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jueves, 30 de agosto de 2018

De mi libro V.G. - 54 - Las Últimas de Herodes Antipas


Santifícalos con La Verdad.

Ciudad de México, Agosto 31 del 2018.

DEL LIBRO
Veritelius de Garlla, Apóstol Gentil
54 de 130


Villa Veritas, Roma Augusta Imperialis
Aprilis XIX
XXXIX A. D.

LAS ÚLTIMAS DE HERODES ANTIPAS

He sido convocado nuevamente al Domus Palatinum por el César Calígula, pero ahora para un asunto de Estado: apresar y confinar sin comunicación a Herodes Antipas, quien después de su destitución por Tiberio César, ha tenido el descaro de venir a pedir al nuevo Emperador, le proclame rey de los iudaicus de toda la región de Palestina. ¡Este hombre verdaderamente está loco!  Solo a un demente se le puede ocurrir tal atrevimiento; por supuesto, Calígula ni siquiera le ha recibido personalmente y el Ex Tetrarca de Galilea, cansado de esperar “su audiencia” con el César, ha partido hacia Lugdunum, en la Gallia. 

Pero esto no es lo más grave del asunto; el hecho es que con mis reportes periódicos sobre el progreso del “Christus Mandatus” (en el cual Calígula sigue muy interesado, por lo cual doy gracias al Señor), el César se ha enterado de las constantes actividades de desestabilización que realiza Herodes Antipas con ‘libertadores’ zelotes y Maestros Fariseos; con los primeros contra el Ejército Imperial, con los otros contra los seguidores de Iesus Nazarenus.  A sus sesenta años de edad, este hombre debiera estar pensando en cómo recuperar su salud (desvastada por sus costumbres perniciosas); y no cómo causarse más problemas en los círculos del poder, el cual ya no tiene.

Así, pues, mi labor es inhabilitar por completo a Herodes Antipas, para que el César Calígula se proclame a favor de Herodes Agripa, nieto de Herodes el Grande (y su gran amigo de la infancia), nombrándole Rey de Iudae sin que desaparezca la Procura del Senado en esa misma región.  Este es, entonces, un problema militar, político y de gobierno en el cual el Joven Emperador quiere salir sin mancha; he aquí la verdadera razón de mi intervención.  El Tribunus Legatus de Europa puede realizar los movimientos requeridos en los tres campos de acción, sin ninguna participación directa del Senado, que es lo que Calígula quiere impedir.  Además, como Plenuspotenciarius del “Christus Mandatus” (y en bien de la seguridad de los que éste protege, que son los seguidores de Iesus Nazarenus), yo puedo inclusive juzgarle y condenarle si fuese necesario.  Ya está aprendiendo a utilizar sus medios el Joven Emperador.

Las acciones tienen que ser inmediatas, pues el devenir de los acontecimientos con tan peligroso individuo, fácilmente pueden ser desfavorables; hoy mismo iniciaremos nuestra intervención directa en el asunto.  Lugdunum está a cinco días de distancia por tierra o por mar desde Roma, aún usando nuestros correos especiales; uno de ellos saldrá de inmediato con la orden de aprehensión firmada por mí. Cuando estemos allá, decidiremos qué es más conveniente hacer; siempre considerando al ‘personaje’ de que se trata.



ITINERARIO DEL VIAJE
DE VERITELIUS DE GARLLA  A
LUGDUNUM, GALLIA Y CÆSAR AUGUSTA, HISPANIA
PARA APRESAR A HERODES ANTIPAS
                                                                          
FECHA      SALE DE            LLEGA A            MILLAS Rom.     DIAS
20 Aprilis    Roma                   Massilia                  450 por mar         1.5
22 Aprilis    Massilia               Lugdunum              200 por tierra       1.5
24 Aprilis    Lugdunum           Massilia                  200 por tierra       1.5
26 Aprilis    Massilia               Tarraco                   300 por mar         1   
27 Aprilis    Tarraco                Cæsar Augusta      140 por tierra       1
28 Aprilis    Estancia en Cæsar Augusta                                                      1   
29 Aprilis    Cæsar Augusta    Tarraco                  140 por tierra       1
02 Maius    Tarraco                Roma                    640 por mar         2.5


Lugdunum (Lyon) es el centro de Predicación de Matías Apóstol (el sustituto del que traicionó a Iesus Christi), quien fue enviado aquí desde hace dos años al igual que todos los demás que salieron de Hierosolyma;  seguramente él sabe de la reciente llegada de Herodes Antipas a tierras galas y debe estar al pendiente de sus movimientos.  En cuanto lleguemos a la colonia romana contactaremos con él para saber de su estado y vicisitudes.


+ + +


Lugdunum, Gallia
Aprilis XXIV
XXXIX A. D.

APREHENSIÓN Y CONFINAMIENTO

Nuestras travesías marinas y terrestres han sido de acuerdo a lo planeado; Aprilis siempre ha sido un mes maravilloso para viajar, repostar tropas e iniciar batallas de expansión del Imperio.  Las máximas hazañas de nuestros Supremos Césares en plena actividad como Comandantes del Ejército Imperial, se han dado en los meses de la primavera.  Igual Julio César, que Augusto o Tiberio.  Hoy el viaje es para detener a uno solo de los enemigos que tiene el Imperio; un hombre con cepa real que solo se ha dedicado a la lujuria y el desenfreno sin preocuparse en absoluto de sus súbditos, ni en sus necesidades, ni en sus proyectos, ni en el devenir de sus vidas; solo ha vivido para atender su propia vanidad y sus excesos.

Pero no es el desorden y la vileza de su vida lo que nos trae por él hasta Lugdunum, sino el peligro que representa para la Pax Romana en Palestina; durante todo el tiempo de su mandato como tetrarca, que se ha prolongado por más de cuarenta años, solo hemos encontrado problemas y enfrentamientos en esa estratégica zona del Imperio. Y con su nueva locura de ‘querer ser proclamado rey de los judíos’, ha puesto muy inquieto al Joven Emperador Calígula, quien ahora quiere estar seguro de su inhabilitación total de los círculos del poder provincial de Roma.

Lugdunum es una Colonia Romana fundada como estación militar hace poco más de setenta años; sin embargo, se ha desarrollado de forma muy importante dada su privilegiada situación geográfica, ideal para la defensa de la Gallia, un territorio por demás importantes para el Imperio.  Cuenta con edificios públicos pétreos como templos, teatro, officina, domus y almacenes; las instalaciones de la milicia son inmensas, capaces de contener diez Legiones Romanas en cuartel durante el frío Ivierno.  Los pertrechos militares de armas y alimentos se abastecen con facilidad desde Massilia, los cuales son utilizados para guerrear contra los bárbaros germánicos que habitan Belgium y las tierras del oriente septentrional.

Nosotros solo somos catorce, esto es, mi escuadra, Tremus mi asistente y yo; pero le he ordenado al General Magíster Legionario alistar una Centuria por si fuese necesario.  Herodes Antipas no puede viajar con tropas ni guardias, pues ha sido destituido del cargo de gobernante que tenía; y hacerlo sería considerado como una ‘invasión armada’ contra la Milicia Romana del Imperio. Sin embargo, no es difícil que en su tumultuoso séquito haya gente armada para su protección personal; todo puede esperarse de este singular hombre.  En punto de la primera hora nos apostamos en el domus que ha sido identificado como el lugar de su residencia y procedemos al arresto ordenado por el César.
       ¡Ave César Calígula!, grita Tremus con su poderosa voz frente al portón de la entrada; ¡en presencia, huestes del Emperador en misión militar!
       ¡Aquí vive el Tetrarca de Galilea, el Rey Herodes Antipas! Contesta un hombre desde el interior; ¡esta es una mansión con protección Romana!
       No hay ninguna protección Romana para Herodes Antipas, pues hay orden del César para aprehenderle; ¡abra el portón o será derribado!, amenaza con firmeza Tremus.
       El Rey Herodes aún duerme, señor, contesta el angustiado vigía.
       ¡Abra el portón o usted será muerto por desacato!, insiste Tremus.

Inmediatamente se oye el retiro de las trancas de la puerta, para permitir el paso de los cincuenta Legionarios Romanos que nos acompañan, quienes al instante toman sus posiciones de ataque y defensa que el caso amerita, dentro y fuera de la mansión.  Todos permanecemos en nuestros caballos en el patio interior del domus, esperando la orden de desenfundar armas y desmontar; la cual da Tremus de inmediato.
       ¡Preparen carga!, grita el Centurión, apareciendo al instante Herodes Antipas por la puerta de acceso al domus.
       ¡¿Qué sucede, soldado, qué no ha entendido quién vive aquí?!, grita con su estridente voz el ex monarca galileo.
       ¡Ave César Calígula!, le respondo aún montado en mi caballo; ¡Herodes Antipas, es usted rehén del Emperador!, cualquier intento de resistencia será cobrado con la muerte de quien lo haga; inclusive la suya.
       ¡Tribunus Legatus Veritelius de Garlla, que gusto me da volver a verle!, responde el cínico iudaicus.
       No creo que pueda ser así, Herodes, a partir de este momento está usted bajo mandato del César y será confinado por desacato de sus órdenes. ¡Átenle y vámonos!, le digo a los Legionarios que están de a pie.
       ¡Tribunus Legatus, usted sabe quién soy! ¡no me pueden estar apresando de esta manera!, lloriquea el desagradable ‘hombre’.
       Precisamente porque sé quién es usted, lo llevaremos preso, Herodes, le contesto al galileo.

Ni siquiera regresaremos al militia campus; desde aquí partiremos de inmediato a Massilia para embarcar a Tarraco y de allí cabalgar hasta Cæsar Augusta, en Hispania, que es donde Calígula lo quiere encarcelado.  Nadie nos ha seguido, nadie sabe nuestro itinerario, nadie sabe quién es nuestro rehén; la captura ha sido ejecutada a la perfección y el gran asesino de iudaicus y gentiles de Palestina, pasará sus últimos días en un prisión romana en Hispania.  Allí terminará el último de los responsables de la muerte de Iesus Nazarenus.



+ + +



Domus Palatinum, Roma Augusta Imperialis
Maius III
XXXIX A. D.

INFORME AL CÉSAR CALÍGULA

Al día siguiente de nuestro arribo a Roma soy recibido por Calígula; el joven monarca quiere asegurarse que todo ha sido ejecutado y que sus órdenes han sido cumplidas.
       ¡Ave César Calígula!, digo instintivamente cuando veo al Emperador; el cual mueve su cabeza en desaprobación por mi gesto.
       ¡Thius Veritelius, qué gusto me da verte!, dime ¿cómo te ha ido con el nefasto villano de Galilea?, me pregunta sin dar importancia a mi falta.
       Todo bajo control, querido Calígula, no ha habido ni siquiera un contra-tiempo que lamentar; Herodes Antipas se encuentra recluido en la prisión militar de Cæsar Augusta.  Le respondo al hombre.
       ¡Muy bien, Thius Veritelius!, con razón había tanta confianza en ti de mi avus Tiberio; eres el ideal de eficacia y eficiencia del Ejército Imperial.  ¡Te felicito Thius!; me dice en buen tono el Joven Emperador.
       Gracias, Calígula; igual que Tiberio César, tú también podrás confiar en mis servicios y acciones militares; recuérdalo siempre, yo soy un militar leal al Imperio y a su Gobernante Máximo. Le contesto con sinceridad.
       Bien, Tribunus Legatus, siempre lo tendré presente.  Dime Thius, ¿cuándo regresarás a Hierosolyma?, me pregunta casi con pena.
       No tengo planeado ningún viaje hacia allá, Calígula, pero si tú necesitas que yo vaya, de inmediato me preparo para eso, respondo.
       No, Thius, yo no necesito que vayas; solo quería aprovechar una de tus estancias allá para cuando sea nombrado el próximo Procurador por el Senado; que espero se haga pronto; me explica él.
       Allá estaré cuando sea necesario, Calígula; le contesto con atención.
       Bien, Thius, gracias por decirlo.  Cuéntame, ¿cómo van los avances de tu ‘Domus Palacio’ en Creta?, pregunta con interés.
       Muy bien, Calígula, los avances son muy buenos; Sóstenes cree que podremos mudarnos allá el próximo año.  Sinceramente, me aterra el exceso de lujo que éste hombre esté poniendo en la Villa; algo que para mí, es absolutamente innecesario. Le comento al César.
       No Thius, no es innecesario; además tú y tu familia se lo merecen; de alguna forma ha de recompensar el Imperio a tan valiosos súbditos y ahora familiares del Emperador; me responde.
       Acepto, solo porque tú lo dices, Calígula.


† † †


Orar sirve, oremos por nuestros Pueblos.

De todos ustedes afectísimo en Cristo

Antonio Garelli



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