Santifícalos con La Verdad.
Ciudad de
México, Enero 9 del 2019.
El escrito que a continuación se lee, es
parte de mi libro:
EL DEMONIO AL
ACECHO DEL MESÍAS
Un análisis de situaciones descritas en el
Evangelio,
que se sucedieron entre el Diablo y Cristo
Jesús.
63 DE 77
CAPÍTULO
SEXTO
DESDE EL ANUNCIO DE LA RESURRECCIÓN
AL MARTIRIO DE SANTIAGO
EL MAYOR
VI.1.- MENSAJE
DE LA RESURRECCIÓN
(Mt
28, 1-7; Mc 16, 1-8; Lc 24, 1-12; Jn 20, 1-10)
“Pasado el
sábado, al alborear el primer día de la semana, María Magdalena y María la de
Santiago fueron a ver el sepulcro. De
pronto, se produjo un gran terremoto, pues el Ángel del Señor bajó del cielo y,
acercándose, hizo rodar la piedra (que tapaba el sepulcro) y se sentó encima de
ella. Su aspecto era como el relámpago y
su vestido blanco como la nieve.
Los guardias,
atemorizados ante él, se pusieron a templar y se quedaron como muertos. El Ángel se dirigió a las mujeres y les dijo:
‘Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el Crucificado; no está aquí,
ha resucitado como lo había dicho.
Venid, ved el lugar donde estaba.
Y ahora id en seguida a decir a sus discípulos: ‘Ha resucitado se entre
los muertos e irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis.’ Ya os lo he dicho.’ Ellas partieron a toda prisa del sepulcro,
con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos.”
¡Se te acabó Satán, se te acabó el
gozo! ¡No tan solo no pudiste con
Jesucristo, sino que con el exceso de tus intrigas, calumnias y acciones
criminales y de muerte, perpetradas por los hombres, hiciste posible que Dios
ensalzara al Mesías, que reivindicara a Cristo!
¡¡Ha resucitado!! ¡Está vivo y con su Resurrección ha ganado la vida
para nosotros! Casi te doy las gracias
Satanás, porque tu inmensa maldad ha hecho patente la Infinita Misericordia
de Dios para la humanidad. No pudiste
Satán, no doblegaste al ‘Cordero de Dios
que quita el pecado del mundo’; más que eso, en este Nuevo Adán, toda la Creación se goza de la Redención. ¡Puro bien
venció al mal!
¡A partir de este día solo perderás,
nunca más vencerás; pues Cristo ha vencido a la muerte, que eres tú mismo! ¡¡¡Te ha vencido Satán!!! Ahora, cada vez que atentes contra la vida de
un Santo, y la tomes, sabes bien que estás encaminando un alma al Reino de los
Cielos, tal y como lo dijera Jesús de Nazaret:
“Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los
Cielos. . . Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. . . Bienaventurados los que trabajan
por la paz, porque ellos serán llamados
hijos de Dios. . . Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
. . Bienaventurados seréis cuando os
injurien, y os persigan y digan con mentira
toda clase de mal contra vosotros por mi causa.
Alegraos y regocijaos, porque
vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera
persiguieron a los profetas anteriores a vosotros. ”
¡¿Te quedó claro, Satanás?! Igual que
Cristo Jesús el día de su Resurrección, todos estos habitarán los cielos; se
irán para siempre de tu mano y de tus males.
¡¡El acecho del Demonio será ahora la antesala del Cielo!!
Qué gran bendición la de María Magdalena
(la gran pecadora y endemoniada que dejó todo por el Evangelio), y María de
Santiago (Tía de Jesús) de ser las primeras en enterarse de la Resurrección del
Señor; debe ser considerado como un acto de deferencia a su entrega y
fidelidad.
Yo siempre he pensado que la primicia
de este hecho (aunque no lo registren así los Evangelistas), correspondió a
María Madre, la más privilegiada entre todas las mujeres. También creo que la Santísima Virgen
María lloró lágrimas humanas en la cruz, pero su alma y corazón de ‘Llena de
Gracia’ siempre mantuvieron la ‘Alegría de la Resurrección ’
presente.
Hay un hecho evidente de
continuidad teológica que no podemos rechazar: si María fue la primera en saber
acerca de la venida del Salvador al mundo; también fue la primera en saber que
el Cristo, su Hijo e Hijo de Dios, había resucitado; que había vencido a la
muerte y al pecado; que había vencido los acechos del Demonio contra el
Mesías. Todo el sufrimiento, la angustia
y el acecho constante durante la vida de su Hijo, se transformaron en una
inmensa alegría en la
Misericordia de Dios.
¡¡No más sufrimientos!! María nunca más
sufrirá, ni en su cuerpo ni en su alma.
Todo será gozo de hoy en adelante; ante el sufrimiento humano solo habrá
regocijo interior, pues se tiene la seguridad del premio del triunfo, que es la Vida Eterna. María Madre nunca más será acosada por el
Demonio; será Piedad en vida; será Pilar que mantenga; será Caridad que sane;
será La Niña del
Cielo que conforte como Madre. Seguirá
siendo la
Bienaventurada entre todas las mujeres. ¡Y será tomada por
Dios en cuerpo y alma al Cielo! Tendrá su propia Asunción, como corresponde a
ella, La Madre
de Dios. ¡¡¡Bendita sea María
Santísima!!!
§ § §
Orar
sirve, oremos por nuestros Pueblos.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
Tu Palabra es La Verdad.
También me puedes seguir en:
Solo por el gusto de Proclamar El Evangelio
No hay comentarios:
Publicar un comentario