Solemnidades y Fiestas de Guardar
De La Iglesia Católica
“Santifícalos con
La Verdad.
Tu Palabra es La
Verdad.”
Ciudad de
México, Febrero 2 del 2019
Solemnidad de la
Purificación de María y
La Presentación
del Niño Jesús en el Templo.
“El que es bueno
en la Familia, también es un buen ciudadano.”
Sófocles
LA PRESENTACIÓN DEL NIÑO JESÚS Y
LA PURIFICACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Muy
estimados todos en Cristo Jesús:
El capítulo 12 del Libro de Levítico, está ‘dedicado’
a los preceptos que tenía que cubrir una parturienta, según la Ley de
Moisés. Allí se indica que la mujer que
haya concebido y tenido un hijo varón, deberá presentarse ante el sacerdote,
‘para su purificación’, 40 días después del parto. Y del 25 de diciembre al 2 de febrero se
cuentan precisamente 40 días.
Esta costumbre israelita (que cumplió cabalmente la
Santísima Virgen María), se convirtió en una fiesta en la Antigua Roma en el
Siglo IV. Se celebraba en la segunda
tarde del día, entre las horas décima y duodécima (4:00 p.m. a 6:00 p.m. para
nosotros); y era muy conveniente llevar velas o candelas para alumbrarse, pues,
al final de la celebración ya era de noche; por estar todavía en el solsticio
invernal (que tiene los días cortos y las noches largas).
Doce siglos después, con la Conquista de América, los
franciscanos, agustinos y dominicos españoles, trajeron esa tradición al
continente y se la enseñaron a la gente que estaban evangelizando; con algunas
modificaciones y significados, pero en esencia seguía recordándose lo mismo: La
Purificación de la Virgen María y la Presentación en el Templo del Niño Jesús,
su amado Hijo; cuarenta días después de La Natividad del Señor.
Por supuesto que la Santísima Virgen María, Madre del
Salvador, Madre de Dios-hecho-hombre, no tenía que ‘cumplir’ con tal precepto
de la Ley; porque ella permaneció Purísima antes, durante y después de DAR A
LUZ, a su Hijo. María no fue como todas
las parturientas, pues el ALUMBRAMIENTO DE JESÚS no causó ningún derramamiento
de sangre; ya que Él mismo, CUAL LUZ VIVA QUE ES, ABANDONÓ EL VIENTRE DE LA
VIRGEN PARA NACER HUMANO, CONSERVANDO SIEMPRE LA VIRGINIDAD DE MARÍA, SU MADRE.
Con estos antecedentes, uno puede entender fácilmente
“La Fiesta de Luz” en que se convirtió la original Purificación de María; y el
gran significado que tomaron las velas y candelas encendidas, en honor al
“Alumbramiento del Verbo Encarnado” y su posterior presentación en el Templo.
Sí, es cierto, al paso del tiempo La Fiesta de La Candelaria ha tenido
variaciones, tales como: las adiciones doctrinales, las asimilaciones
culturales, etc., pero lo esencial sigue igual, es una fiesta iluminada por Jesucristo ‘. . . Luz para iluminar a las naciones.’
En México, se tiene la costumbre de que, al que le
haya tocado el ‘muñeco’ (que representa al Niño Dios), al cortar la hogaza de
pan de la “Rosca de Reyes” el 6 de Enero, ofrezca una fiesta en la que se
sirvan tamales y atole para los invitados.
Estos eventos solían ser reuniones familiares solamente, pero hoy en día
se han extendido a los ámbitos del trabajo y los círculos de amistades;
adquiriendo gran aceptación, aún entre personas que no son cristianas o no
practican nuestro catolicismo. Mejor
aún, pues son ocasiones para evangelizar y adoctrinar a niños, jóvenes y
adultos.
Les dejo un ‘link’ (acceso directo) a una homilía del
Papa San Juan Pablo II, respecto de esta hermosísima Fiesta de la Iglesia;
léanla, aparte de que sirve, es muy grato recordar al Papa que quiso ser
mexicano.
Orar
sirve, oremos por México y por nuestros Países.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
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Solo
por el gusto de proclamar El Evangelio.
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