“Santifícalos con La
Verdad.
Tu Palabra es La
Verdad.”
Ciudad de
México, Diciembre 20 del 2018.
“La Idolatría
nace de la incapacidad de confiar en Dios.”
Papa Francisco
TERCER DOMINGO DE ADVIENTO
Muy estimados todos, en Cristo Jesús:
El Año Litúrgico nos
da varias posibilidades de ‘detener nuestro andar’ y revisar cómo estamos
respecto a la santidad de cuerpo y alma que debemos procurar día con día. Adviento es la primera de esas posibilidades,
en donde la Iglesia nos anima a ‘recibir
al Niño Dios dignamente purificados del pecado’. Estas tres semanas que han pasado desde
Cristo Rey, hemos hecho lo posible por: primero, dejarnos de pecados
‘innecesarios’ (por supuesto que todos lo son); y segundo, nos hemos hecho el
propósito de ‘vencer con el Bien al mal’.
A partir de este
Domingo, y sin perder lo que ya hemos logrado, vamos a ‘ponerle buena cara a las adversidades’. Miren, siempre que nos disponemos a mejorar
en ‘nuestra santidad’, el Diablo está pendiente de nuestros avances; porque no
nos quiere cerca de Dios. Aquí es donde
la oración debe ser continua, constante y profunda; porque a mayor tiempo de
oración, menos oportunidad tiene el Maligno de hacernos daño. Por eso nunca pudo con María, la Santísima
Virgen Madre de Dios permanecía orando todo el día; lo que imposibilitaba a
Satanás a actuar.
Ese es el remedio,
orar; ahora vayamos con la enfermedad: nuestros pecados. Está muy claro que nos reconocemos pecadores,
que somos materia caída; pero tal reconocimiento no nos justifica para cometer
pecado, porque un pecado es un acto de la voluntad, es un hecho realizado en el
pensamiento, en la palabra y en la obra; todas éstas, acciones propias de un
humano.
Los pecados no son
acontecimientos esporádicos que nos ‘sorprenden de repente’; son acciones
previsibles, evitables y rechazables.
Todos tenemos oportunidad de no pecar, antes de cometer un pecado. . .
todos; porque todos tenemos libre albedrío (potestad
de obrar por reflexión y elección –
RAE).
Así, pues, la ‘buena
cara’ que debemos poner ante lo que nos sea adverso, es la voluntad de no
pecar; es decidir en favor de Dios Hecho Hombre, acercándose el día de su
Nacimiento, de su Navidad. Es más
difícil ser falsos y deshonestos, que verdaderos y honestos; y lo es porque gastamos
inteligencia, sinceridad, oportunidad y sobre todo amor, queriendo obrar con el
mal.
Solo esta semana nos
queda para afinar nuestras mejores intenciones para la purificación de cuerpo y
alma; aprovechemos cada día especialmente con la oración.
Orar sirve, es bueno para nuestra alma y
nuestra mente.
De todos ustedes afectísimo en Cristo,
Antonio Garelli
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por el gusto de proclamar El Evangelio.
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