Santifícalos con La Verdad.
Ciudad de
México, Febrero 1 del 2019.
El escrito que a continuación se lee, es
parte de mi libro:
Veritelius
de Garlla, Apóstol Gentil
Historia Épica de Doce Escritores del Siglo Primero
y un Recopilador del Imperio Romano
76ª Entrega.
Novus Villa Garlla Canea, Episcopâtus Cretiens
Augustus XV
LXX A. D.
TITO DESTRUYE HIEROSOLYMA
En
Augustus X, precisamente el día que
los Caldeos de Nabucodonosor II destruyeron el Templo de Salomón en el DCVI antes de Iesus Christi; ahora Tito, General Legionario e hijo mayor del
César Vespasiano, lo ha vuelto a hacer; el Templo de Yerushalayim, como llaman los iudaicus
a su ciudad, reconstruido por el indigno Rey Herodes el Grande hace más de cien
años, ha sido desmantelado, saqueado y reducido a un montón de piedras
deformes.
Decenas
de miles de personas han muerto, pues tan solo el sitio de la ciudad ha durado
más de noventa días sin permitir entrada o salida de nadie. La sed, el hambre, las enfermedades, la
podredumbre y la desesperación, han matado a la mayoría de ellos; y la masacre
de enfermos, débiles, indefensos y moribundos iudaicus por parte de las Legiones Romanas en su ataque final,
comandadas por el General Tito, ha dejado sin habitantes a lo que algún día fue
la ciudad más esplendorosa de Palestina.
A
nosotros, Christiani, los sucesos no
nos sorprenden, pues fueron profetizados por nuestro Señor Iesus Christi en su momento; lo registran Mathêo, Marcos y Lucanus:
“. . .
¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados! . . . Salió Jesús del Templo
y cuando se iba, se le acercaron sus
discípulos para mostrarle las construcciones del Templo, pero él respondió: ‘¿Veis todo esto? Yo os
aseguro: no quedará aquí piedra sobre
piedra que no sea derruida’.
Cando
veáis, pues, la abominación de la desolación, anunciada por el profeta Daniel, entonces los que estén en
Judea, huyan a los montes... Porque
habrá entonces una gran tribulación, cual no la hubo desde el principio del mundo, hasta el presente, ni
volverá a haberla. . .”
Evangelîum según Sanctus Mathêo
“Al salir del Templo le dice uno de sus
discípulos: ‘Maestro, mira qué piedras y
construcciones.’ Jesús le dijo: ¿Ves estas grandiosas construcciones? No quedará piedra sobre piedra que no sea
destruida...
Y si
el Señor no abreviase esos días, no se salvará nadie; pero en atención a los escogidos, que Él eligió, se
abreviarán esos días. . .”
Evangelîum según Juan
Marcos
“. . . Esto que
veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida. . . Cando veáis a
Jerusalén cercada por ejércitos, sabed
entonces que se acerca la desolación.
Entonces los que estén en Judea,
huyan a los montes; y los que estén en medio de la ciudad, que se alejen; y los
que estén en los campos, que no entren a ella; porque estos son días de venganza y se cumplirá todo cuanto
esté escrito. ¡Ay de las que estén
encinta o criando en aquellos días!
Habrá, en
efecto, una gran calamidad sobre la tierra, y cólera contra este pueblo; y caerán a filo de la espada, y
serán llevados cautivos a todas las
naciones, y Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumpla el
tiempo de los gentiles.
Yo os
aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. . .”
Evangelîum según Lucanus de Antioquía.
En
efecto, no ha pasado esa generación y la destrucción ha llegado, tal cual fue
profetizada, a Hierosolyma que quedará maldita hasta tiempo inmemorial.
Ni
en la Gallia, ni en la Germania, ni siquiera en Armenia; el Romanorum Imperialis Exercitum ha
infringido tal destrucción a ciudad alguna.
Ni Cayo Iulius Cæsar, con su
impecable planeación de las batallas; ni Augusto Cæsar, con el apabullante dominio de sus tropas; ni la mismísima
furia del César Calígula; se han parecido en algo a lo que Titus Flavius Vespasianus, hijo, ha desencadenado contra Hierosolyma; simplemente la ha dejado en
ruinas, inhabitable.
+ + +
Novus Villa Garlla Canea, Episcopâtus Cretiens
Januarius V
LXXI A. D.
