LAS PÁGINAS QUE SE LEEN ENSEGUIDA,
SON PARTE DE MI LIBRO
“El
Evangelio Según Zaqueo”
(EL ARCA
EDITORES - 2004)
Una muy personal forma de ver,
La Vida Humana de Dios Hecho Hombre.
“Santifícalos con
La Verdad.
Tu Palabra es La
Verdad.”
Riviera
Maya, Q.R., México;
Agosto 18
del 2019.
24 DE 40
MARÍA DE
MAGADÁN (3
DE 3)
Después,
en el mejor estilo de la ‘Diáspora’, todos empezaron a reseñar algún pasaje de
su familia antigua. Empezó Lázaro, judío con una genealogía comprobada de 600
años; de las familias que salieron de Caldea para refundar el Reino de Judá.
Sus antepasados han poseído sus olivares y viñedos desde hace más de 40
generaciones; esa tierra la han tenido que defender, a veces, aún con su propia
vida. Lázaro junto con sus hermanas,
eran gente muy respetada por todos.
Le
siguió Natanael, que en razón de sus ascendientes ptoloméicos, solo se dio el
gusto de decir que él era judío por haber nacido de una mujer israelita, y
porque amaba entrañablemente a este pueblo, sus costumbres, sus tradiciones
milenarias y sobre todo, por sus conceptos religiosos inspirados en Patriarcas,
Profetas y Reyes.
De
los cuatro que estaban allí reunidos, solo María Magdalena no conocía a Jesús.
Los otros tres podrían presentarlo como un ‘simple conocido’ (el caso de
Bartolomeo); como un amigo muy querido y apreciado (como Lázaro); o como
‘Alguien mucho más elevado a nosotros, que una ocasión me dio la oportunidad de
amarlo’ (como se enorgullecía de decir Leví).
Leví
era capaz de hablar horas y horas, días completos, acerca de los andares de su
antiquísima familia. Siempre alguien en la generación viva, tomaba el encargo
de seguir el minucioso registro de parientes dentro de su familia. Hacía algún
tiempo este trabajo lo realizaba el padre de Mateo, y ahora era precisamente él
quien realizaba esa labor.
Así
que, preguntarle a Leví: ‘¿Cómo está tu familia?’ podía ser riesgoso, porque de
seguro lo contaba todo y se llevaba mucho tiempo. En esta ocasión, el de
Cafarnaúm tuvo misericordia de los presentes y solo usó dos horas para su
narración. María y los otros dos, estaban fascinados con la retórica de Mateo y
con la cantidad de eventos narrados.
Estas
cuatro personas reunidas aquí por un solo propósito, darle información a la
‘poderosa diva’ de Magadán acerca de Jesús de Nazaret, no tenían idea de cuánto
cambiaría su vida esta ocasión.
María
descubre a todos su intención y abre su corazón (algo nunca antes hecho por
esta dura esclava del pecado), respecto a lo que le ha sucedido en la plaza del
pueblo. Les narra a detalle el acontecimiento y externa su sentimiento sincero
y profundo:
“Nunca, en toda mi vida, había yo sentido esta
ansiedad en mi alma.
Jamás un hombre había movido tan profundamente mi
corazón, ni
había despertado en mi tal interés por él. No me
explico lo que ha
sucedido y es por eso que los he llamado, para que
me ayuden.”
“No es un hombre simplemente, María; es el Mesías,
dijo Mateo.
A mí me sucedió igual hace muchos años, un día que
vi a Jesús en
el mercado de Cafarnaúm; quedé impactado por su
persona, su
forma de mirar, su gran personalidad y presencia.
Desde ese día
somos amigos; pero Jesús de Nazaret tiene una forma
muy distinta
de amistad.
Te abruma, te envuelve, te colma con sus detalles.
Nada puedes hacer para evitarlo, una vez que ‘entra’
en ti, no hay
forma de librarte de su compasión, de su
misericordia, de su amor.
Estoy seguro que ahora tú sientes eso que yo percibí
entonces; y
si es así, te puedo asegurar que El Señor te ha
tocado”. Concluyó.
Natanael y Lázaro contaron igualmente sus
experiencias con Jesús; también ellos estaban seguros de que se trataba de
alguien muy especial, sin embargo, no podían asegurar lo que Leví, quizá en
razón de su desconocimiento respecto de las Escrituras, que en Mateo era
amplísimo. En todos había dejado el Señor sembrada la semilla de Su Palabra, de
su Evangelio. He inició María
Magdalena a narrar su experiencia:
“…Solo las almas
puras como las de estos niños pueden ver a Dios. Porque el amor es pureza y
todo lo que Dios es, es fiel, puro, y amoroso…” me ha dicho. ¡¡Y no he
entendido qué me ha querido decir!! Y me lo ha dicho sin siquiera mirarme a los
ojos!!
Luego ha añadido unas palabras aún más confusas para
mi alma:
“…Siéntete feliz mujer, porque hoy ha iniciado tu
alma su purificación;
el Señor te ha permitido que veas hacía adentro de
ti misma
y que busques la consolación de todo cuanto te
aflige…”
¿Quién es este hombre que sabe que dentro de mí hay
desconsuelo,
que tengo penas que nunca podré apartar de mi vida,
que yo
necesito purificarme? Agregó la disturbada María.
“… Muy cerca están María, los días en que te
abatirás por amor a
tu Señor…” ¿Quién es mi Señor?, todos ustedes saben
que yo
no tengo Señor, no soy de nadie; nadie me posee!”
Agregó.
Todos prestaban atención a cada una de las palabras
que María repetía y del sentimiento que imprimía en ello.
“…Muchos son los
dones que has recibido y ninguno de ellos
has usado para
tu salvación; sin embargo, por ellos mismos todo
el mundo te
recordará, pues tus acciones cambiarán y
glorificarás al
Señor tu Dios con actos de contrición..” ¿De qué
habla este Rabí
al que no soy capaz de entender?; ¿Por qué ha
vertido en mí
toda esa suerte de augurios que bien pueden
también estar
dirigidos a otros en mi mismo estado de pecado?
“…Serás como
alguien que da lo mejor de sí sin esperar recompensa;
como quien sabe
que sus oportunidades se acaban y
que has de
usarlas a tiempo, aún que por ello te critiquen o te
vituperen…” Así
concluyó su brevísimo monólogo frente a todos.
No tengo ni la
menor duda de que este hombre es un Profeta, como
aquel Juan el
Bautista que tiene preso Herodes; que a cada
instante le
vierte dictámenes sobre su proceder y sus pecados.
Natanael y Lázaro estaban atónitos. A penas si
comprendían las palabras que María les repetía de su querido amigo; por
supuesto que no alcanzaban a entender su significado. Tampoco Mateo estaba
seguro de lo que había sucedido ni de qué habría querido decir su amadísimo
Rabboni. Todo lo que pudo hacer fue concluir de la mejor forma:
“Yo creo María,
dijo, que el Señor te ha tocado; que algún día le
volverás a ver y
que entonces podrás preguntarle cuanto quieras
para pedirle
respuestas a sus comandos.”
La velada del Sabat terminó ya entrada la noche.
Los tres hombres se retiraron a las habitaciones de huéspedes del palacio de la
Magdalena para descansar, y al día siguiente, emprender su camino de regreso a
sus lugares de origen. Sin lugar a dudas, también para ellos había sido una
experiencia sin igual. Habían estado solos en la casa de la mujer más
influyente de Galilea, la gran amada de los poderosos. Sin embargo, no habían
hecho lo que de costumbre se hacía en ese lugar; habían estado hablando de un
conocido común, sin entender lo que Él mismo había expresado.
Jesús volvió muchas veces a Magadán, pero nunca fue
a la casa de la Magdalena.
Ʊ Ω Ʊ
Orar sirve, es bueno para nuestra alma y
nuestra mente.
De todos ustedes afectísimo en Cristo,
Antonio Garelli
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Solo
por gusto de proclamar El Evangelio.
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