¡Alabado sea Jesucristo!
Ciudad de
México, Julio 21 del 2017
“Nos hiciste,
Señor, para ti;
y nuestro
corazón está inquieto
hasta que
descanse en ti.”
San Agustín de
Hipona
CUANDO DIOS NO ESTÁ
PRESENTE
EN LA PROPIA VIDA.
Muy
estimados todos en Cristo Jesús:
¡Qué difícil, vacía y superflua debe ser la vida de un
humano sin la presencia de Dios! ¡Y qué infierno en vida para el alma, porque ella sí
anhela a Dios! Los que vivimos
pensando en Dios, o haciendo por y para Dios; y más aún, los que han consagrado
su vida a Dios, no podemos entender cómo podría ser nuestra vida sin Dios. No solo desde el punto de vista teológico o
filosófico, sino desde lo práctico y empírico.
Pero ciertamente, hay muchísimas personas que no solo no
piensan en Dios, sino que no tienen a Dios para
nada en su vida. (O al menos eso nos ‘demuestran’). Porque, ¿dar ‘gracias a la vida’ por los bienes
recibidos, no es agradecer a Dios? La ‘vida’ no da nada, el que da es Dios;
inclusive la propia vida nos la ha dado Dios, porque Él, es el Creador de la
Vida. Hay mucha gente que cree que Dios
‘no existe’; como si con ello pudiesen evitar Su Presencia. Pero éstos son los primeros en cometer perjurio,
cuando el ‘destino’ o la ‘suerte’ nos les favorecen. Entonces aparece Dios en su vida, solo para
el vituperio.
La vida con Dios tiene una enorme ventaja: cuando muramos
podemos continuar esa relación con nuestra alma; esto es, en estado
espiritual. Sacar a Dios de nuestra
vida, por más buenos y píos que hayamos sido, –como si eso pudiese lograrse sin
Dios– solo redunda en complicarle al alma el camino de regreso al Padre; porque
todas las almas vienen de Él, son suyas, y a Él han de regresar. De Dios hemos obtenido la vida, el alma y
algo más todavía: nuestro Ángel de la Guarda.
No, no son tres ‘cosas’ en una, ‘ni se toman juntas’. Nuestra vida humana es una, siempre es
material; tiene un principio y un fin. Nuestra alma es otra, siempre es
espiritual; tuvo un principio –al momento de nuestra concepción– y no tiene
fin. . . a menos que Dios lo decida. Y
como Él nunca va a decidir que un alma muera, ésta habrá de purificarse tanto
como sea necesario, antes de conseguir el Cuerpo Glorioso con el que vivirá
eternamente en presencia de Dios.
El Ángel de la Guarda es el custodio divino asignado a cada
ser humano, para poder contrarrestar al demonio; PORQUE TODOS SOMOS TENTADOS EN EL PECADO. Es una Persona Celestial, cuya única labor es
auxiliarnos siempre. Por eso le rezamos todos los días.
Ángel del Señor, que eres mi custodio,
puesto que la Providencia Soberana
me encomendó a ti,
ilumíname, guárdame, rígeme y
gobiérname en este día.
Amén.
Ángel de la Guarda,
dulce compañía,
no me desampares
ni de noche ni de día.
Amén.
Dios no es solo un acto de fe. Dios es en el Padre, nuestro
Creador; Dios es en el Hijo, nuestro Redentor; y Dios es en el Espíritu Santo,
nuestro Santificador. Esta existencia Trinitaria no es porque creemos en ella;
es Ella a pesar de que no creamos que Es. No, no me puedo ni imaginar, vivir mi vida
negando neciamente la existencia de Dios; y que Él sí exista, a pesar de todo,
en mi propia vida.
Orar
sirve, oremos por nuestros Pueblos.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
También me puedes seguir en:
Veritelius
de Garlla, Apóstol Gentil
De Milagros y
Diosidencias. Solo por el gusto de
proclamar El Evangelio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario