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viernes, 21 de septiembre de 2018

SOLEMNIDAD DE SAN MATEO APÓSTOL Y EVANGELISTA - SEP 21


Solemnidades y Fiestas de Guardar
De La Iglesia Católica


“. . . y le dice: “Sígueme.” Él se levantó y le siguió.”
 Jesucristo
(Mt 9, 9)


SOLEMNIDAD DE SAN MATEO
APÓSTOL Y EVANGELISTA 

Muy estimados todos en Cristo Jesús:

Nacido en Cafarnaúm el año 4 A.D., Leví de Cafarnaúm (renombrado por el Señor como Mateo –Don de Dios–), era el mayor de los Apóstoles y amigo íntimo de Jesús de Nazaret ‘desde siempre’.  En mi libro: “El Evangelio según Zaqueo” (El Arca – 2005), me doy el gusto de escribir una página completa acerca de tan dignísimo discípulo de Jesucristo.  Aquí la reproduzco para ustedes, en honor al Evangelista (el que ‘habla’ en la novela, es precisamente Zaqueo de Jericó):

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La precisión con la que Mateo escribe su Evangelio, solo se debe a una cosa: Jesús y él se conocían desde muy pequeños.  Debo decirlo; si solo Mateo hubiese escrito su Evangelio (y no los otros tres), conoceríamos lo mismo acerca de Jesús de Nazaret.  Pareciera que los de Marcos, Lucas y Juan no fuesen necesarios.  ¡Esa es la razón de mi indignación contra Leví!,  ¡Él pudo haber escrito mucho acerca de mí y no lo hizo!  Tuvo que llegar Lucano el ‘grieguito’, para que yo apareciera en tan Sagrados Escritos.

Mateo era un hombre muy culto; su padre lo había enviado a estudiar a las sinagogas de la culta Grecia y a Jerusalén.  Allá aprendió a escribir, hablar y leer en griego, en hebreo y en arameo.  Pasó más de diez años de su vida fuera de su casa, alejado de su familia para poder estudiar para Rabboni y continuar con una tradición familiar que se remontaba muchas generaciones atrás de él.  Si bien el padre de Mateo no era Rabí, sí lo eran algunos de sus parientes y ese estado de influencia y poder no era conveniente perderlo en la sociedad judía de estos tiempos.  Jamás imaginaron Leví y su padre para qué se usarían verdaderamente esos estudios y esa posición social alcanzada dentro de su familia.

Mateo fue el primero que escribió su Evangelio; lo realizó preferentemente para los judíos.  Pero ante todo lo hizo para que nunca pasara inadvertida la vida de Jesús de Nazaret; para que todos conociéramos ayer, hoy y siempre la obra de su redención.  Por eso lo documenta tan ampliamente, para que si queríamos la prueba de la Historia, la pudiésemos tener y no fuera ello la falta de nuestra Fe.  Por eso lo ubica tan ricamente en los lugares en que se desarrolla el Ministerio del Señor.  Claro, como buen galileo, detalla montes, valles y lagos; nombres de hombres, de lugares y de cosas.  Escribe pues, para todos; para que todos nos ubiquemos en su narración, pero sobre todo, escribe para los poco amables judíos que vivían en Palestina, para que pudieran comprobar sus dudas y sus necedades.

Él es también el que más escribe de José y no por casualidad, lo hace porque lo conocía, porque sabía quién era y ante todo, lo manifiesta en sus escritos para dar contundencia a sus declaraciones.  Con la figura del “esposo”, justifica desde el punto de vista de la Ley esa relación natural del matrimonio de María y José, dándose con ello también el pleno consentimiento de la Familia Humana de Jesús de Nazaret, algo muy importante para los judíos.

Mateo es la base para el Evangelio de Marcos quien a su vez lo es para el de Lucano.  El nacimiento en forma y fondo; el cumplimiento de profecías y costumbres; el inicio del Ministerio como Mesías; la predicación, los milagros, las parábolas y las enseñanzas; todo tiene una razón de ser en la narración de Mateo.  Nada sobra, nada falta.

Si él escribió de José, es porque así debió haberse hecho; y si no escribió de Zaqueo, fue para evitar el escándalo que seguramente se produciría entre los judíos si me hubiera mencionado.  Lo entiendo, pero no con ello lo justifico.  Y ¿por qué sí escribió Lucano?; ah, por dos razones: primero, porque no era judío y citar a un “publicano, pecador y odioso” no significaría mucho en su contra (y sí posiblemente a su favor) en los que fueran a ser sus lectores, los gentiles, en su gran mayoría; y segundo, porque María se lo pidió expresamente.

Y esto se entiende más claramente si vemos que Marcos, aquel “hijo” (adoptivo y en la Fe) de Simón (Pedro), nunca menciona algo respecto de José.  ¡Claro!, para los judíos de la gran Roma esos pequeños detalles de la tradición, ya no importan.  Lo que interesa para ellos es Jesús como el Mesías, como Cristo, como el Salvador.  Reseñar algo de la “vida humana de Jesús de Nazaret”, no es trascendente, ni divino; para él y para ellos no tiene valor alguno.  Para Mateo y para mí sí.  Simplemente baste decir que solo quienes lo conocimos como hombre (y en esto Mateo mucho mejor que yo), podemos aquilatar en toda su dimensión el hecho de su preparación como Mesías.

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San Mateo Apóstol y Evangelista es Santo Patrono de muchas poblaciones en América Latina, sin embargo, ningún país lo ha escogido como su Patrono.  Yo soy escritor gracias a San Mateo, él inspiró mis primeros escritos; y por esa razón es mi Santo Patrono como escritor.

Orar sirve, oremos por nuestros Pueblos.

De todos ustedes afectísimo en Cristo

Antonio Garelli




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De Milagros y Diosidencias.  Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.



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