Santifícalos con La Verdad.
Ciudad de
México, Septiembre 5 del 2018.
DEL LIBRO
EL DEMONIO AL
ACECHO DEL MESÍAS
45 DE 77
IV.12.- JESÚS CORRIGE LA AMBICIÓN
DE LOS APÓSTOLES
(Mt
20, 20-28; Mc 10, 35-45; Lc 22, 24-30)
“Se acercan a Él
Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: ‘Maestro, queremos que nos
concedas lo que te pedimos.’ Él les dijo: ‘¿Qué queréis que os conceda?’ Ellos le respondieron: ‘Concédenos que nos
sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.’
Jesús les dijo:
‘No sabéis lo que pedís.’ ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser
bautizados con el bautismo que voy a ser bautizado?’ Ellos le dijeron: ‘Sí, podemos.’ Jesús les respondió: ‘La copa que yo voy a
beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo con que yo
voy a ser bautizado; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía
el concederlo, sino que es para quienes está preparado.’
Al oír esto los
otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan. Jesús, llamándoles les dice: ‘Sabéis que los
que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos
y sus grandes las oprimen con su poder.
Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a
ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser el
primero entre vosotros, será esclavo de todos; que tampoco el Hijo del hombre
ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida como rescate por
muchos.’”
¡Acaban de Concelebrar la Primera Misa y ya
están fallando nuevamente! En cambio, parece cándida la petición; y sin
embargo, detrás de ella está Satanás. Es
el mismo método que usó en el Edén con Eva: un ‘deseo’ y la posibilidad de
semejarse a Dios. Pero igual que
entonces, lo que el Demonio quiere es que le demos entrada a sus conceptos, que
aceptemos sus planteamientos como posibles, que no seamos humildes. Aquí queda
claro, la soberbia, aún en pequeñas cantidades, genera grandes inconvenientes.
Ciertamente esto fue lo que les sucedió
a los hijos de Zebedeo ante la insulsa petición que le hacen al Señor, se
ensoberbecieron. Cuando uno lee estos
pasajes del Evangelio, no se puede evitar pensar en lo desubicados que estaban
los discípulos respecto del Reino de los Cielos. Hoy en día quizás sea más fácil entender
estas verdades, porque existen dos mil
años de Magisterio de la
Iglesia inspirado por el Espíritu Santo; (y sin embargo,
cómo se pierde uno en criterios, definiciones y modos de actuar).
Es muy significativo que sean
precisamente estos dos, los que hayan solicitado ‘una pequeña consideración a
su favor’ encima de los demás: Santiago será el primer Apóstol martirizado; y
Juan será el último que muera. Pero en todo
caso el evento sirve como oportunidad para el Señor, y deja vivas esas
maravillosas palabras que hoy son fondo y forma del apostolado: “. . . el que quiera llegar a ser grande entre
vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre
vosotros, será esclavo de todos. . .”
Si para ellos no estaba claro, para los
actuales cristianos nunca ha estado más entendible. Hay que desechar toda clase de manifestación
de soberbia en la entrega al trabajo para Dios, por mejor intencionadas que sean
las acciones; el protagonismo para el lucimiento personal, solo genera
desestabilización de la cordura propia y la de los que nos rodean.
Y ese, es el método preferido del
Demonio para acechar: que se generen rencores, envidias, dudas y malos
entendidos; porque cuando se ‘gasta’ la razón en estas debilidades, la voluntad
para decidir está perdida; por lo tanto, decidimos mal. Ello, en el plano de la conciencia; pero en
el ámbito del sentimiento, del corazón, el daño puede ser mucho mayor, ya que
nuestra sensualidad se ve afectada más fácilmente por el desengaño, la
desilusión y la discordia. Basten como
evidencia, las sapientísimas palabras con las que el Señor cierra el asunto,
diciendo: “. . . que tampoco el Hijo del
hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida como rescate por
muchos.”
Otros dos que caen; Santiago y Juan
también han sido tentados y le han fallado al Maestro. Y si digo que caen, es porque no resulta
‘poca cosa’ causar escándalo en los demás, dentro del círculo en uno actúa;
escandalizar es un pecado grave, pues se provoca a que otros caigan en el
error. Un golpe más del Demonio al
Mesías, en su acecho; un intento más por debilitar al hombre. Pero otra vez, una gran enseñanza de Cristo
Jesús aprovechando el mal ocasionado: humildad, servicio y entrega, deben ser
los sellos que identifiquen al Apóstol; exactamente como hizo Él.
Una vez más has sido superado el Satán;
porque con el mal causado a pocos, se ha podido instruir en el bien a
muchos. En aquella ocasión aprendieron
diez que se indignaron; hoy favoreciendo a millones que del hecho se enteraron.
Puedes estar seguro: ¡No vencerás, Satanás!
§ § §
Orar
sirve, oremos por nuestros Pueblos.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
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