¡Alabado sea
Jesucristo!
Ciudad de México,
Marzo 1 del 2017
Miércoles de
Ceniza - Inicio de la Cuaresma
PUBLICACIÓN
DE MI LIBRO
“Lo prometido es deuda”, dicen en mi
Tierra, y como yo soy muy cumplido, aquí está la primera entrega de mi libro;
para que pueda ser leído en nueve idiomas a partir de hoy.
Cada miércoles,
de las próximas 33 semanas, tendremos una nueva emisión. ¡Disfrútenlo!
M E D I T A N D O L
A S
P A R Á B O L A S D
E
J E S Ú S D E N A Z A R E T
1ª entrega de 35
“Acercándose sus discípulos, le preguntaban: ¿Por
qué causa les hablas en parábolas?
El les respondió: Porque a vosotros se os ha dado
conocer los misterios del Reino de los Cielos; mas a ellos no se les ha dado.
Pues al que tiene se le dará, y tendrá en
abundancia; mas al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene.
Por eso les hablo con parábolas: porque ellos viendo
no miran, y oyendo no escuchan ni entienden. . . ”
San Mateo 13, 10 - 13
“Estas cosas os he dicho usando de parábolas. Va llegando el tiempo en que ya no os hablaré
con parábolas, sino que abiertamente os anunciaré las cosas del Padre:
Entonces le pediréis en mi nombre; y no os digo que
yo intercederé con mi Padre por vosotros.
Siendo cierto que el mismo Padre os ama porque
vosotros me habéis amado y creído que
yo he salido de Dios.”
San Juan 16, 25 – 27
“Así que os digo
yo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis;
llamad, y se os
abrirá.
Porque todo
aquel que pide, recibe; y quien busca, halla;
y al que llama,
se le abre.”
San Mateo
6, 7 – 8
PRÓLOGO
Cuando un seglar se anima a escribir un libro de
meditaciones, se puede llegar a pensar que los sacerdotes y religiosos no
estamos escribiendo suficiente para cubrir las necesidades de los fieles
católicos. Pero no es así. Hoy día, y ante las necesidades de la Iglesia
por reevangelizar al mundo, es muy importante que todos los cristianos tomemos
conciencia de nuestra responsabilidad de difundir la Buena Nueva a todos los
hombres; y esta labor no solo concierne al clero, sino a todos los miembros de
la Iglesia, en donde están incluidos los seglares comprometidos con su fe.
Antonio Garelli es un autodidacta en asuntos
religiosos que, con la guía de Sacerdotes Jesuitas al principio y de Padres
Legionarios de Cristo en estos últimos años, ha podido alcanzar su formación
católica ya como adulto, pues su instrucción religiosa de la infancia fue
protestante. Interesado en la
propagación de las Verdades del Evangelio, ha escrito otros dos libros: uno muy
especializado cuyo título es “¡¡Yo, Ex Testigo!!”, en el cual narra su ‘autobiografía’ desde
niño hasta su conversión al catolicismo a la edad de 26 años. El otro, es una ‘novela’ en la que trata
primordialmente la ‘vida oculta de Jesús’, la que no fue registrada por los
cuatro Evangelistas. En ése, “El Evangelio
Según Zaqueo”, ha realizado
una investigación detallada para poder describir muchos de los pasajes que él
imagina, sin contravenir los Sagrados Escritos ni el Magisterio de la Iglesia.
De esas dos experiencias, ahora casi mezcladas, nos
presenta su muy particular estilo para meditar las verdades del Evangelio. Creo que ya hay muchos libros escritos acerca
de las Parábolas de Cristo, pero muy pocos de ellos son para guiar una
meditación que abarque todos los puntos necesarios para platicar suavemente y
en su ‘ambiente terrenal’ con Jesucristo.
Leer paso a paso este “Meditando las Parábolas de Jesús de
Nazaret”, puede
llevarnos a vivir una experiencia diferente en nuestra forma de meditar, ya que
para Toño, el ambiente, el entorno y el tiempo en que vivió el Señor, fueron
muy importantes para la forma en que el Divino Maestro enseñó, usando
parábolas.
