¡Alabado
sea Jesucristo!
México,
D.F., Abril 1 del 2015.
Miércoles Santo
LA MEGAMISIÓN, UNA
VERDADERA DIOSIDENCIA
Muy estimados todos en Cristo Jesús:
Alguna vez en este espacio hemos definido lo que es
una Diosidencia como: “la secuencia de circunstancias y acontecimientos, en un
momento determinado, en un lugar específico, para que se lleve a cabo un
encuentro con Dios, en la vida de una o más personas.” Es casi igual que
coincidencia, solo que aquí participa Dios Padre Creador. Bueno, pues, la Megamisión es una verdadera
Diosidencia; porque es una Obra de Dios nuestro Señor para beneficio de su
Iglesia en cabalidad: fieles laicos, consagrados y consagradas, y diáconos y
presbíteros; TODOS CON UN MISMO OBJETIVO: EVANGELIZAR.
Todo el Pueblo de Dios en su máxima expresión, tiene
algo qué hacer en una Megamisión; todos tenemos un espacio específico,
actividades bien definidas y Gracia Divina de acuerdo a nuestro estado de vida.
Misioneros, Misionados y Clero al unísono,
hacemos la Megamisión para alabanza a Dios.
En Juventud y Familia Misionera hemos experimentado esto al través de los
veintiún años que llevamos misionando; hemos buscado, encontrado, difundido y
aprendido las respuestas que requieren los grupos de misioneros en pleno
trabajo evangelizador.
Si algo se ha hecho bien en Juventud y Familia
Misionera para las Megamisiones, han sido los respaldos documentales y los
apoyos didácticos enfocados al crecimiento espiritual de los misioneros;
materiales impresos (como libros, trípticos, estampas, etc.), recursos
electrónicos (CD’s, DVD’s, USB’s, etc.) y en Internet en la WEB, con acceso a
páginas electrónicas y toda la comunidad de contactos católicos, propios del
trabajo misionero.
Verter durante todo el año (y todos los años), las experiencias
y habilidades de los grupos de misión, en beneficio de la enorme cantidad de
Misioneros existente, hace que cada Megamisión de Semana Santa se convierta
–para más de 45,000 personas en 20 países–, en un ‘modus vivendi’ insustituible.
Recibir las Gracias que significa Misionar, es como recargarnos de la
fuerza espiritual que mantiene nuestra Fe firme, nuestra Esperanza consoladora y
nuestra Caridad en plena acción. Es como materializar el Amor Cristiano de la
mejor forma posible.
Todo esto que les he descrito se puede apreciar
palpablemente en los grupos de jóvenes y señoritas de Juventud Misionera; e
igualmente con mamás, papás, hijas e hijos de Familia Misionera, Color
Misionero y Fuego Misionero. Todos sabemos
qué hacer; también sabemos cuándo, cómo, cuál, cuánto, por qué y quién debe
hacer. No voy a exagerar diciendo que
toda la vida en una Megamisión es completa armonía, no lo es (y eso porque
entre hijos pequeños y mamás nunca hay acuerdo; y entre adolescentes y papás tampoco); pero todos sabemos cuándo estamos bien y cuándo no. . . Espíritu
Santo en plena acción.
La concurrencia de tal cantidad de voluntades para “Querer
lo que Dios hace y hacer lo que Dios quiere”, es algo que no se ve durante todo
el año, salvo en La Megamisión, una verdadera Diosidencia.
Orar sirve, hagámoslo; oremos por México.
De todos ustedes, con afecto en Cristo.
Antonio Garelli
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De Milagros y Diosidencias.
Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.
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