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martes, 26 de noviembre de 2019

MÍSTICA - Lilia Garelli - MUJER (5)


“Santifícalos con La Verdad.
Tu Palabra es La Verdad.”


Riviera Maya, México; Noviembre 27 del 2019.

M Í S T I C A

Por: Lilia Garelli

“…¡La amenaza más grande que sufre la paz hoy en día, es el ABORTO,
 porque el aborto es hacer la guerra al niño,
 al niño inocente que muere a manos de su propia madre!

Santa Teresa de Calcuta
febrero 3, 1994 – Washington DC

MUJER (5)

Muy estimados en Cristo:

VALORA EL DON DE LA VIDA Y LO PROCURA

Como habíamos mencionado en el artículo anterior, la maternidad es el Don más maravilloso que Dios nuestro Señor, le ha dado a la MUJER, y por lo tanto es una de las más importantes cualidades de ella – el valorar el don de la vida y procurarlo, por ello es inadmisible que siquiera pudiera pasar por su mente el deseo de deshacerse de la capacidad de procrear al niño que tiene en su seno, desde el momento mismo de la fecundación.

Mucho se ha hablado de forma necia, de si es o no un ser humano desde el momento de la fecundación, situación en la no me quiero enfrascar, pero basta pensar en la maravilla de la vida para reconocer que viene de la voluntad de Dios y por ese simple hecho no está en tela de juicio su derecho a vivir.

Es terrible el constatar la violencia que se vive hoy en día, en cualquier círculo de la sociedad, el odio, la venganza arraigada en el corazón del hombre, que provoca todo tipo de muerte y destrucción, pareciera que ya es una forma normal de vivir dentro de la cotidianidad.  Se vive de tal manera embotados que ya no hay tiempo para reflexionar sobre las cosas importantes de la vida, es por ello necesario reestablecer los tiempos de descanso y relajación, para poder hacer un alto en el camino y poder meditar por donde vamos con respecto a estos conceptos de vida y muerte; bien dice la Madre Teresa:  “Si aceptamos que una madre pueda matar a su propio hijo, ¿cómo podremos decir a otros que no se maten?...”

No es ajeno para cada uno de nosotros las atrocidades que se han cometido en diferentes contextos de las culturas de la humanidad, y todas las vejaciones que la mujer ha tenido que afrontar para salir adelante; sin embargo, ¡qué valioso es darse cuenta que la mujer de FE, es fuerte y ha podido con la ayuda de Dios, sobrepasar toda influencia negativa e injusta y ha logrado decidir correctamente, diciendo SI a la vida y sacar adelante a sus hijos, con amor y dedicación.

La Madre Teresa añadía en esa misma conferencia en Washington de 1994, frente al presidente de los Estados Unidos, la primera dama y diversos miembros del cuerpo diplomático:  Al abortar, la madre no ha aprendido a amar; ha tratado de solucionar sus problemas matando a su propio hijo. Y a través del aborto, se le envía un mensaje al padre de que no tiene que asumir la responsabilidad por el hijo engendrado. Un padre así es capaz de poner a otras mujeres en esa misma situación. De ese modo un aborto puede llevar a otros abortos. El país que acepta el aborto no está enseñando a su pueblo a amar sino a aplicar la violencia para conseguir lo que se quiere. Y cierra su participación con palabras muy fuertes, pero claras: “SI ALGUNO NO QUIERE UN HIJO, DÉNMELO –YO SI LO QUIERO--“

Es sin duda dramático leer las estadísticas de abortos a nivel mundial, siendo ya millones de no-nacidos a quienes se les ha quitado la vida arteramente, el ser amados y amar, principio esencial de la Creación de Dios; y donde no tan solo se ha atentado contra la nueva vida, sino también hacia la vida de la madre, quien de cualquier manera se verá afectada psicológicamente para siempre. 

Estas acciones son resultado como bien decía Santa Teresa de Calcuta, a la falta de amor. ¡Qué importante es que toda madre sepa amar y enseñe a amar a sus hijos!, si eso fuera, nada podría ir en contra de la vida, y mucho menos en contra de una nueva maternidad, una nueva vida para el mundo, dicho sea de paso, es lo que mantiene la supervivencia de la humanidad en la tierra.

Son muchas las “supuestas razones” propuestas por esta sociedad confusa que vivimos hoy en día, en donde dan “aparentes justificaciones” para el aborto, como pueden ser la pedofilia, el abuso sexual, la violación, el acoso sexual, enfermedades, etc. que sin importar la edad solo producen víctimas del encono del machismo, el desprecio, la infidelidad, y diversas enfermedades psicosexuales y parafilias.

Ante el dolor que producen estas ideas y acciones de una sociedad enferma, cabe encontrar la esperanza en las palabras de San Juan Pablo II en la Carta a la Mujer de 1995:

“…Ante estas perversiones, cuánto reconocimiento merecen en cambio las mujeres que, con amor heroico por su criatura, llevan a término un embarazo derivado de la injusticia de relaciones sexuales impuestas con la fuerza; y esto no sólo en el conjunto de las atrocidades que por desgracia tienen lugar en contextos de guerra todavía tan frecuentes en el mundo, sino también  en situaciones de bienestar y de paz, viciadas a menudo por una cultura de permisivismo hedonístico, en que prosperan también más fácilmente tendencias de machismo agresivo. En semejantes condiciones, la opción del aborto, que es siempre un pecado grave, antes de ser una responsabilidad de las mujeres, es un crimen imputable al hombre y a la complicidad del ambiente que lo rodea…”

La verdadera solución ante todas las problemáticas de la vida, siempre estará en
“EL AMOR”.  Por ello San Agustín insistía, diciendo:
Ama y haz lo que quieras…
Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor. Si tienes el amor arraigado en ti, ninguna otra cosa sino amor serán tus frutos”.

Busca amar por sobre todas las cosas, con ese amor que se entrega de forma sencilla y humilde, sin esperar nada a cambio, porque el mérito está en lo que se realiza con pureza de intención.

¡Tú mujer, valora la vida, procúrala y respétala por siempre!


Afectísima en Jesucristo,


Lilia Garelli 


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