“Santifícalos con La
Verdad.
Tu Palabra es La
Verdad.”
Riviera
Maya, México; Noviembre 27 del 2019.
M Í S T I C A
Por: Lilia Garelli
“…¡La
amenaza más grande que sufre la paz hoy en día, es el ABORTO,
porque el aborto es hacer la guerra al niño,
al niño inocente que muere a manos de su
propia madre!
Santa
Teresa de Calcuta
febrero
3, 1994 – Washington DC
MUJER (5)
Muy
estimados en Cristo:
VALORA EL DON DE LA VIDA Y LO PROCURA
Como
habíamos mencionado en el artículo anterior, la maternidad es el Don más
maravilloso que Dios nuestro Señor, le ha dado a la MUJER,
y por lo tanto es una de las más importantes cualidades de ella – el valorar el don de la vida y procurarlo,
por ello es inadmisible que siquiera pudiera pasar por su mente el deseo de
deshacerse de la capacidad de procrear al niño que tiene en su seno, desde el
momento mismo de la fecundación.
Mucho
se ha hablado de forma necia, de si es o no un ser humano desde el momento de
la fecundación, situación en la no me quiero enfrascar, pero basta pensar en la
maravilla de la vida para reconocer que viene de la voluntad de Dios y por ese
simple hecho no está en tela de juicio su derecho a vivir.
Es
terrible el constatar la violencia que se vive hoy en día, en cualquier círculo
de la sociedad, el odio, la venganza arraigada en el corazón del hombre, que
provoca todo tipo de muerte y destrucción, pareciera que ya es una forma normal
de vivir dentro de la cotidianidad. Se
vive de tal manera embotados que ya no hay tiempo para reflexionar sobre las
cosas importantes de la vida, es por ello necesario reestablecer los tiempos de
descanso y relajación, para poder hacer un alto en el camino y poder meditar
por donde vamos con respecto a estos conceptos de vida y muerte; bien dice la
Madre Teresa: “Si
aceptamos que una madre pueda matar a su propio hijo, ¿cómo podremos decir a
otros que no se maten?...”
No
es ajeno para cada uno de nosotros las atrocidades que se han cometido en
diferentes contextos de las culturas de la humanidad, y todas las vejaciones
que la mujer ha tenido que afrontar para salir adelante; sin embargo, ¡qué
valioso es darse cuenta que la mujer de FE, es fuerte y ha podido
con la ayuda de Dios, sobrepasar toda influencia negativa e injusta y ha
logrado decidir correctamente, diciendo SI a la vida y sacar adelante a sus
hijos, con amor y dedicación.
La
Madre Teresa añadía en esa misma conferencia en Washington de 1994, frente al
presidente de los Estados Unidos, la primera dama y diversos miembros del
cuerpo diplomático: “Al
abortar, la madre no ha aprendido a amar; ha tratado de solucionar sus
problemas matando a su propio hijo. Y a través del aborto, se le envía un
mensaje al padre de que no tiene que asumir la responsabilidad por el hijo
engendrado. Un padre así es capaz de poner a otras mujeres en esa misma
situación. De ese modo un aborto puede
llevar a otros abortos. El país que
acepta el aborto no está enseñando a su pueblo a amar sino a aplicar la violencia
para conseguir lo que se quiere. Y cierra su participación con palabras
muy fuertes, pero claras: “SI ALGUNO NO QUIERE UN HIJO, DÉNMELO –YO SI LO
QUIERO--“
Es
sin duda dramático leer las estadísticas de abortos a nivel mundial, siendo ya millones
de no-nacidos a quienes se les ha quitado la vida arteramente, el ser amados y
amar, principio esencial de la Creación de Dios; y donde no tan solo se ha
atentado contra la nueva vida, sino también hacia la vida de la madre, quien de
cualquier manera se verá afectada psicológicamente para siempre.
Estas
acciones son resultado como bien decía Santa Teresa de Calcuta, a la falta de
amor. ¡Qué importante es que toda madre sepa amar y enseñe a amar a sus hijos!,
si eso fuera, nada podría ir en contra de la vida, y mucho menos en contra de
una nueva maternidad, una nueva vida para el mundo, dicho sea de paso, es lo
que mantiene la supervivencia de la humanidad en la tierra.
Son
muchas las “supuestas razones” propuestas
por esta sociedad confusa que vivimos hoy en día, en donde dan “aparentes
justificaciones” para el aborto, como pueden ser la pedofilia, el abuso sexual,
la violación, el acoso sexual, enfermedades, etc. que sin importar la edad solo
producen víctimas del encono del machismo, el desprecio, la infidelidad, y
diversas enfermedades psicosexuales y parafilias.
Ante
el dolor que producen estas ideas y acciones de una sociedad enferma, cabe
encontrar la esperanza en las palabras de San Juan Pablo II en la Carta a la
Mujer de 1995:
“…Ante estas perversiones, cuánto reconocimiento merecen en
cambio las mujeres que, con amor heroico por su criatura, llevan a término un
embarazo derivado de la injusticia de relaciones sexuales impuestas con la
fuerza; y esto no sólo en el conjunto de las atrocidades que por desgracia
tienen lugar en contextos de guerra todavía tan frecuentes en el mundo, sino
también en situaciones de bienestar y de
paz, viciadas a menudo por una cultura de permisivismo hedonístico, en que
prosperan también más fácilmente tendencias de machismo agresivo. En semejantes
condiciones, la opción del aborto, que es siempre un pecado grave, antes de ser
una responsabilidad de las mujeres, es un crimen imputable al hombre y a la
complicidad del ambiente que lo rodea…”
La verdadera
solución ante todas las problemáticas de la vida, siempre estará en
“EL AMOR”. Por
ello San Agustín insistía, diciendo:
“Ama y haz lo que quieras…
Si
callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges,
corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor. Si tienes el amor
arraigado en ti, ninguna otra cosa sino amor serán tus frutos”.
Busca amar por sobre todas las cosas, con ese amor que
se entrega de forma sencilla y humilde, sin esperar nada a cambio, porque el
mérito está en lo que se realiza con pureza de intención.
¡Tú mujer, valora la vida,
procúrala y respétala por siempre!
Afectísima
en Jesucristo,
Lilia Garelli
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