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sábado, 1 de junio de 2019

De mi libro: El Evangelio según Zaqueo - 13 - LEVÍ DE CAFARNAÚM



LAS PÁGINAS QUE SE LEEN ENSEGUIDA,
SON PARTE DE MI LIBRO
“El Evangelio Según Zaqueo”
(EL ARCA EDITORES - 2004)
Una muy personal forma de ver,
La Vida Humana de Dios Hecho Hombre.

“Santifícalos con La Verdad.
Tu Palabra es La Verdad.”


Playa del Carmen, Q.R., México;
Junio 2 del 2019.

13 DE 40

LEVÍ DE CAFARNAÚM, MATEO;
ÚLTIMO APÓSTOL elegido, 
PRIMER EVANGELISTA consumado

Jesús y Leví (Mateo), se conocieron muy jóvenes; Él tenía 18 años y el hijo del acaudalado comerciante más importante de Cafarnaúm, 15.  Allí empezó una amistad que nunca terminaría, más aún, de parte de Leví, se incrementaría hasta ofrecer su vida por el Evangelio del Cristo, su mejor amigo.  Esta ciudad ribereña (Cafarnaúm), está diseminada sobre las rudas y empinadas colinas del norte del Quinéret, así llamado por los antiguos el Mar de Galilea, el Genesaret de los tradicionalistas, el Tiberíades, para los Romanos.

Solo cruzaron sus miradas, no se dijeron una sola palabra.  Los ojos de oliva fresca de Jesús de Nazaret, penetraron la mirada que emitían las castañas claras de Leví.  Dos miradas jóvenes; una perfectamente consciente de lo que hacía, la otra sorprendida hasta un brinco impulsivo del corazón.  Como si hubiera habido alguna fuerza física que pasara de la visión lograda entre los dos muchachos, hasta el latir cardiaco del pequeño comerciante.  Las órbitas de los ojos de Leví no podían abrirse más; y entonces perdió e conocimiento, se desmayó cayendo al suelo.  

Todos los que estaban en la tienda de Leviatán, el padre de Mateo, corrieron presurosos a auxiliar al pequeño amo.  Nadie sabía lo que había sucedido; el joven se incorporó recobrando el aliento e inmediatamente preguntó por Él:
-         ¿Dónde está? Inquirió a todos.
-         ¿Quién?  - le respondieron.
-         El joven que estaba parado aquí cuando yo caí.
-         No nos hemos dado cuenta de que hubiese alguien aquí, Leví.
-         Vayan y búsquenlo.  Es alto, rubio, fuerte, con el pelo al hombro; pero cuidado con su mirada, fue la que me causó este mal momentáneo.  Tiene los ojos con un verde profundo lleno de luz.  Viste con tela cruda y un manto rojo recién telado.  ¡Encuéntrenle!

Salieron de inmediato sus sirvientes y buscaron por todo el mercado en la ribera y subiendo las laderas, pero a nadie encontraron con esa descripción.  Todos supusieron que habría sido una visión del joven Leví.

Así sucedió, sin haber cruzado palabra alguna, pero con una impresión que perduraría de por vida.  Todos los años que estuvieron juntos, solo bastaba que Jesús mirara a Mateo, para que éste entendiera lo que su Maestro le quería decir.  En Mateo nunca hubo dudas, como en muchos de los otros discípulos; siempre hubo certeza de Divinidad y Gloria. 

En la siguiente ocasión que se encontraron, Leví corrió a su encuentro para poder hablarle y preguntarle muchas cosas.
-         Dime, ¿cómo hiciste ese día para que yo perdiera el sentido?  ¿Es acaso que tienes poderes que otros no podemos tener y que además nos puedes dominar con ellos?  ¿Quién eres, de dónde vienes?
-         Shalom!  Leví, hijo de Leviatán; yo soy Jesús de Nazaret.  Lo que hay en mí tú serás el primero en manifestarlo. Otros se maravillarán de tu proceder, pero sabrán que habrás escogido bien.
-         ¿Cómo sabes mi nombre y a qué te refieres con tu decir?
-         Tu nombre cambiará y con él te conocerá el mundo entero, porque tus habilidades darán Gloria al Señor nuestro Dios.  Nada narrarás de ti mismo, sino de otro; y por ello serás bienaventurado.
Nuevamente sus miradas quedaron fijas; Jesús en misericordia y el joven Leví en éxtasis. 

Y en efecto, no sería Mateo quien escribiera de su vocación al Evangelio; sería Marcos, a petición de Pedro, quien narrara tan bello y fugaz momento:  “...  Lo miró y le dijo:   >Sígueme<  y al instante lo dejó todo y le siguió”.  Para qué más, si ellos dos se conocían muy bien.  Juan y Simón siempre fueron muy ‘abarcadores’ en su relación con el Maestro.  Os dos se pelean la supremacía de amor y el interés del Mesías; pero ellos sabían muy bien que Mateo era ‘el gran amigo del Señor’, el que había sido esperado; el que haría las diferencias durante el Ministerio de Jesús de Nazaret.

Muchas, muchísimas veces más se verían Jesús y Leví; su amistad de alargarla hasta el fin trágico de la muerte de los dos.  Mateo sería inducido por Jesús a que estudiara en la Yeshiva para Fariseo, sabiendo Él que nunca lo llegaría a ser; y cuando los dos ya hombres se volvieran a encontrar, uno con conocimiento humano, Leví, sabría que tenía delante de sí a dios hecho hombre, al Mesías según las escrituras de las cuales era ya un experto.  Mateo vivió junto al Señor las 6 Pascuas finales de su vida; tres antes de iniciar el Ministerio y tres después.  Nadie tuvo ese inmenso privilegio. Leví apoyaría moral y económica-mente a Jesús y a María a la muerte de José.  Solo Mateo vivió algunos momentos de la vida íntima familiar de Jesús; solo él fue invitado a tan reservado círculo.  Solo él conocía la abnegación y fervor con el que todos sus parientes le veían, le admiraban, le trataban cuando le tenían cerca.  Por eso lo escribió tan bien: porque lo sabía, porque lo vivió, porque lo experimentó en carne propia.

Estas exquisitas remembranzas me las hacía Leví cuando era mi buen colaborador, cuando trabajaba como publicano buscando una estable posición económica.  ¡Qué lejos estaba de su realidad de vida!

María amaba profundamente a Leví, lo consideraba como el hermano menor de su amadísimo Hijo.  Los disfrutó como adolescentes en sus atabares de la vida.  Para María el primer ser humano (después de ella y José) en atestiguar la Divinidad de Jesús, fue Mateo.  Las reseñas de su Evangelio así lo manifiestan.

Solo Mateo escribe sobre La Adoración de los Magos, La Huída a Egipto y La Matanza de los inocentes, eventos éstos del mismísimo inicio de la vida de Jesús, en donde se hace manifiesta su Divinidad en cuanto a “reconocimiento de los gentiles” y “protección celestial”.

Solo Mateo inicia el Ministerio del señor con su retiro al desierto para permanecer en cuarentena de purificación; porque solo él sabía esta costumbre de siempre de su amigo.  Solo él detalla las tentaciones, porque Jesús se lo dijo al regresar de tan devastador momento para el Hombre Dios.

Solo Mateo escribe El Sermón de la Montaña con las 8 Bienaventuranzas, que son la voz de Dios encarnado; porque solo Mateo tiene la evidencia de su propia vida, de que este es el mensaje dado directamente por El Mesías, el Hijo de Dios vivo, como le reconociera en su momento Simón.

Solo Mateo escribe el Padre Nuestro, esa bellísima pieza literaria para lograr comunicación con Dios, pero no un Dios distante, sino cercano, tan cercano como un Padre.  Este nuevo concepto de relación con Dios, lo exalta Leví por sus experiencias juveniles con Jesús y sus conocimientos sobre la Ley.

Para Mateo la curación de enfermos y endemoniados es lo más evidente de la presencia divina de Jesús en la tierra; solo Dios podría dominar al mal de esa forma, en esas circunstancias, con esa contundencia.  Para el joven Mateo (la juventud lo sorprendió siempre: tenía 15 años de edad cuando conoció a Jesús; 27 en el momento en que Él lo llamó y 36 cuando escribe su Evangelio), lo Mesiánico, lo Salvador, lo Cristo de su amado Maestro es irrefutable, por eso escribe ampliamente de ello.

Para nadie más que para Leví, la Divinidad del Hijo del Hombre es tan evidente; ha tenido gran parte de su vida para constatarlo.

Quizá por ello María le tenía gran aprecio a Leví; porque siempre trató a Jesús de Nazaret con la reverencia digna de un Ser Divino, una condición que Mateo constató desde su adolescencia, desde la primera vez que se topó cara a cara con El Salvador.  Muchos años conviviendo juntos, tantas ocasiones orando juntos, muchos eventos compartidos juntos hacen de Leví el gran conocedor de Jesús, El Cristo, El Mesías, El Hijo del Hombre, como se llamaba a sí mismo este nazareno que todos conocían como el hijo de María y José el carpintero.  Yo sí lo sé, porque yo lo viví en carne propia: Mateo es el último de los ‘llamados’, porque en el grupo de los Apóstoles solo hacía falta una cosa:  un publicano, un despreciablemente poderoso publicano.

Qué gran cosa para Jesús escoger pescadores (el trabajo más evitado por todos en Galilea, por sucio y demandante en la entrega  - Simón, Andrés, Juan y Santiago lo eran -); seleccionar a gente de dudosa reputación como Tomás, Felipe y Judas el Iscariote;  a Santiago el Menor y Judas Tadeo sus parientes –por los cuales nadie daría una moneda de cobre-;  a Simón el cananeo, a quien todo mundo conocía como un revoltoso; al judío de Betania, Bartolomé, oportunista comerciante de cosas de ‘no muy clara procedencia’, y al final, lo que faltaba; un odioso cobrador de impuestos para el Imperio Romano, el más abominable de los antijudíos, por  trabajar para los dominadores gentiles y paganos.  Un publicano y aparte rico y conocedor de Leyes, Profecías y costumbres del ámbito religioso de ese tiempo.  A éstos distinguió Jesús de Nazaret con el honroso título de Sus Apóstoles.

Discípulos, muchos; escogidos, solo ellos.  Fiel a sus propias palabras; esta gente, me preguntó por qué Jesús no puso en su lista a tantos otros que eran sus discípulos.  Había buenos y bien intencionados fariseos; también gente con bondad evidente, de los cuales nunca se hubiera aceptado alguna crítica; y qué decir de sus desinteresados seguidores de otras ciudades fuera de Galilea y Judea.  Pudieron haber sido muchos otros; pero escoger pescadores, pecadores y publicanos, tenía algo que no todos llegábamos a entender.  Y Mateo sí lo entendió, por eso fue él quien escribió aquellas palabras de Jesús:  “...Te doy gracias Señor del Cielo y de la Tierra, porque te has revelado a esta gente sencilla...”

Nadie entiende a Jesús de Nazaret ni a su Evangelio, si se está postrado en su propio pedestal.  ¡Que si lo sé yo!; solo cuando dejé de lado la soberbia, encontré a Cristo.


Ʊ Ω Ʊ

Orar sirve, es bueno para nuestra alma y nuestra mente.

De todos ustedes afectísimo en Cristo,

Antonio Garelli





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