Santifícalos con La Verdad.
Ciudad de
México, Agosto 22 del 2018.
DEL LIBRO
EL DEMONIO AL
ACECHO DEL MESÍAS
43 DE 77
IV.10.- LA TRAICIÓN DE JUDAS
(Mt
26, 3-4 y 14-16; Mc 14, 10-11; Lc 22, 3-6)
“Entonces los
sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron en el palacio del Sumo
Sacerdote, llamado Caifás; y se pusieron de acuerdo para prender a Jesús con
engaño y darle muerte. . . Y uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue
donde los sumos sacerdotes, y les dijo: ‘¿Qué queréis darme, y yo os lo
entregaré.’ Ellos le asignaron treinta
monedas de plata. Y desde ese momento
andaba buscando una oportunidad para entregarle.”
Evangelio según San Mateo
“Entonces
Satanás entró en Judas, llamado Iscariote, que era del número de los Doce. Éste se fue a concertar con los sumos
sacerdotes y los jefes de la guardia el modo de entregárselo. Ellos se alegraron y quedaron con él en darle
dinero. Él aceptó y andaba buscando la
oportunidad para entregarle sin que la gente lo advirtiera.”
Evangelio según San Lucas
Leví (Mateo), el gran amigo de Jesús;
el más respetado entre los Apóstoles por sus conocimientos acerca de las
tradiciones del pueblo judío, es el primero que escribe acerca de “La Buena Nueva (El
Evangelio) de Jesús de Nazaret” (así es como debiera ser, ya que los
Evangelistas se limitan a reseñar ‘según’
lo que ellos vivieron, oyeron o investigaron; y por supuesto, lo que el
Espíritu Santo les inspiró). Me imagino
a este Leví de Cafarnaúm, escribiendo en hebreo (arameo) para los israelitas y
judíos conversos al cristianismo más conservadores de sus tradiciones;
explicándoles con detalles finos los acontecimientos de aquellos días de Gloria
con el Señor en vida humana. Cuánto pudo
haberle dolido reseñar este aciago momento: la traición de Judas.
Si alguien sabía muy bien del acecho
del Demonio hacia el Mesías, ese era Leví.
Los estudios realizados para escriba en su adolescencia y juventud le dieron
una visión muy diferente respecto del Salvador.
Es manifiesto su afán de aclarar a todas luces la Divinidad del Señor,
respaldándola con eventos narrados en los antiguos escritos del pueblo de
Israel (La Ley y
Los Profetas). Baste señalar que es el
que más referencias hace en sus escritos a las profecías o costumbres de sus
antepasados.
En
las citas que aquí se consideran, se nota fácilmente la diferencia entre los
escritos de Mateo y los de los otros Evangelistas; en este caso, Lucano. El primero va al detalle significativo: ‘. .
. Ellos le asignaron treinta monedas de
plata. . .’; el segundo generaliza: ‘. . . Ellos se alegraron y quedaron con él en darle dinero. . .’
Cuando un judío lee que Judas Iscariote
iba a recibir dinero por entregar al Divino Maestro, piensa que se está
vendiendo a los Sumos Sacerdotes y escribas; (lo cual sería recibir soborno por
su traición); pero cuando ese mismo judío lee que a Judas le pagarían treinta monedas de plata por entregar a
Cristo, entonces sabe el significado de eso; SABE QUE LO ESTÁ VENDIENDO A
PRECIO DE ESCLAVO (acción que denota un gran desprecio por la persona del
Señor). Y hay una gran diferencia en la
apreciación sobre el mismo acontecimiento.
Era tal el celo que mostraban los
judíos por conservar las costumbres y tradiciones, que los actos contra ellas
eran vistos como una gran ofensa; dejando caer sobre los infractores todo el
peso de la Ley
que fuera posible. Igualmente, la
traición era de los actos más despreciables dentro de la moral judía y era
penado con la lapidación del que hubiese perpetrado la falta.
Pero la traición de Judas Iscariote no
solo tiene tintes morales, legales o tradicionales; este es un problema mayor,
toda vez que denota claramente el acecho del Demonio sobre el Mesías, pues no
es un discípulo común el que la realiza, sino alguien a quien el Señor le había
otorgado confianza con respecto a los demás: era ‘el encargado de la bolsa’, el que manejaba el dinero del
grupo. Aún hoy en día es fácilmente
comprensible este hecho, pues para dejarle a alguien manejar los recursos
financieros, requiere al menos, responder a la confianza que de los demás ha
recibido. Allí fue donde realmente
golpeó el Satán, no solo al Divino Maestro, sino a la moral de todo el grupo de
Apóstoles y discípulos. La imaginación de cada uno de los ofendidos
volaría fácilmente a niveles de decepción profunda, causando un desánimo
absolutamente natural.
No
cabe duda, hasta de lo poco que tengamos se aprovechará el Diablo para hacernos
caer, para renegar de Dios. Te saliste
con la tuya Satanás; has dado el golpe más bajo hasta este momento. Pero el Mesías contrarrestará tu ofensa de
mal con donación de bien.
§ § §
Orar
sirve, oremos por nuestros Pueblos.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
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