Dice este tardío converso veracruzano (nacido en
Tuxpan), que “Si Jesús hubiese nacido en Veracruz, habría predicado
cantando”. Esto en verdad, no me lo
imagino. Pero puede ser, a Dios le
gustan los salmos y las alabanzas.
Meditar con el Señor siempre ayudará
al crecimiento espiritual de cada uno, porque las meditaciones son la verdadera
forma de oración que Cristo quiere que hagamos; Él quiere que le platiquemos,
que nos comuniquemos desde lo más profundo de nuestro ser (tomando como base
alguno de sus mandatos), alcanzando una abstracción acorde a nuestra propia
espiritualidad, el contacto con su Divina Persona y poniéndonos a su
disposición para ejecutar sus deseos, sus lineamientos en nuestra vida, sus
sagrados preceptos para convertirnos, desde adentro, en dignos discípulos
suyos.
Para ser “luz del mundo y sal de la
tierra”, hemos de empezar por incrementar nuestras virtudes superiores, la Fe,
la Esperanza y la Caridad en primer lugar; y consecuentemente, la humildad, la
templanza y la generosidad. Con estos
ejercicios de nuestra voluntad, puesta a disposición de Jesucristo, lograremos
tan alto anhelo.
Cuánto hace falta hoy, en este mundo tan
materializado, tan secularizado y tan lejos de Dios, que meditemos respecto de las Verdades del Evangelio; y
cuánto mejor si esto lo hacemos a partir de esas maravillosas páginas de la
literatura universal cristiana que son las Parábolas de Jesús.
Celebro mucho que católicos como Toño Garelli se
animen a escribir sus experiencias en el crecimiento espiritual; que hayan
tomado conciencia de su participación activa dentro de la Iglesia y que con
ello estén ayudando a que la grey del Señor se acerque más a Él, para poseerlo mejor y más continuamente.
P. Manuel
Ignacio Pérez Alonso, S.J.
Dado en
México, D. F.
Diciembre del
2004
+
R.I.P.
31 de Julio
de 2007
INTRODUCCIÓN
Siempre
he dicho que, si el Evangelio no nos dice algo muy actual y muy personal al
momento de leerlo, entonces se convierte en un relato como cualquier otro o en
Historia Sagrada solamente. Y eso
significa que lo más valioso que tiene, que es precisamente la Buena Nueva,
deja de existir para nuestro beneficio espiritual, para el contacto que debemos
mantener con Dios como Creador nuestro, desde el sitio que debemos guardar como
sus criaturas.
Fue mucho lo que habló Dios hecho hombre, pero fue
poco lo que escribieron de Él los Evangelistas sobre sus magníficos discursos,
parábolas o sentencias sobre el bien y el mal.
De hecho, Las Parábolas propiamente dichas son 33; de las que no se
repiten, San Mateo escribió 10; San Marcos 1; San Lucas 14; y San Juan 2. Repiten 3 los tres Sinópticos y 3 más son
repetidas solo por Mateo y Lucas.
Debido a esto, ha sido necesario que los Santos Padres
de la Iglesia, sus Doctores y sus insignes predicadores, hayan desarrollado
tantos escritos al respecto; como ‘ampliando’ todo ese cúmulo de conocimientos
que el Señor debió haber vertido en sus enseñanzas. Y esto es, ni duda cabe, Espíritu Santo para
poder analizar, sintetizar y dictaminar el decir y el significado del Divino
Maestro.
Yo no tengo ni la menor idea
de cuántos de esos sapientísimos escritos existan –ya que el Magisterio de la Iglesia
en sus dos mil años de historia está formado por centenas de miles de ellos– y
la verdad, he leído muy pocos como para atreverme a decir que los conozco
suficientemente para desarrollar ‘uno más’ de esos valiosísimos documentos. Además, para ello necesitaría yo el Espíritu
Santo, el cual no soy digno de poseer o al menos de tener acceso a Él.
Mi
intención, pues, es poder poner al alcance de todos los que no tienen las
posibilidades intelectuales para hacerlo, el significado ‘muy actualizado’ para
estos turbulentos años que vivimos hoy en día, de algunos de los más bellos
pasajes del Evangelio: Las Parábolas de
Jesús de Nazaret.
