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lunes, 4 de septiembre de 2017

IDENTIFICANDO 'COINCIDENCIAS DIVINAS'

¡Alabado sea Jesucristo!

Ciudad de México, Septiembre 4 del 2017.


“Sed perseverantes en la oración,
velando en ella con acción de gracias. . .”
 San Pablo
(Col 4, 2)

IDENTIFICANDO NUESTRAS
DIOSIDENCIAS PERSONALES 

Muy estimados todos en Cristo Jesús:

La Diosidencia personal más frecuente que existe, es “cuando Dios nos habla”, es cuando el Señor nos responde algo que le hemos pedido, cuestionado o retobado, incluso; no hay asunto que Dios nuestro Señor no responda, eso es seguro.  Solo que generalmente no le hacemos caso, y entonces ‘suponemos’ que no nos escucha, que no somos dignos de Él; y lo peor, llegamos a pensar que todo ‘eso’ no es cierto; lo que significa una inmediata pérdida de Fe, de Esperanza y/o de Amor a Dios.

Obviamente, Dios Habla en lugares propios de Él, no en los lugares (a veces no muy buenos) que nosotros frecuentamos; sino en los que Él ha dispuesto para nuestra intercomunicación.  Delante del Sagrario es el más indicado –pues ahí está Él– sin importar si es de una pequeña capilla, iglesia, basílica o catedral; pero también en casa, donde acostumbramos hacer nuestras oraciones; en el trabajo, antes de iniciar labores y durante el ofrecimiento; en el coche, cuando vamos haciendo nuestra meditación; en el tren, el metro o el autobús; en fin, en el lugar en que frecuentemente ‘hablamos’ con Dios.

Dios habla claro y directo, a veces tanto, que no nos lo creemos (lean por favor, 1Sam 3, 1-10).  Sin embargo, es mucho más común que nos diga lo que queremos de Él en la voz o las acciones de las personas que nos rodean.  Frecuentemente oímos a alguien decir 'precisamente lo que ayer o hace unos días le pedía a Dios en oración’, y no son coincidencias, son las Diosidencias que hemos estado buscando.

Un momento Glorioso para que Dios nos hable es la Misa, por eso es que debemos asistir siempre; diario, si podemos.  La Santa Misa siempre debe representar para nosotros el doble significado que tiene: absolutamente espiritual, para el deleite de nuestra alma; y suficientemente sacramental, para la presencia del Señor.  Es cierto, a veces los presbíteros no ayudan mucho; pero nosotros hemos de encontrar la forma de apropiarnos de estos dos insustituibles valores, pues, TODAS LAS MISAS LOS TIENEN.

En La Misa, con frecuencia, se leen unos textos y nosotros podemos estar oyendo otros; en las homilías, mucho más frecuente que lo que creemos, las palabras del predicador nos dan A TODOS, las ‘luces’ de la Palabra de Dios para ‘poder oír’ cabalmente: los mandados de Dios mi Creador,  los consejos de Dios mi Salvador y las advertencias de Dios mi Santificador.   

Todos los días, TODOS tenemos Diosidencias personales; no debemos dejar que la materialidad del mundo, nos robe esos invaluables momentos de nuestra propia espiritualidad. Cuanto más ‘cosificados’ (abocados a las cosas) estemos, menos vamos a poder oír a Dios.  Es necesario que mantengamos activa y viva nuestra espiritualidad, pues de ello depende la salud de nuestra alma; es indispensable que hablemos con Dios y que le escuchemos, también.    

Orar sirve, oremos por nuestros Pueblos.

De todos ustedes afectísimo en Cristo

Antonio Garelli




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Veritelius de Garlla, Apóstol Gentil



De Milagros y Diosidencias.  Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.

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