¡Venga Tu
Reino!
Mayo 3 del
2013
Muy queridos, todos, en Jesucristo:
QUINTA PARTE – LAS
APARICIONES MARIANAS
Quiero aclarar que este
es un atrevimiento personal. Un día (espero que antes de que yo me muera, para
darme el gusto de verlo), aparecerá el Santo Papa que, igual que sus
predecesores, se llenará de valentía y del Espíritu Santo y PROCLAMARÁ COMO
DOGMA DE FE, LAS APARICIONES MARIANAS. Hoy son tradición popular católica, hay
cientos de ellas (si no es que miles) por todo el mundo; y solo algunas están
‘oficialmente’ reconocidas por la Tradición de la Iglesia Católica, a través de
su Magisterio.
Esta proclamación,
igual que las que hemos consultado en esta serie de artículos, ‘solo’ le dará
el sustento Teológico necesario, para convertir todas esas tradiciones en Santa
Liturgia para la Iglesia. Ya existen varias
Bulas Papales para el establecimiento de las Fiestas, haciendo mención a las
Apariciones de la Santísima Virgen María, que ‘autentifican’ (por decirlo de
alguna forma), la ocasión. Las
antiquísimas peregrinaciones a Los Santuarios erigidos, así como las visitas realizadas
por los Santos Papas en su momento, dan también evidencia de la autenticidad de
los hechos que se recuerdan y veneran.
Para mí está muy
claro que, ante nuestras evidentes debilidades de Fe, La Santísima Virgen María
ha tomado el ejemplo de las Apariciones de su Hijo, aquéllas después de la
Resurrección; para impactarnos al momento de una solicitud expresa que ha de
ser cumplida. . . y a veces, ni así ha funcionado.
El encargo de
Jesucristo en la Cruz, “Ahí tienes a tu
hijo. . . Ahí tienes a tu Madre.”; hace que ellos dos, María y Juan, en el
devenir del tiempo, nos representen a todas las generaciones, antes y después
de ellos. A los de antes, que no
conocieron a María, El Señor les da un gran regalo al momento de su
Resurrección: su propia Madre; y a nosotros, que en razón de la Fe y la
historia nos la apropiamos como Madre Bondadosa, nos la deja latente en todos
los momentos de la Iglesia. Por eso La
Santísima Virgen tiene que realizar Las Apariciones Marianas, porque como hizo
con Él, nos cuida cual Generosa Madre Celestial.
Sucesos como el de La
Virgen del Pilar (la Primera de estas Apariciones – en el año 40 A.D.),
en la que ‘el vidente’, en este caso Santo Santiago el Mayor, Apóstol de
Jesucristo, no deja escritos sobre el majestuoso acontecimiento; ya han sido
reconocidos por diversos Obispos y Pastores de la Iglesia, para la devoción
popular, por casi DOS MILENIOS de veneración.
Sin embargo, hay
otros de esos esplendorosos momentos, en que nuestra Madre del Cielo sí nos ha
dejado evidencia de su estancia. El más
claro y estudiado de esos casos, es el de las Apariciones Marianas del Tepeyac,
en México, D.F.; Santa María de Guadalupe deja ´plasmada’ su hermosísima figura,
en el ‘ayate’ del vidente, el indio San Juan Diego Cuauhtlatoatzin; para que
hasta nuestros días, casi quinientos años después de aquel glorioso 12 de
Diciembre de 1531, podamos seguir venerándola ‘en persona’. Por ello el Papa Benedicto XIV dijo, al
conocer la imagen en 1751: “Nunca hizo cosa igual con ninguna otra
nación.” Ni entonces ni hasta
ahora, 260 años después de tan atinadas palabras del Papa.
http://www.ewtn.com/spanish/Maria/guadalupe.htm Por favor, léanlo.
Ya pronto podrán
consultar en este blog, en la sección de botones de acceso directo, el
compendio de APARICIONES MARIANAS, que he integrado para ustedes. Son más de 40
luminosos eventos en que la Santísima Virgen María, atendiendo a su calidad de
Madre del Género Humano, se aparece a uno o varios videntes con una petición
especial. Por ahora, pueden leer los
accesos de los dos ejemplos que les he dado.
Suyo afectísimo
Antonio Garelli
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