DISCURSO DE
TIBERIO DE GARLLA
Tengo
en mis manos el documento más importante que hará mención de un Garlla dentro
del Senado Romano: IUDAICUS RELIGIÔNIS
PROHIBITUM, ROMANORUM IMPERIUM CONTRAÎUS EST. Es el discurso con el que mi hijo Tiberio ha
obtenido la aprobación de las Cámaras Romanas de Jurisprudencia, para prohibir
el judaísmo por ser una religión contraria a Roma.
Roma, Urbe del Orbe, Episcopâtus Romanorum
Januarius I
LXXI Anno Domini
¡Ave Tito Flavio Vespasiano, César del Romanorum Imperium!
Excelentísimos señores Senadores; dignísimos
miembros de la Institución Insigne del Imperio Romano: el Senado; poseedor de
la representatividad más auténtica del populus, como guía del destino y salvaguarda
la gloria de Roma. Ante Ustedes,
señores, expongo:
Desde hace más de doscientos cincuenta años, Roma se
ha prodigado en atención y preocupaciones por una región vital para nuestras
huestes; y para el logro de las metas que nuestro Imperio se ha marcado para la
civilización de la humanidad: me refiero a la franja que conocemos como
Palestinus, ahora integrada por las Provincias Romanas de Syria-Fenicia, Iudae
y Petraea-Arabia.
Desde nuestro ilustre General Cneo
Pompeyo Magno, hasta el dignísimo General Magíster Legionario Tito Flavio
Vespasiano, hijo de nuestro amado César, la guerra, las luchas intestinas y las
sublevaciones, no han cesado en momento alguno, solo por una necedad: la
iudaicus religîonis, esa mezcla de ritos, costumbres y teocracia; que rechaza
la libre y armoniosa convivencia entre los pueblos, factor fundamental de la
culturización Romana.
Mientras los Sacerdotes Levitas existan;
y en tanto la Hebraicus Lex siga siendo aceptada como modus vivendi de este
pueblo, nunca será posible su integración a la comunidad de naciones y culturas
que busca el Romanorum Imperium para beneficio de la Humanidad. Por donde vayan llevarán sus costumbres de
separatistas y ‘elegidos’ que tan denodadamente defienden y promueven; aun
sabiendo que son ya un pueblo como cualquiera otro, pues su Dios les quitó hace
más de seiscientos años la primacía que tenían, al entregarles como esclavos a
los caldeos.
A esta gente no le importa matar ni
morir, con tal de que se preserven sus tradiciones; tampoco le importa
colaborar con el Imperio Romano en su labor civilizadora y pacificadora de
todos los pueblos. Bien ha hecho el
General Tito en convertir en ruinas su Templo en Hierosolyma, pues con ello se
eliminarán los sacrificios purificadores del todo innecesarios.
Ahora, Señores Senadores, corresponde a
nuestro Cuerpo Colegiado de la Cultura Romana, dictar iuris prudentia dentro
del Derecho Romano, a fin de que:
Sea
prohibida la Iudaicus Religiônis; por ser contraria al Espíritu y Voluntad de
Roma, en su culturización de los pueblos y la eliminación de la barbarie en que
aún viven muchos de ellos.
Sea
prohibida la habitación de los iudaicus en Hierosolyma, por representar un
focus de sublevaciones, asesinatos y guerras, en donde los primeros y más
grandemente afectados han sido los heroicos Soldados Legionarios Romanos.
Y
por último, se reglamenten confinamientos en todas las ciudades del Imperio
para los iudaicus que, de buena fe y queriendo no agredir a los demás con sus
actos y costumbres, realicen sus
ceremonias religiosas sin contravenir la Cultura Romana.
Encomio a todos Ustedes a que,
pendientes como siempre de las necesidades del Imperio, sea nuestra Honorable
Magistratura la que eleve a nivel de Lex,
los señalamientos que propongo.
¡Ave
Titus Flavius Vespasianus, Romanorum Imperialis Cæsar!
Tiberio
de Garlla
Senador
¡Un
Garlla ha hablado para la posteridad!; ¡qué gran lástima ha sido que no haya
también podido predicar a Iesus Christi
entre sus conciudadanos!
† †
†
Orar
sirve, oremos por nuestros Pueblos.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
Tu Palabra es La Verdad.
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Solo por el gusto de Proclamar El Evangelio
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