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sábado, 5 de septiembre de 2015

ARCÁNGELES Y ÁNGELES

¡Alabado sea Jesucristo!

México, D. F., Septiembre 6 del 2015.

ÁNGELES  Y  ARCÁNGELES

Muy estimados todos en Cristo Jesús:

Si hay ‘algo’ que define perfectamente el nombre de nuestro Blog “De Milagros y Diosidencias”, éstos son los seres espirituales y celestiales que conocemos como Ángeles y Arcángeles; pues, en todos los casos en que sabemos de su presencia en la Tierra, vinieron por Mandato Divino, luego entonces, una Diosidencia; y para nosotros, siempre es un Milagro  la visita de uno de estos ‘Hijos de Dios’.

Toda la tradición semítico-hebraica-israelita-judía vertida en el Antiguo Testamento Bíblico, y desde luego la Tradición Cristiana –que inicia con las narraciones de Los Santos Evangelistas en el Nuevo Testamento– tienen importantísimos eventos encabezados por Ángeles o Arcángeles, relacionados con hombres y mujeres elegidos por Dios para el cumplimiento de sus mandatos. 

El Ángel del Señor” es una expresión que leemos y repetimos en muchas ocasiones, refiriéndonos indistintamente a Arcángeles y Ángeles.  Bíblicamente solo conocemos el nombre de tres de ellos: Rafael (Libro de Tobías), Gabriel (Evangelio según San Lucas) y Miguel (El Apocalipsis de San Juan); sin embargo, hay cientos de ocasiones en que La Sagrada Biblia hace mención de Ángeles. La Tradición de la Iglesia Católica nos enseña acerca de SIETE ARCÁNGELES: los tres ya mencionados, más Barachiel, Saeltiel, Jehudiel y Uriel.

¡Denle ‘click’ a los siguientes ‘Links de la Fe’! y agréguenle una hoja más al libro del conocimiento bíblico-tradicional propio, que llevan en su corazón (o en su cerebro, como quieran); “Para la mayor gloria de Dios”.  

La existencia de los Ángeles está ligada a nuestra vida POR MANDATO DIVINO, toda vez que CADA UNO DE NOSOTROS TIENE SU PROPIO ‘ANGEL DE LA GUARDA’; lo creamos o no, él está allí para auxiliarnos, para protegernos, especialmente contra el Demonio.  Todo es cuestión de que le invoquemos:

“Ángel del Señor, que eres mi custodio:
Puesto que la Providencia Soberana me encomendó a ti,
Ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname es este día.” Amén

O, la otra, todavía más bonita:

“Ángel de la Guarda, dulce compañía,
 no me desampares, ni de noche ni de día.
Las horas que pasan, las horas del día,
 si tú estás conmigo serán de alegría.
No me dejes solo, sé en todo mi guía;
 sin ti soy chiquito y me perdería.
Ven siempre a mi lado, tu mano en la mía.
¡Ángel de la Guarda, dulce compañía!


Orar sirve, oremos por México.

De todos ustedes, con afecto en Cristo.

Antonio Garelli



También me puedes seguir en:


De Milagros y Diosidencias.  Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.

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