas’. Y sin
embargo, muchas veces habla de preocupaciones, de acciones y de detalles, como si hubiese sido un gran
terrateniente, un acaudalado, un ‘hombre de mundo’. ¡Qué bien llegaste a conocernos, Señor! ¡A todos!
Desde los más humildes hasta los más encumbrados.
Me queda muy
claro, Señor: tengo que ocuparme de todos, no de la mayoría. He de vigilar a
cada uno, no al grupo. ¡Y vaya que si tengo ovejas perdidas! Tú las has puesto en mi vida, porque quieres
que las atienda personalmente; sin importar mis haberes, ni mi tiempo, ni mis
capacidades. Me quieres pastor en tu
rebaño. Hoy, Señor, no voy a decirte
ningún ‘pero es que. . .’ Hoy voy a
disponer mi alma, mi cuerpo y todo mi ser, a buscar y encontrar a ‘mis propias
ovejas perdidas’. Las conozco bien, solo
que no las busco para acogerlas, para cuidarlas, para ayudarlas.
Voy a empezar
por mi cónyuge; sin lugar a dudas, esta es la oveja más importante que has
puesto en mi vida y para mi cuidado, Señor.
Tan cierto es esto, que nuestra unión (o sea, hacernos uno), mereció el
grado de Sacramento cuando nos casamos.
Esta oveja tuya tendrá de mi parte más consideración, más cariño y más
amor; así como Tú quieres, Jesús, amor esponsal.
Inmediatamente
seguiré con mis hijos e hijas; esos retoños de nuestra unión que han nacido
gracias a tu misericordia. Para ellos
comprensión, paciencia y amor paternal. Y qué decir de mis padres: si es que
vivos; para ser visitados, comprendidos y atendidos. Si es que fallecidos; para mantenerles en mis
oraciones para su estancia en Tí.
Igualmente para familiares antecedentes y precedentes a mí. Amor filial.
Pero hay más,
muchos más. Estos son los amigos; ésos a
los que Tú has acercado para que yo sea faro en sus tormentas, paz en sus
disgustos y calma en sus ansiedades.
Cuán profundamente me tocan, Señor, tus palabras al respecto: ‘. . . el
verdadero amigo, es el que da la vida por sus amigos. . .’ ¡Así quisiera ser yo, Jesús! Pero me
acobardo, me vence el egoísmo, me falta entrega. Hoy no, Señor; hoy quiero ser
como Tú. Quiero darles mi apoyo, mi
confianza, mi mano amiga.
Quiero que
sientan como que Tú me has mandado a ellos; como que sus oraciones ya han sido
escuchadas y atendidas. Amor fraternal.
Pero sobre todo,
Cristo mío, quiero ser pastor dedicado en aquellos a los que directa o
indirectamente afecto con mis decisiones de trabajo, de negocios, de
labores. No me permitas Señor,
afectarles en su dignidad, en su esperanza, en su voluntad. Permíteme considerarles como míos, por más
extraños que me parezcan. Amor Cristiano.
No importa
cuántos familiares tenga yo, al que se extravíe, al que pierda el camino, lo
tengo que buscar hasta encontrarlo, hasta traerlo de nuevo al redil de nuestra
Santa Madre La Iglesia. No importa cuántos amigos
pueda yo contar; al que por alguna razón (o sin ella) se desvíe hasta perderse,
tengo que traerlo sano y salvo de vuelta al rebaño. No importa cuántos superiores o subordinados
estén alrededor mío; tan solo si de uno sé que ha perdido el camino, es mi
obligación ayudarle a regresar a la senda del bien. ¡Para eso soy Cristiano, para eso soy ‘luz
del mundo y sal de la tierra’, para ayudar; para ser digno de Cristo!
FRUTO:
VOY A ESCRIBIR DOS PROPÓSITOS TANGIBLES Y
ALCANZABLES QUE DEBERÁN CAMBIAR MI VIDA, A FIN DE SER UNA PERSONA CONGRUENTE
ENTRE LO QUE ACABO DE APRENDER DE JESUCRISTO Y LO QUE DEBO HACER COMO UN DIGNO
SEGUIDOR DEL SEÑOR.
1
2
ORACIÓN A MARÍA:
Santísima Virgen María, Madre de
Jesucristo y Madre mía, que tu maternal amor conduzca todas mis acciones en
bien de mi prójimo, y alcance con ello la aceptación de tu amadísimo Hijo, mi
hermano y Señor.
Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu
Santo + Amén.
V V V
Afectísimo en
Cristo de todos ustedes,
Antonio Garelli
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De Milagros y
Diosidencias. Solo por el gusto de proclamar
El Evangelio.
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