¡Alabado sea Jesucristo!
Ciudad de
México, Julio 3 del 2017
“Porque me has
visto has creído.
Bienaventurados
los que no han visto y han creído.”
Jesucristo
SOLEMNIDAD DE
SANTO TOMÁS APÓSTOL
Muy
estimados todos en Cristo Jesús:
Siempre lo he dicho y hoy lo repetiré, una vez más: Yo amo a
Tomás Apóstol, porque en su reciedumbre ante la evidencia de la Resurrección
del Señor, le arrancó a Cristo una Bendición para nosotros: “. . .
Bienaventurados los que no han visto y han creído.” ¡ESOS SOMOS
NOSOTROS! ¡Y esa es nuestra Bendición del Señor! ¡Bendito sea Tomás El Gemelo!
Pero hay que recordar que, inmediatamente antes de estas
frases, el Apóstol Tomás ha hecho el reconocimiento más grande hacia nuestro
Señor Jesucristo, que nadie había expresado jamás: “Señor mío y Dios mío”, ha dicho El
Dídimo. No tan solo está seguro de la Resurrección de su querido Maestro (y lo
estaba desde antes), sino que ahora, enfrente de todos –Apóstoles y Discípulos–
ha expresado la Divinidad del Señor; no solo como Hijo de Dios, sino como Dios
mismo.
Sería bueno que no olvidáramos esto; y la próxima vez que
algún miembro de cualquier secta nos diga que Cristo Jesús no es Dios, le
citemos este texto: Evangelio según San Juan 20, 28. Palabra de Dios.
Santo Tomás Apóstol siempre fue fiel a Jesús de Nazaret, no
hay duda de ello; baste recordar que, durante el último viaje a Jerusalén del Maestro
con sus Apóstoles y Discípulos, cuando todos han temido acompañarlo por miedo a
los judíos que le quieren matar, Tomás grita con absoluta vehemencia: “¡Vayamos también
nosotros a morir con él!” (Jn
11, 16) Este es Tomás Apóstol,
alguien capaz de entregar su vida por Cristo; no un incrédulo.
En Chenai, Tamil, India, en la hermosísima Catedral Basílica
erigida para Tumba del Apóstol, en el dintel de la puerta donde permanecen sus
restos humanos, hay un letrero que dice simplemente:
“Señor mío, Dios mío.”
Santo Tomás Apóstol
Hoy, es costumbre en muchos lugares del Mundo, repetir esas
hermosas palabras inmediatamente después de la Consagración; ojalá siempre nos
acordemos que las dijo el Santo Apóstol Tomás, que murió por Jesucristo
predicando el Evangelio en la India, a más de 5,000 kilómetros de donde él
nació y conoció a Jesucristo. . . y ojalá también estemos dispuestos a
imitarlo.
Orar
sirve, oremos por nuestros Pueblos.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
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Veritelius
de Garlla, Apóstol Gentil
De Milagros y
Diosidencias. Solo por el gusto de
proclamar El Evangelio.
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