“¡Sagrado Corazón de Jesús,
en ti
confío!”
Riviera Maya, México; Mayo 16 del 2020
“La Muerte de
Cristo fue la muerte de la muerte
y la Victoria
Pascual de la Vida.”
P. Emiliano Jiménez, C.N.
SE ALARGAN LAS
CUARENTENAS
Muy estimados todos, en Cristo Jesús:
Cada día que pasa me
angustia más esta horrible pandemia que TODOS estamos viviendo, sufriendo y
doliendo; yo nunca había vivido algo semejante.
Sí, es cierto, las catástrofes naturales como terremotos, inundaciones,
huracanes o tornados, incendios y otras inclemencias de la naturaleza, también nos
afectan mucho, pero esta terrible enfermedad que afecta a todos los pueblos, y
durante tanto tiempo, no tiene comparación en mi vida.
Nunca había estado ‘recluido’
durante tanto tiempo –ni siquiera en mis Ejercicios Espirituales que eran de cinco
días– cuidándome de todo y de nada, enterándome ‘forzosamente’ de noticias que
no quiero, pero debo, oír; estando informado de cómo estamos todos, pero sin
alarmar, sin preocupar demasiado. No es
una situación con la que se pueda vivir diariamente, y además, tener que
escribir todos los días al menos una hoja acerca de Jesucristo.
¡Nunca había rezado
tanto como lo he hecho en los últimos cuarenta días! ¡Nunca había tenido una
lista tan larga de gente por la que orar, rezar y suplicar! Y por supuesto que
eso no me molesta en lo mínimo, ¡qué bueno que todos estemos orando mucho!; el
problema es la cantidad de muertos de los que nos enteramos diariamente (¡que
son muchísimos para mi estándar!), que han pasado de ser una dignísima persona
humana, a solo un número estadístico de decesos, en menos de tres días. ¡Y eso es en todo el Mundo! Es pavoroso los
que está sucediendo.
Puede ser que los
mexicanos ya estemos insensibilizados ante los ‘muertos sin razón’, y además en tan grandes cantidades; tenemos las
‘amargas experiencias’ de muchísimas ‘guerras internas’ con una cantidad
inaudita de ‘bandos beligerantes’ –narcotráfico,
abortos, criminales asesinos de mujeres, menores y ancianos– solo por mencionar
cinco de los más de CIEN CASOS DE
MUERTOS QUE DIARIAMENTE HAY EN
NUESTRO PAÍS, solo por ‘homicidios
dolosos’.
Ahora miren esto: del
18 de marzo al día de hoy, han pasado 60 días y llevamos 4,500 muertos por
COVID-19; eso quiere decir que, en promedio, han fallecido 75 personas diariamente.
¿Ya me entienden lo que les quiero
decir? Tal parece que hemos asimilado la abrumadora desgracia de la horrorosa
pandemia que estamos ´viviendo’, con la otra desdicha que tenemos entre los
mexicanos: los asesinatos criminales.
Ya, hasta aquí
llegué. No los quiero abrumar ni quiero
que se empiecen a desesperar, como estoy yo.
Hay muchas almas por
las que tenemos que rezar, orar e implorar.
A algunas las conocemos, a otras nos une su origen nacional, pero la
enorme mayoría son desconocidas para nosotros; Y POR ESO ES QUE TENEMOS QUE
ORAR, PORQUE MUCHÍSIMAS DE ELLAS HAN MUERTO EN EL TOTAL DESCONSUELO Y ABANDONO.
Dirijan, por favor, sus oraciones de
mañana, por las almas de los difuntos del COVID-19; de un barrio, de una ciudad,
o de un país; el que quieran, pero diríjanlo en específico, y valgámonos del
Sagrado Corazón de Jesús para nuestra petición al Padre.
Orar sirve, nuestra alma lo agradece y
nuestra mente también.
De todos ustedes afectísimo en Cristo,
Antonio Garelli
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por el gusto de proclamar El Evangelio.
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