Y dado
que en muchas de ellas no hay filosofía humana que las explique o teología inspirada que las
haga más accesibles, me daré a la tarea de ‘meditar’ lo dicho por el Señor, y
la aplicación que, desde mi muy personal punto de vista, pueden tener para
nuestro tiempo y para nuestra gente: todos los cristianos del Siglo XXI.
Partiendo de la base que el término
griego ‘parabŏla’ significa ‘compa-ración’, hay pues, una analogía en la que Jesús
quiere que caigamos en la cuenta y con ello descubramos o entendamos la
intención de su ejemplificación. Todas ellas son páginas insuperables de la
literatura universal.
El esquema que usaremos en cada meditación será muy
simple:
-
Hacer La Señal de La Cruz.
-
Rezar el Padrenuestro.
-
Rezar un Ave María.
-
Invocar al Espíritu Santo.
- Leer el
Evangelio de la Parábola. (Trascrita)
- Señalar los
actos preparatorios de Fe, Esperanza y Caridad.
- Hacer la Petición del Fruto a lograr en la
meditación.
- Identificar el momento y el lugar.
- Identificar a los personajes y elementos.
- Realizar la meditación, personalizando en mí mismo
(no del que esto escribe, sino del que lo lee), el mensaje del Señor,
precisamente para encontrar en sus palabras una luz en el camino que me pueda
conducir a Él y me ayude a permanecer fiel a sus designios, a fin de que éstos
sean mi forma de vida.
- Señalar 2 propósitos de mejora inmediata y continua
en nuestra vida, como fruto de la meditación.
- Oración a María.
- Rezar el Padrenuestro.
- Rezar un Ave María.
- Hacer La Señal de La Cruz.
Orar
y meditar es algo que Jesucristo les insiste mucho a los Discípulos en los tres
años de Su Ministerio; siendo varias las ocasiones en que los Evangelistas
narran momentos de oración del Señor al Padre.
Desde su cuarentena de ayuno en el desierto al inicio de su predicación,
hasta la cruz en el Calvario, pasando por la Transfiguración y Getsemaní, Jesús
ora siempre a Dios. La oración es un
hecho cotidiano en la vida del Salvador.
Por
ello, la pieza literaria por excelencia de nuestro Señor Jesucristo es, sin
lugar a dudas, el “Padrenuestro” y se las da a sus Apóstoles ante la súplica de
uno de ellos cuando le dice: “. . . Señor, enséñame a orar. . . ” Las nueve frases que lo componen, son un
portento de perfección que no se ha logrado en ninguna otra oración. ¡Claro
está, la hizo Dios hecho Hombre! Tiene
absolutamente todo lo que se necesita desde el punto de vista teológico,
litúrgico y pedagógico.
Analicémosla un poco siguiendo a San Mateo (9, 10 –
11):
1. PADRE NUESTRO. Primero lo primero; la oración se
dirige al Padre. Además, Jesús así lo
dijo, de modo que nadie lo puede discutir y mucho menos contradecir: Dios es
nuestro Padre; lo que significa que nosotros somos sus hijos. Por supuesto que Cristo pudo haber dicho
simplemente: “Padre”, y entonces hubiera quedado la duda de si también nosotros
pudiéramos llamarle Padre.
Pero lo dijo muy claro y nos incluyó con Él (o en otro
sentido, Él se incluyó con nosotros), para finalmente poder decir “Padre
Nuestro”.
2. QUE ESTÁS EN
LOS CIELOS. Dios habita en las alturas,
en lo alejado del bullicio terrenal y humano, en la tranquilidad y en la
inmensidad del universo. Por supuesto
que Dios puede estar en todas partes, pero el Divino Maestro al poner esta
frase nos alienta a lo grande, nos empuja hacia arriba, a lo que para nosotros
en forma natural es inalcanzable: el cielo.
En el cielo se ubica también la salvación, mostrándonos así el lugar a
donde todos tenemos que llegar para habitar con el Padre Creador, con el Hijo
Redentor y con el Espíritu Santo Santificador.
3. SANTIFICADO
SEA TU NOMBRE. Cristo quiere que ésta
sea una de nuestras prioridades: Santificar el Nombre de Dios; que le demos
alabanza, que lo coloquemos como primicia en nuestra vida. Que este “Yo Soy El que Soy” (YHWH- Yahveh), sea el máximo nombre al que
adoremos.
4. ¡VENGA TU
REINO! La Buena Nueva que Jesús
predicaba era precisamente que el Reino de Dios estaba cerca. Y lo estaba en Él (porque solo Cristo es El
Salvador), solo que muy pocos lo reconocieron y creyeron. Pero como era verdad (y lo es ahora), ha
existido por dos milenios en la historia de la Humanidad y permanecerá para
siempre. Esta magnífica expresión, es el
deseo de Jesús de que Dios esté con nosotros.
5. HÁGASE TU VOLUNTAD ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL
CIELO. Hacer la Voluntad de Dios fue
siempre el objetivo fundamental de Jesús de Nazaret; y ya reconocido por los hombres como Cristo,
lo repitió incesantemente hasta que quedara gravado en los corazones de quienes
le oían. Hacer la Voluntad de Dios, es
dejar que Dios maneje nuestra vida, es estar en el camino de la Salvación.
6. DANOS EL PAN
DE CADA DÍA. Ni siquiera de las
necesidades humanas se olvida el Señor en su Divina Plegaria. A pesar de que les ha dicho a sus Discípulos
que ‘no se preocupen de qué comerán’, el Maestro incluye una petición al Padre
sobre el alimento, no porque sea necesaria, sino para dejar de manifiesto que
el Padre abarca toda nuestra existencia, la espiritual y la material.
7. Y PERDONA
NUESTROS PECADOS ASÍ COMO NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN. El Evangelio del Amor. O dicho de otra forma: la preocupación, la
entrega y la donación por el prójimo, para poder tener acceso a la Misericordia
de Dios y alcanzar el perdón, que es la Salvación.
8. Y NO NOS
DEJES CAER EN TENTACIÓN. También está
asentada en tan prodigiosa oración nuestra debilidad humana, el estado de
pecado en el que permanecemos, la evidencia de que solos no podemos ser santos;
de que necesitamos a Dios para conseguirlo.
9. SINO
LÍBRANOS DEL MAL. Y por último,
Jesucristo implora la ayuda Divina para contrarrestar los ataques del
maligno. La acción de Dios en nuestras
vidas para permanecer en estado de gracia.
Seguramente
nosotros nunca podremos hacer una oración tan completa ni tan profunda; pero
valiéndonos de las mismas palabras del Mesías, como en este caso de las
Parábolas de Jesús, podremos mantener un diálogo acorde a nuestras
posibilidades con Dios Padre. Siempre es
conveniente tener una guía que nos auxilie en lo que queremos hacer y si hoy lo
que intentamos es dialogar con Dios, sus palabras como Hombre, son una
magnífica ayuda.
Es
bueno recordar que las primeras acciones de la Predicación del Evangelio por
Jesucristo, no fueron las parábolas, sino los milagros portentosos que
realizaba en la curación de enfermos y endemoniados. La primera Parábola propiamente dicha la
reseña San Lucas (6, 47 – 49) -“El Hombre que edificó su casa sobre la roca”-
como un pequeño ejemplo para sus discípulos, a fin de que entendieran qué significaba
ser su seguidor. Así pues, podemos
considerar a las Parábolas como la forma hablada en que nuestro Señor se dirige
a la gente una vez que ya le conocen, que saben de sus poderes, que han
constatado su manifestación Divina.
Muchos
otros dichos y ejemplos son usados por Jesús en su Ministerio, sin embargo,
éstos no serán materia del presente libro; aquí solo nos circunscribiremos a lo
que conocemos como Las Parábolas del
Evangelio.
+ + +
Afectísimo en
Cristo de todos ustedes,
Antonio Garelli
También me puedes seguir en:
Veritelius de Garlla, Apóstol Gentil
Solo por el gusto de
proclamar El Evangelio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario