¡Alabado
sea Jesucristo!
México, D. F.,
Septiembre 30 del 2015.
MATERIALIDAD Y
ESPIRITUALIDAD
Muy estimados todos en Cristo Jesús:
Me ha dolido tanto el ‘trato tan material’ que dieron los testigos al fallecido cuerpo de
mi Madre, que quiero comentar con ustedes la inmensa diferencia que existe
entre la secta de testigos de Jehová y la Santa Iglesia Católica. Para empezar, hay que analizar las
enseñanzas.
Los testigos no creen en el ascenso de nuestra alma a
la Casa del Padre, al Cielo; ellos creen que mueren y permanecen enterrados o
guardados, hasta la Resurrección de los Muertos. En la Resurrección reciben el Juicio Final:
los buenos son enviados al Paraíso durante mil años; y los malos son enviados
al fuego eterno. Después de esos mil
años en el Paraíso, los que no pequen nunca, se ganan la Vida Eterna, pero siempre
en la Tierra; nunca van al Cielo. Los
únicos dignos del Cielo, fueron los 144,000, El Resto; que seguramente ya se
agotaron, por lo que todos los testigos de hoy solo alcanzarán la Vida Eterna
en la Tierra.
¡Pura materialidad! ¡No hay ni un ápice, ni un
momento, ningún pensamiento espiritual! ¡Nada que trascienda este mundo ni sus
ámbitos físicos! Esto es terrible, pues la Persona Humana es Alma y cuerpo; espíritu
humano para contactar con Dios, y materia corporal para contactar con el cosmos
sensible. ¡No creen en el Cuerpo Glorioso en que será transformado el nuestro,
para tener acceso al Cielo y gozar de la presencia de Dios! No hacen nada en su vida humana digno de la
trascendencia, de la espiritualidad, de la santidad y la Divinidad. ¡Son pura
cosa física!
Por eso en el velatorio todos llegaban, se saludaban
entre ellos y se dirigían al féretro en el que se encontraba el cuerpo
desfallecido de mi Madre, solo para verla, solo para recordarla en su
materialidad humana. ¡Qué horror de
secta, capaz de ‘cosificar’ de tal manera a sus adeptos!
¡Léanme bien testigos: SÍ HAY VIDA EN EL CIELO PARA
LOS JUSTOS, PARA TODOS; PARA LOS MILLONES Y MILLONES DE SERES HUMANOS JUSTOS
QUE HAN VIVIDO, QUE AHORA VIVEN Y QUE VIVIRÁN!
¡¡NO IMPORTA CUÁNTOS MILLONES DE JUSTOS HAYA, TODOS IRÁN AL CIELO, no
solo 144,00 ‘ungidos’!!
¡El Resto y los ‘ungidos’ son solo una más de las falacias
que te enseña la sociedad para mantenerte atado, como hicieron con mi
Madre! A ella le quitaron La Esperanza,
Don Divino que nos es dado en el Sacramento del Bautismo; y que ella, a Dios
gracias, tenía. ¡Mi Madre murió sin la esperanza de acceder a Dios en el Cielo! Pero los que le enseñaron eso y con ello la
extorsionaron, estoy seguro que irán al infierno, porque eso merecen.
Entérate, apréndelo bien; el Magisterio de la Iglesia
Católica lo enseña con amplitud, con trascendencia, con espiritualidad. Nuestro Credo lo señala vehementemente: “CREO
EN LA RESURRECCIÓN DE LA CARNE”.
¡No te pases sin leer el enlace! ¡Dale ‘click’ para
que entres y goces del conocimiento de la verdadera Salvación!
Les pido por favor una oración el día de hoy, por la
salvación del alma de mi Madre.
De todos ustedes, con afecto en Cristo.
Antonio Garelli
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Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.
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