Santifícalos con La Verdad.
Ciudad de
México, Febrero 7 del 2018.
DEL LIBRO
EL DEMONIO AL
ACECHO DEL MESÍAS
15 DE 77
II.5.- CURACIÓN DE UN ENDEMONIADO EN CAFARNAÚM
(Mc 1, 21-28; Lc 4, 33-37)
“Llegan a
Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en
la sinagoga y se puso a enseñar. Y
quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene
autoridad, y no como los escribas.
Había
precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se
puso a gritar: “¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a
destruirnos? Sé quién eres tú: El Santo de Dios.” Jesús, entonces, le conminó diciendo:
“Cállate, y sal de él.” Y agitándole
violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él.
Todos quedaron
pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: “¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con
autoridad! Manda hasta a los espíritus
inmundos y le obedecen.” Muy pronto su fama se extendió por todas partes, en
toda la región de Galilea.”
¡Ahora va Jesucristo directamente
contra el Demonio! Con ésta, se inician
una cantidad incontable de curaciones a endemoniados y poseídos. Son estos los milagros que más repiten los
Evangelistas en sus escritos, porque son estos los milagros que más realizó el
Señor para contrarrestar a Satanás. Los
exorcismos, como propiamente se conoce a la expulsión de espíritus malignos de
cuerpos humanos; son acciones que se realizan ante todo con oración, mucha
oración profunda y sincera a Dios. Solo
algunas personas pueden hacerlo, y más importante aún, solo algunos exorcistas
logran su cometido.
En especial en esta ocasión en
Cafarnaúm, los Sinópticos narran el encuentro con el primer demonio que hace
contacto externo y expreso con Jesús; tal parece que uno de los secuaces de
Satanás no ha aguantado la presión de ver al Hijo de Dios hecho hombre, y usa
el cuerpo del endemoniado para hablar con el Divino Maestro. Esto, que parece no tener importancia, es muy
significativo, pues ya hubo alguien que se ha atrevido a hablar con Cristo; y
no lo hace simple-mente para conversar con Él, sino que denota temor en su
cuestionamiento. También es importante
apreciar que el espíritu reconoce al Mesías como “El Santo de Dios”.
Si se toma en cuenta que los Hijos de
Satanás también son ángeles, pero que éstos han sido desviados por el Príncipe
de las Tinieblas para servirle a él y no a Dios Padre Creador, entonces debe
considerarse que son seres espirituales (impedidos de encarnarse o
materializarse por ellos mismos), con las facultades de inteligencia, voluntad
y libertad, propias de las creaturas creadas por Dios. En pocas palabras, éste, que habita en el
endemoniado de Cafarnaúm, ya se ha dado cuenta de lo que le espera con el
Ministerio de Jesucristo, con la predicación de la Buena Nueva a los
hombres.
El evento se da en plena sinagoga
(lugar exclusivo que los judíos usaban para tratar asuntos relacionados con
Dios, La Ley y Los
Profetas), por lo que se debe entender que en ella estaban reunidos hombres
justos (o con inclinación suficiente hacia los Mandatos Divinos); por lo tanto,
este debió haber sido ‘un mal momento’ para Satanás, pues, además de haber sido
evidenciado, ha quedado claro para los concurrentes que Cristo Jesús tiene
poder sobre los demonios. Es probable
que en Nazaret nadie se haya dado cuenta de la presencia demoníaca en la
mayoría de sus habitantes (en aquella visita del Divino Maestro a la sinagoga
de su pueblo), pero aquí en Cafarnaúm, un desesperado demonio ha dejado claro
que están por todas partes y en muchísimas personas; y peor aún, éste ha dejado
manifiesta su preocupación ante la presencia entre los hombres de “El Santo de Dios”.
El endemoniado quedó ‘curado’, pues el
espíritu maligno que lo ocupaba fue expulsado de su cuerpo con tan solo dos
órdenes dadas por Jesucristo: “Cállate, y
sal de él.”
Ya me imagino las caras de admiración y
extrañeza de los Doce Apóstoles y demás discípulos del Señor ante tan
desconcertante acontecimiento; al menos, se estarán preguntando ‘¿Qué hago yo
aquí?’. Tendrán que ordenar muy bien sus
prioridades, pues Jesús de Nazaret les ha prometido hacerlos ‘pescadores de hombres’. ¿Querrá decir esto que cada uno batallará con
los demonios que se le acerquen? Y más importante aún, ¿saldrán vencedores del
encuentro, como su amado Maestro? La
respuesta no la tienen. . . todavía.
Lo que sí es cierto, es que ya muchos
se han dado cuenta de que el Demonio (y sus huestes), están al acecho del
Mesías.
§ § §
Orar
sirve, oremos por nuestros Pueblos.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
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