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martes, 3 de diciembre de 2019

MÍSTICA - Lilia Garelli - MUJER (6)


“Santifícalos con La Verdad.
Tu Palabra es La Verdad.”


Riviera Maya, México; Diciembre 4 del 2019.

M Í S T I C A
Por: Lilia Garelli

“…La santidad no consiste en tal o cual práctica.
Consiste en una disposición del corazón que nos vuelve humildes
y pequeños en los brazos de Dios...”

Santa Teresita del Niño Jesús
(Lisieux)
MUJER (6)

TEMEROSA DEL SEÑOR – FERVOROSA

Muy estimados en Cristo:

¡Qué maravilla la mujer que reconoce su dependencia del Señor!  Y se acoge a Él para darle gracias cada día, ofrece todas sus acciones; pero también acepta las vicisitudes de la vida, porque todo ello la hace sentirse viva y dispuesta a seguir sirviéndole y luchando por el bien. (Salmo 5, 3;  Lc 8, 1-3).

Una mujer fervorosa es de gran alegría para el Señor, porque desde su creación, Él tenía grandes planes para ella. En la mujer sobresalen los talentos sobre la generosidad aplicada siempre a la entrega de su tiempo, conocimiento y consejo hacia todos, en especial a los más necesitados, refleja esa sensibilidad nata en el servicio a los demás.

Habiendo perdido la amistad con Él, es valioso el reencuentro que la mujer pueda ofrecer al Padre, reflejando en cada momento el Carácter de Cristo, nuestro Redentor, Él que se entregó por todos nosotros, aceptando toda clase de martirios, hasta una muerte de Cruz.

En la Sagrada Escritura, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, podemos encontrar múltiples citas de la perseverancia y longanimidad de las mujeres en la oración al Padre, mostrando una determinación a toda prueba, venciendo todas las barreras hasta lograr los objetivos que se habían propuesto. (Mc 5, 25-28)

Mujer de fe, que no se arredra ante ningún obstáculo, ni adversidad, que se entrega incondicionalmente a la causa, así fuere por ayudar a su esposo, cuidar a sus hijos; trabajar dentro y fuera de casa, o bien hacer alguna labor social.  Esa mujer de fe, que centra su actuar bajo la guía de la oración, cuyo efecto es transformar su deseo, modelarlo y aceptarlo según sea la voluntad de Dios, Él sin duda saldrá al encuentro de ella y la llenará de ese consuelo misericordioso que sólo Él puede dar.

Mujer de oración, porque con sus cualidades femeninas son capaces de lograr oraciones espontáneas, profundas e innovadoras.  A través de su oración, la mujer puede “…descubrir el significado pleno de su femineidad y, de esta manera, disponerse al –don sincero de sí misma – a los demás y de este modo encontrarse a sí misma…  (Mullieris Dignitatem 31– San SJP II)

Orar a los pies de María, ¡claro que sí!; ¡qué mejor rezar a María, mujer que podemos tomar como modelo de santidad. “…Aprender de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor.  Mediante el Rosario, el creyente obtiene abundantes gracias como recibiéndolas de las mismas manos de la Madre del Redentor…” (Rosarium Virginis Mariae – SJPII). Adorar a Cristo a través de la veneración a María con la mejor oración-guía que nos dejara Sto. Domingo de Guzmán desde el año 1206 d. C.  EL ROSARIO --, y que posteriormente San Juan Pablo II la nombrara como su oración predilecta ¡Plegaria Maravillosa! Y añadiría los Misterios Luminosos.

¿Cómo llegar a ser una mujer de oración?

-         Una de las formas más sencillas es empezar ofreciendo el día a Jesús y a María, hay oraciones muy fáciles de aprender, pero lo mejor es tu propio diálogo con Dios, con tus propias palabras y de la forma más humilde posible.

-         Pide siempre la luz del Espíritu Santo, “maestro de oración” como lo asegura Santa Teresa de Ávila, Doctora de la Iglesia, quien con su misticismo nos dejó grandes lecciones.  (El libro de la vida – Sta. Teresa)

-         Busca el momento para rezar el Santo Rosario, puedes empezar con un Misterio e ir ampliando el tiempo hasta terminar uno completo cada día.  No olvides en ofrecerlo por alguna intención o en agradecimiento a Dios por las gracias recibidas.

-         Toma algún momento, desde 15 minutos y poco a poco más, en leer algún libro de meditación, (Ejem: La Imitación de Cristo, Seguir a Cristo, El Arte de Meditar, etc.) vida de alguna Santa o Santo, el que te llame la atención, esto te ayudará a conocer y tener el ejemplo de vida de él o ella y seguramente la carga se te hará más ligera.

-         Medita aquella frase, aquella acción, aquel ejemplo que te haya dejado la lectura y trata de aplicarlo a tu realidad de vida, en el estado de vida que tengas, casada, soltera, viuda, trabajadora, etc.

-         Si prefieres la lectura de algún pasaje de la Sagrada Escritura, ¡qué mejor! Paso a paso, conocerás más el mensaje que Jesucristo nos dejó y la fuerza evangelizadora de sus apóstoles y discípulos.

-         Procura siempre hacer un propósito, una acción concreta a trabajar durante el día, la semana o el mes y esfuérzate por cumplirlo de cara a Dios.

-         Ten una vida cercana a los Sacramentos para que sea tu auxilio en la perseverancia de la vida de gracia – Recuerda que sola no puedes – siempre necesitas de la Mano de Dios.

-         Nunca olvides en dar gracias al Señor por todos los beneficios que vayas recibiendo de Él, recuerda que la oración no es una “varita mágica”, nuestras peticiones debemos dejarlas en la Voluntad de Dios, esa será una verdadera oración humilde y fervorosa.

“… El Espíritu Santo como fuerte huracán, hace adelantar
más que una hora la navecilla de nuestra alma hacia la santidad,
 que lo que nosotros habíamos conseguido
en meses y años remando con nuestras solas fuerzas…
Sta. Teresa de Ávila

Afectísima en Jesucristo,



Lilia Garelli 



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