“Santifícalos
con La verdad.”
Ciudad de
México, Enero 3 del 2018.
DEL LIBRO
EL DEMONIO AL
ACECHO DEL MESÍAS
10 DE 77
I.10.- EL BAUTISMO DE JESÚS EN EL JORDÁN
(Mt 3, 13-17; Lc 3, 21-22; Mc 1, 9-11; Jn
1, 19-34)
“Entonces
se presenta Jesús, venido de Galilea al Jordán, a donde Juan, para ser
bautizado por él. Pero Juan trataba de
impedírselo diciendo: “Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú
vienes a mí?”
Jesús
le respondió: “Deja ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia”. Entonces le dejó.
Una
vez bautizado Jesús, salió del agua; y en esto se abrieron los cielos y se vio
al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y venía sobre Él.
Y
una voz procedente de los cielos decía: “Este es mi hijo amado, en quien me
complazco.””
Esta es la primera manifestación física
que hace La
Santísima Trinidad para los humanos; qué lástima que hayan
sido tan pocos los que la presenciaron, pero que bueno que todos los
Evangelistas la registraron. Pasarán
cuatrocientos años antes que un gran teólogo y Doctor de la Iglesia (San Agustín de
Hipona), con una espléndida infusión de Espíritu Santo, nos explique su
significado. Pero el momento arriba
descrito es para nosotros, “. . . los
bienaventurados que sin ver, creen. . .”
Se escucha la
voz del Padre; se vive en toda su magnitud humana al Hijo; se ve la
representación del Espíritu Santo. Ni
hebreos, ni israelitas tuvieron esta gran-diosa oportunidad; se les da a los
Cristianos en el inicio mismo del Ministerio del Señor, cuando la Buena Nueva empezará a
ser predicada; cuando Jesús de Nazaret ‘da comienzo’ a su reivindicación como
el Cristo.
Dos discípulos
de Juan el Bautista están presentes en este Divino instante: Andrés (el hermano
de Simón, Pedro) y Juan (el hermano de Santiago el de Zebedeo); estos cuatro hombres
serán Apóstoles del Señor dentro de poco tiempo. Es entonces cuando Juan el Bautista exclama
acerca de Jesús: “He ahí el Cordero de
Dios, que quita el pecado del mundo.”
El Demonio y sus huestes están al
acecho afuera de la gran burbuja de Divinidad que se ha extendido en el lugar,
en ocasión de la Unción
de Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo; y no es que no lo tuviera desde
siempre (pues Él es Uno con el Otro, y Ambos lo son con El Padre), sino que
Dios ha querido manifestarlo tácitamente en tan solemne oportunidad. El Diablo y sus hijos están atentos de todo
cuanto está ocurriendo, porque de este momento dependen todos sus esfuerzos
(hasta ahora inútiles), para disuadir o eliminar a Jesucristo en su camino a la Redención del
hombre.
No es que la
batalla apenas empiece, pues lleva miles de años escenificándose; es que las
luchas del Bien contra el mal tendrán ahora su campo de acción en la Tierra , donde se encuentra
el Hijo de Dios para dar cabal cumplimiento a la primerísima profecía de La Biblia :
“. . . Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje;
él te aplastará
la cabeza mientras acechas tú su calcañal. . .” (Gn 3, 15)
A partir de este
momento, ya nada será igual en la historia de la humanidad; los planes de Dios
para la Salvación
tienen perfecta representación en Su Hijo, quien a través del Bautismo hace
evidente su aceptación para llevar al cabo tan importante Misión. Le ha dado todos los poderes celestiales para
esta labor y los demonios lo saben. “. .
.Todo barranco será rellenado, todo monte
y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto, las asperezas serán caminos
llanos. Y todos verán la salvación de Dios. . .”, había anunciado Isaías
acerca del Mensajero del Señor.
El Hijo del hombre sabe que está
expuesto a la muerte. Su vida es
valio-sísima como ser humano, pues es la única forma de redimirnos; pero es
menester que realice su obra de enseñanza, sus manifestaciones prodigiosas y
que haya continuidad entre los hombres al respecto. A partir de su Bautismo, Cristo comienza sus
milagros, inicia la selección del grupo de hombres (imperfectos y mortales) que
serán sus discípulos y Apóstoles, los cuales a su vez propagarán después de Él
su Evangelio; y comienza su predicación, basada en el Amor, la Verdad y la Salvación. ¡El Mesías se hace presente, aunque el
Demonio aceche!
Hasta ahora solo muy pocos seres
humanos saben de la
Divinidad de Jesús, (por supuesto, María, José, Juan el
Bautista), algunos otros como sus parientes, suponen que puede poseerla; sin
embargo, es menester que miles y miles de hombres y mujeres atestigüen acerca
del Mesías, porque solo así podrán alcanzar la Salvación. Todas las potestades
celestiales tienen muy claro qué está sucediendo en la Tierra , y por supuesto hay
gran alborozo por ello; pero también las huestes de Satanás y él mismo están
plenamente conscientes de los acontecimientos.
Saben lo que significa la
Redención del mundo y las consecuencias que para ellos traerá
este hecho.
¡Por eso están muy atentos a lo que
pasa! ¡Por eso el Demonio está al acecho del Mesías!
§ § §
Orar
sirve, oremos por nuestros Pueblos.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
“Tu
Palabra es La Verdad.”
También me puedes seguir en:
“Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.”
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