¡Alabado sea Jesucristo!
Ciudad de
México, Marzo 1 del 2017
Miércoles de
Ceniza Inicio de la Cuaresma
“Nadie teme al
Juicio Final, si ha sido fiel a Dios.”
Papa Francisco
MIÉRCOLES DE CENIZA,
INICIO DE LA CUARESMA
Muy
estimados todos en Cristo Jesús:
A veces creemos que el Tiempo de Cuaresma es de tristeza, y
no es así; es un tiempo de recogimiento y preparación en lo personal –y
auténticamente en cuerpo y alma– para vivir una Semana Santa junto con nuestro
Señor Jesucristo, lo más dignos que podamos; en pensamientos, palabras y
obras. Cuarenta días para disponernos,
arrepentirnos, proponernos y convertirnos; de esos hombres y mujeres que
normalmente somos, a los que quisiera Cristo que fuéramos. ¡Sí, ya sé que es
muy difícil! ¡¡Pero al menos intentarlo!!
La Cuaresma es tiempo de oración, ayuno y limosna.
La Cuadragésima (o en el día
cuarenta), que es de donde deriva “Cuaresma”, se celebra en la Iglesia desde
siempre; y se realiza en honor, recuerdo y memoria del Señor; por aquellos 40
días que Jesús pasó en el Desierto de Judea (Mt 4, 1-11; Mc 1, 12-13; Lc 4,
1-13), preparándose para los últimos años de su ministerio. Tan profundos y entregados fueron sus
preparativos, que hasta Satanás el Diablo se presentó para tentarlo.
En el 395 A.D., cuando la Iglesia ya era ‘permitida’ como
religión dentro del Imperio Romano, se asientan históricamente las
celebraciones y costumbres de La Cuaresma; sin embargo, en Asia Menor (Grecia,
Macedonia, Turquía y Siria), desde el Siglo II se registran tales tradiciones.
Oración y arrepentimiento; ayuno y limosna; esas son las acciones que siguen
los fieles cristianos de las Iglesias de Oriente Medio desde el Siglo I; y eso
es lo que a partir de hoy nosotros realizaremos.
Ayuno, para ‘sentir’ en nuestro cuerpo lo delicado del
asunto; para darnos cuenta de que la sensibilidad también puede estar dispuesta
al bien, al recogimiento, a Dios. Y
arrepentimiento, para reconocernos pecadores y, de cara a Cristo, dominar
nuestras pasiones no físicas o sensibles; sino las anímicas y
espirituales. Así debe ser, porque somos
materialidad en el cuerpo para con el cosmos; y somos espiritualidad en el alma
para con Dios.
Por eso La Cuaresma inicia precisamente hoy: El Miércoles de Ceniza (que todo buen
cristiano debe tomar, más aún si es católico), en donde nos recordarán
claramente que “polvo eres y en polvo te convertirás”. Sí, somos ceniza; pero también somos ánima, y
ésta con una particularidad, es eterna.
Así que, cuando estemos recibiendo la ceniza en nuestro cuerpo temporal,
recordemos ese mismo acto de contrición para nuestra alma; para que nuestro
arrepentimiento y, sobre todo, nuestros deseos de mejorar, vengan desde nuestra
parte espiritual; y así nos alcancen para siempre.
No mis queridos, el sello del Miércoles de Ceniza no es el ‘sello de la bestia salvaje’, como dicen
algunos sectarios protestantes; es el recordatorio vivo y evidente de que esta
vida es pasajera y que con nuestra alma habremos de trascenderla; por eso es
importante que nos percatemos de ‘lo ceniza que somos’, porque seremos juzgados
en nuestras almas, no materialmente.
Orar
sirve, oremos por México.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
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Veritelius
de Garlla, Apóstol Gentil
De Milagros y
Diosidencias. Solo por el gusto de
proclamar El Evangelio.
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