¡Alabado
sea Jesucristo!
México, D. F.,
Septiembre 1 del 2015.
ME PREOCUPA MUCHO.
Muy estimados todos en Cristo Jesús:
El egoísmo y la soberbia, que son los más grandes
pecados de todos (pues son el origen mismo de los demás), hoy son el modus vivendi de los mexicanos; estamos
impregnados de sus catastróficos efectos.
Cuanto más egoísta es alguien, creemos que tiene ‘mucha garra’ para combatir sus adversidades; así nos lo han hecho
saber las ‘fuerzas de la comunicación masiva’, el consumismo y el
materialismo. Y cuanto más soberbio es
alguien, hasta llegamos a pensar que es un ‘prototipo del hombre y la mujer
modernos’.
Triste cosa es esa, cuando en el mal vemos la bondad;
pues, ¿cómo ‘venceremos con el bien al mal’, si confundimos lo malo con lo
bueno? Y eso es precisamente lo que nos
está sucediendo en México. Nuestras
solemnes cámaras legislativas, en lugar de expedir leyes que protejan al bien,
emiten lineamientos para ‘legalizar el mal’; como el aborto, homosexualidad, el
ataque a la familia cristiana, etc., etc.
No, no estoy en mis treinta minutos de fatalidad; ME
PREOCUPA MUCHO MI QUERIDO MÉXICO, porque yo soy mexicano y mis descendientes
también. Me preocupa mucho que las
primeras planas de los periódicos del mundo, señalen que hay más muertos por la
violencia en México, que los que hay en Afganistán, Siria e Irak, todos estos,
países con guerras internas; y que nosotros no hagamos nada. Me preocupa mucho, porque mis hijas, mis
nietos y nietas y sus respectivos papás, vayan a vivir una sociedad putrefacta
peor que la que tenemos hoy.
Me preocupa mucho que la mayoría de la gente no tenga a
Dios en su vida. Sí, es cierto, somos
muy buenos para las fiestas religiosas; las celebramos en todo lo alto. Pero eso no es tener a Dios en la vida. “Debemos hacer lo que Dios quiere y querer lo
que Dios hace.” (San J.M.Rubio) Y esto, que forme parte de nuestra existencia, que
esté presente en nuestra vida diaria.
No podemos contentarnos con ser Cristianos de
Celebraciones Religiosas y Católicos de Misa Dominical (y eso, en el mejor de
los casos); debemos propagar el Amor Cristiano todos los días, y si fuera con
el ejemplo, con el testimonio, sería mucho mejor. No podemos, ni debemos, cederle más espacio
al demonio y sus huestes de maldad.
TENEMOS QUE ORAR, tenemos que pedirle a Dios que nos ayude y nos guíe
para encontrar el camino de la convivencia, de la sana intención, del bien
común; no podemos seguir matándonos entre mexicanos solo por el asqueroso
dinero, las rencillas y el dominio criminal de donde vivimos. ¡Ya basta!
¡Las familias de sesenta mil mexicanos muertos o
desaparecidos queremos paz! ¡Nuestra juventud está muriendo en aras de
nada! ¡Han entregado sus vidas sin ninguna razón trascendental, sin ningún
ideal, sin ninguna causa justa! No es a balazos y con aniquilación sistemática,
como resolveremos los problemas sociales que nos acosan; ya que el mal solo
genera más mal y eso no debemos permitirlo.
Desde nuestro propio espacio, sea cual fuere éste,
debemos promulgar el bien, debemos hacer ‘cosa nuestra’ la bondad; debemos
proclamar el amor cristiano con nuestros hechos, con nuestras obras, con
nuestras intenciones. Desde nuestro
lugar de trabajo –sin importar cual sea– debemos buscar el bien; desde nuestra
familia –sin importar tamaño o condición– debemos proyectar el Amor de
Cristo.
Nadie nos va a sacar del tremendo problema de valores
que tenemos en México, ni los poderes ejecutivo, legislativo o judicial; ni los
poderes ocultos del mal; ni los medios masivos de comunicación. Todos esos son los que nos han hundido en
esta inmundicia que vivimos. SOLO LAS
FAMILIAS MEXICANAS, SOLO LOS MEXICANOS QUE CUIDAMOS EL BIEN COMÚN, SOLO LOS
MEXICANOS, UNIDOS TODOS, PODREMOS REVERTIR LOS ENORMES MALES QUE NOS AQUEJAN.
Sí, me preocupa mucho mi País, mi querido México.
Orar sirve, oremos por México.
De todos ustedes, con afecto en Cristo.
Antonio Garelli
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De Milagros y Diosidencias.
Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.
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