“… Hazme un instrumento de tu paz …”
San Francisco de Asís
Riviera
Maya, México; Junio 26 del 2024.
MÍSTICA
Por:
Lilia Garelli
“…Con el
trabajo, el hombre provee ordinariamente
a la propia vida y a la de sus familiares…”
Concilio Vaticano II - Gaudium et
Spes 63
San José – Patrono de los Trabajadores
San
Josemaría Escribá de Balague
Feliz LXXV Cumpleaños Kiko
CHRISTIFIDELES LAICI (30)
“Vocación y Misión de los Laicos en la Iglesia y en el Mundo”
Estimados en Cristo:
Seguimos con el sub-tema 43 que iniciamos la semana pasada sobre “Situar al hombre en el centro de la vida económico-social” y donde San Juan Pablo II nos exhorta a todos los fieles laicos a participar activamente en la vida económica y social, interviniendo positivamente en las distintas áreas de la vida del trabajo en la sociedad, buscando resolver las graves situaciones de desocupación, de injusticias en el trabajo y proponiendo nuevas formas de emprendimiento que ayuden a desarrollar novadores sistemas de comercio, financiación e intercambios tecnológicos.
Para fundamentar esta idea, nos recuerda otro párrafo del mensaje que nos ha dejado el Concilio Vaticano II: “…Con el trabajo, el hombre provee ordinariamente a la propia vida y a la de sus familiares; se une a sus hermanos los hombres y les hace un servicio; puede practicar la verdadera caridad y cooperar con la propia actividad al perfeccionamiento de la creación divina. No sólo esto. Sabemos que, con la oblación de su trabajo a Dios, los hombres se asocian, a la propia obra redentora de Jesucristo, quien dio al trabajo una dignidad sobreeminente, laborando con sus propias manos en Nazaret…” (CVII – Gaudium et Spes No. 63).
En efecto, el sentido que nos marca aquí el Papa es con el fin de darle la dignidad que se merece un trabajo honesto, justo, colaborativo y dispuesto a buscar en todo momento el bien común de la sociedad; esto es, dándoles un salario justo a cada uno de los trabajadores y donde la posibilidad de crecimiento y proyección de sus integrantes esté en la mente de quienes son los dirigentes; por ello el Papa nos dice: “…Con ese fin, los fieles laicos han de cumplir su trabajo con competencia profesional, con honestidad humana, con espíritu cristiano, como camino de la propia santificación, según la explícita invitación del Concilio…” (SJPII – CFL No. 43). Este sería el mejor panorama que el futuro nos marcaría, si realmente se llevara a cabo ¡Qué diferente sería nuestra sociedad! Sin embargo, no debemos desanimarnos y tomar en serio la invitación que nos hace el Papa a todos los fieles laicos, de participar con decisión, influyendo en nuestro entorno, donde sea la caridad la que prevalezca y que, al vivir en un mundo violento y corrupto, nosotros seamos el ejemplo que imprime paz y generosidad donde no la hay.
San Juan Pablo II termina este apartado, haciendo una reflexión sobre el cuidado de nuestro mundo desde el punto de vista ecológico reescribiendo algunas palabras de su Encíclica “Sollicitudo rei socialis”: “…El dominio confiado al hombre por el Creador (…) no es un poder absoluto, ni se puede hablar de libertad de “usar y abusar”, o de disponer de las cosas como mejor parezca. (…) Una justa concepción del desarrollo no puede prescindir de estas consideraciones, relativas al uso de los elementos de la naturaleza, a la renovabilidad de los recursos y a las consecuencias de una industrialización desordenada; las cuales ponen ante nuestra conciencia la dimensión moral, que debe distinguir el desarrollo…” (SJPII – Enc. Sollicitudo rei socialis No. 34).
Caer en la cuenta de la importancia del cuidado de la naturaleza, en todo nuestro entorno, siempre será para nosotros el agradar a Dios en cuanto a la protección de aquello que nos dio como casa común y que debemos cuidar con sensibilidad y deseo no tan solo de proteger sino de mantener la belleza que Dios nos ha regalado, sin ningún costo, ¡disfrutemos de nuestra tierra como Dios quiere!
44. Evangelizar la cultura y las culturas del hombre:
San Juan Pablo II nos ha llevado de la mano en diversos ámbitos de la vida del hombre, reflexionando sobre la importancia del bien actuar de todos nosotros fieles laicos, siempre buscando inyectar positivamente a la sociedad y tratando de lograr el bienestar en múltiples áreas como: (a) el respeto de la dignidad humana; (b) venerar el inviolable derecho a la vida; (c) la libertad religiosa; (d) la integración adecuada de la familia como núcleo de la sociedad y principal formadora de la caridad desde su raíz; (e) la política siempre unida a la justicia; (f) el servicio a la sociedad a través de la vida económico-social organizada por medio del trabajo; y ahora pasaremos en un siguiente apartado (g) el servicio a la persona y a la sociedad a través de la creación y la transmisión de la cultura.
El Papa nos recuerda las palabras del Concilio Vaticano II en la Constitución Pastoral “Gaudium et Spes” hablando al respecto: “…A la luz del Concilio, entendemos por “cultura” todos aquellos “medios con los que el hombre afina y desarrolla sus innumerables cualidades espirituales y corporales; procura someter el mismo orbe terrestre con su conocimiento y trabajo; hace más humana la vida social, tanto en la familia como en la sociedad civil, mediante el progreso de las costumbres e instituciones; finalmente, a lo largo del tiempo, expresa, comunica y conserva en sus obras grandes experiencias espirituales y aspiraciones que sirvan al progreso de muchos e incluso de todo el género humano…” (CVII – Gaudium et Spes No. 53).
Con estas palabras, nos queda perfectamente claro como a través de la cultura de los pueblos ayuda indiscutiblemente a buscar siempre el bien común de todos y a ser propuestas siempre justas y dignas del desarrollo positivo de la humanidad. Por ello el Papa define la cultura con estas sabias palabras:
“…En concreto, sólo desde dentro y a través de
la cultura, la fe cristiana llega a hacerse histórica y creadora de historia…”
San Juan Pablo
II - Christifideles Laici No. 44
Afectísima en Jesucristo,
Lilia Garelli
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Solo por el gusto
de proclamar El Evangelio.
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