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domingo, 6 de enero de 2019

12a. ENTREGA DEL MANUAL DE ORACIONES - Oraciones Varias (2° de 3)


“Santifícalos con La Verdad.
Tu Palabra es La Verdad.”


Ciudad de México, Enero 7 del 2019.


“Velen y oren . . . para que puedan presentarse
ante el Hijo del hombre.”
Jesucristo
(Lc 21, 36)



MANUAL DE ORACIONES
(CONTINUACIÓN)


XIV.  Oraciones Varias  (2° de 3)


Acto de Fe

Dios mío, porque eres verdad infalible, creo firmemente todo aquello que has revelado, y que la Santa Iglesia nos propone para creer.
Creo expresamente en Ti, único Dios Verdadero en tres Personas iguales y distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Y creo en Jesucristo, Hijo de Dios, que se encarnó y murió por nosotros, el cual nos dará a cada uno, según los méritos, el premio o el castigo eterno.
Conforme a esta Fe quiero vivir siempre.  Señor, acrecienta mi fe.


Acto de Esperanza

Dios mío, espero de tu Bondad, por tus promesas y por los méritos de Jesucristo, nuestro Salvador, la vida eterna y la gracia necesaria para merecerla con las buenas obras que debo y quiero hacer.  Señor, que pueda gozarte para siempre.


Acto de Caridad

Dios mío, te amo con todo el corazón, sobre todas las cosas, porque eres infinitamente bueno y nuestra eterna felicidad: por amor a ti amo a mi prójimo como a mí mismo, y perdono las ofensas recibidas.  Señor, haz que yo te ame cada vez más.

Oraciones de Ofrecimiento


Señor Jesús:
Te entrego mis manos para hacer tu trabajo.
Te entrego mis pies para seguir tu camino.
Te entrego mis ojos para ver como tú ves.
Te entrego mi lengua para hablar tus palabras.
Te entrego mi mente para que tú pienses en mí.
Te entrego mi espíritu para que tú ores en mí.
Sobre todo te entrego mi corazón, para que en mí ames a tu Padre y
         a todos los hombres.
Te entrego todo mi ser para que crezcas tú en mí, para que seas tú,
         Cristo, quien viva, trabaje y ore en mí.


Oraciones al Santísimo Sacramento


Pange Lingua

Canta, oh lengua el misterio
del glorioso Cuerpo de Cristo
         y de su preciosa Sangre;
         que ofreciendo en precio por el mundo
         derramó el Rey de las naciones,
         fruto del más noble seno.

Tantum Ergo

         Veneremos, pues, de rodillas,
         tan augusto Sacramento,
         y el antiguo rito ceda
         su lugar a éste nievo

         Al Padre y al Hijo,
         alabanza y gloria;
         salud, honor y poder,
         bendición y gozo eterno.

         Sea semejante nuestra alabanza
         al Espíritu que de los dos procede.
         Amén.
        
         V Les diste pan del cielo.
        
R Que contiene en sí todo deleite.

V Oremos:
Oh Dios, que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los Sagrados Misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constante-mente en nosotros el fruto de tu Redención.  Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos.

R Amén.


Alabanzas de Desagravio

Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la Gran Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su Gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus Santos.
Amén.


Al Espíritu Santo

Espíritu Santo,
inspírame lo que debo pensar,
lo que debo decir,
lo que debo callar,
lo que debo escribir,
lo que debo hacer, cómo debo obrar para
procurar el bien de todos los hombres,
el cumplimiento de mi misión y el triunfo del
Reino de Cristo.
Amén.


Miserere (Salmo 50)

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.

Pues, yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón.
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací.
pecador me concibió mi madre.

Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.

Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu Santo Espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.

Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás mis labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
mi corazón  quebrantado y humillado,
tu no lo desprecias.

Señor, por tu bondad, favoreces a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.



Antes de leer la Palabra de Dios en Familia

Señor y Padre nuestro, en este atardecer, cuando el cansancio del día exige a los hombres recogerse en casa y vivir con quietud momentos familiares, hacer silencio en nuestro corazón para escuchar tu Palabra.
        
Necesitamos oírte, necesitamos escucharte; estamos cansados de tantas palabras falsas, de tantas palabras excesivamente humanas.  Todos juntos, padres e hijos, vamos a orar con la Santa Biblia; nos viene bien recordar tu Historia de Salvación, escuchar la Buena Noticia de Salvación.

Concédenos tu luz para captar interiormente tu mensaje.  Sabemos que eres el camino, la verdad y la vida: que sepamos entender lo que esto significa.  Sé tú la palabra última y primera en esta casa.  Habla, Señor, que tus siervos escuchan.


Hasta aquí la aportación del Manual de Oraciones (12ª entrega). 
El Lunes próximo entregaremos una más.


Orar sirve, es bueno para nuestra alma y nuestra mente.

De todos ustedes afectísimo en Cristo,

Antonio Garelli





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