¡Alabado sea Jesucristo!
Ciudad de
México, Junio 29 del 2017
“. . . Y yo te
digo que tú eres Pedro y
sobre esta ‘petra’
edificaré mi Iglesia.”
Jesucristo
“. . . éste me
es un instrumento de elección
que lleve mi
nombre ante los gentiles.”
Jesucristo
SOLEMNIDAD DEL MARTIRIO
DE LOS
APÓSTOLES SAN PEDRO Y
SAN PABLO.
Muy
estimados todos en Cristo Jesús:
Los textos
Bíblicos que he puesto como encabezado, son el ‘instante’ mismo de la elección
de los dos hombres más importantes en la Evangelización del Mundo; el primero,
Simón de Bethsaida (Pedro), y el segundo, Saulo de Tarso, (Pablo). Pedro es El Vicario de Cristo (que hace las veces de a quien sustituye-RAE); la piedra de
fundamento de la edificación de la Iglesia de Cristo Jesús en la Tierra. Pablo es El Apóstol de los Gentiles; a él le
tocó Evangelizar ‘sin haber conocido a Jesucristo’; y explicar el Evangelio del
Señor a los no judíos.
Desde siempre y
en toda la Iglesia, se ha otorgado el merecido lugar que a cada uno de estos ‘paladines del Evangelio’ le corresponde;
no hay rivalidad, nunca la hubo; los dos aclaran sus liderazgos sumisos a los
designios del Divino Maestro. No hay dos
hombres, hay una complementariedad efectiva y abnegada al Señor. No viven sus vidas en contraposición, pues,
‘. . . es Cristo quien vive ‘en ellos’’; y en cambio,
sí tienen su muerte en Roma, la misma fecha –aunque en diferentes locaciones y
circunstancias– entregando su vida en sacrificio y martirio por Cristo.
Si, como dijera
Tertuliano, “La sangre de los mártires es
semilla de nuevos cristianos”; entonces, el martirio de San Pedro y San
Pablo, fue abono para la multiplicación de esas semillas y la propagación del
Evangelio. Tan solo 34 años después del
Sacrificio de Jesús, cuando mueren los Apóstoles Pedro y Pablo, insignes
hombres de Cristo, los fieles cristianos Bautizados se cuentan por cientos de
miles en todo el Imperio Romano de Siglo I; alcanzando todas sus fronteras: desde
la septentrional Britannia (con San José de Arimatea), hasta la meridional Abisinia-Etíope
(San Mateo Apóstol y Evangelista); o desde la lejana India al Oriente (Santo
Tomás Apóstol), hasta la extrema Hispania al Poniente (Santo Santiago el Mayor
Apóstol).
Y todo porque
San Pedro y San Pablo siguieron humilde y obedientemente los mandatos del
Espíritu Santo; el Galileo haciendo su sede en Roma –alrededor del año 44 A.D.–
centro del mundo conocido hasta entonces; y el de Tarso viajando sin cansancio
por Asia Menor y Grecia –desde el 44 A.D. hasta el 57 A.D.–, cuna de la cultura
occidental. Ambos haciendo Iglesia, ambos siendo instrumentos del Señor, ambos
trabajando por su Santidad. Por eso es
Solemne su Fiesta y su Memoria dentro de la Iglesia, porque son Siervos Fieles al
servicio de su Señor.
Orar
sirve, oremos por nuestros Pueblos.
De
todos ustedes afectísimo en Cristo
Antonio
Garelli
También me puedes seguir en:
Veritelius
de Garlla, Apóstol Gentil
De Milagros y
Diosidencias. Solo por el gusto de
proclamar El Evangelio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario