¡Alabado
sea Jesucristo!
México,
D.F., Febrero 17 del 2015.
CUARENTENA DE PURIFICACIÓN
Muy estimados todos en Cristo Jesús:
Si algo nos hace falta en México, es
purificarnos. Estamos tan inmersos en el
mal, lo malo y los malvados, que ya creemos que esa es la forma de vivir. ¡Y no
es así! Hay otra manera de deambular por
el mundo y por la vida: es con El Bien, lo bueno y los justos.
¡Es increíble que veamos cómo está todo tan mal y que
no hagamos nada! Antes al contrario, le echamos de nuestra propia cosecha para
que todo esté peor. Cerramos calles,
avenidas y hasta carreteras, perjudicando a todos, menos a los que queremos que
nos atiendan; dejamos de trabajar o de ir al trabajo, por cualquier
circunstancia o pretexto; creamos nuevas bandas para enfrentar a las actuales,
generando más desorden y caos. Queremos resolver el mal con algo peor.
Todos los noticieros de México se han convertido en
difusores exclusivos de calamidades; tómenle el tiempo a la transmisión de
otras noticias (que no sean robos, asaltos, secuestros, asesinatos, etc.), y se
darán cuenta que ni siquiera el 15% de tiempo total se dedica a ello. Son el informativo ‘express’ (rápido) del demonio. Obviamente, nos están (y nos
estamos) acostumbrando a estar al pendiente de toda clase de maldades y nos
olvidamos que el Bien debe mover nuestra vida.
Vince in bono malum. Vence con el bien al mal.
San Pablo (Rom 12, 21)
Esta Cuaresma que inicia mañana, Miércoles de Ceniza
(Feb 18), les pido encarecidamente que
iniciemos todos juntos un período de Purificación en Cristo; que el Tiempo de
Cuaresma lo usemos para limpiarnos CON ACCIONES BUENAS Y DE BIEN, para mejorar
un poco nuestro espíritu –que se ha dañado con tanta maldad que nos rodea–y
que el producto de esas ACTITUDES nos limpie el alma; para convivir dignamente
con Jesucristo La Semana Santa que se avecina.
Lo que estemos haciendo mal o malo –que por supuesto
que sabemos qué es– hay que dejar de hacerlo; esa es la primera acción buena o
de bien que podemos realizar personalmente, para mejorar el ambiente en México. Si no sabemos que lo que estamos haciendo es
mal o malo (lo cual dudaría yo mucho), comentémoslo con mamá, esposa, hijas; o
con papá, esposo e hijos. Si es mal o
malo lo que vayamos a decir, ni siquiera vamos a poder comentarlo. Si no tenemos familia, entremos en una
Iglesia, la que sea o la que quieran; pidámosle al cura del lugar que nos ayude
a discernir nuestras dudas y empecemos a mejorar.
Parte de lo malo que estamos haciendo, es
quedarnos callados delante de quienes SABEMOS QUE ESTÁN HACIENDO EL
MAL; especialmente cuando son familiares (cercanos o lejanos) o amigos y
conocidos. ¡Si son algo nuestro, y
nosotros somos de Cristo, no debemos guardar silencio! ¡Debemos hablar con la
verdad y a tiempo! Si todos nos estamos acostumbrando
a convivir con el mal y lo malo, no tenemos remedio; somos ‘carne de cañón’ de Satanás; nos tiene en
sus garras. Y en ese caso, solo El
Divino y lo Divino nos puede auxiliar.
Orar sirve, oremos por México.
De todos ustedes, con afecto en Cristo.
Antonio Garelli
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Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.
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