¡Alabado
sea Jesucristo!
Mayo 18 del
2014.
EL
PAPA SAN JUAN PABLO II
Y
LOS MEXICANOS (3 de 3)
Muy estimados todos en Cristo Jesús:
“EL PAPA TAMBIÉN ES
MEXICANO” ¡¡Cómo se le ocurrió decir
eso!! Solo los mexicanos queremos
ser mexicanos; todos los demás que quieren serlo, tienen un interés de por
medio. ¿El Papa con algún interés? ¡Por supuesto que sí! Esa inolvidable
tarde-noche, estaba San Juan Pablo II reunido con 125,000 almas en el Estadio Azteca; y las porras, los gritos de
alegría, las canciones y los bailes que le presentaron, le animaron tanto que
se quiso fundir en uno solo con todos aquéllos que le vitoreaban. . . ¡¡Y todos
eran mexicanos!! El Papa es mexicano; y dicho per él mismo.
Conozco muy pocos compatriotas
que no hayan salido a las calles a saludar y aplaudir al Papa Juan Pablo II, en
sus trayectos por esta enorme Ciudad de México; y los que conozco, se lamentan
mucho de no haberlo hecho entonces. Habrían vitoreado un Santo en vida.
Millones y millones de mexicanos lo hicimos en sus cinco viajes a México; y
muchos otros hasta realizamos grandes viajes con tal de verle, oírle y
sentirle. No hay con qué pagar esas
Gracias de Dios.
Cómo olvidar el
ingenio mexicano de porras y exclamaciones de alegría: “Juan Pablo II te quiere
todo el Mundo” – “Juan Pablo Hermano, ya eres mexicano” – “Juan Pablo II, te
vimos un segundo” – así como las
canciones y arreglos musicales que le prepararon un sinnúmero de artistas;
todas fueron éxitos musicales del momento.
No importaba cuándo
o en qué viaje; no importaba si jovial y apuesto o anciano y enfermo; no
importaba si cercano o lejano; no importa si cómodos o agotados por el sol y la
valla humana; LO IMPORTANTE ERA VERLO, encontrar su mirada, recibir su
bendición, alegrarnos con su sonrisa. Y
en las concentraciones multitudinarias, a madrugar o pernoctar a la intemperie,
pero lo importante era estar allí; para disfrutar al enviado de Dios.
Las estadísticas son
apabullantes por donde se las vea: 204 viajes a 129 países; cubriendo
centenares de miles de kilómetros. Mil millones de gentes lo vitorearon
personalmente. Nadie, ni cerca
está de estos números; y menos aún si es por la Evangelización de
Jesucristo. Y sin embargo, hubo países
que nunca visitó: ni Rusia, ni China, ni Mongolia, ni Corea del Norte; y casi
ninguno de los países musulmanes. Creo
que toda la cristiandad sí le vio.
Los viajes a México
le reconfortaban, le decía a la prensa; visitar a “La Morenita del Tepeyac”
(Nuestra Señora de Guadalupe), era como tener contacto físico y directo con la
Santísima Virgen María (y así es, efectivamente); a quien ya le había en-comendado su Pontificado con un lema
apabullante: Totus Tuus (Totalmente tuyo).
De los seis Papas
que conscientemente recuerdo, dos los recuerdo con especial amor: a Paulo VI
porque era ‘como de la familia’; y a
Juan Pablo II por sus 27 AÑOS DE PONTÍFICE, auténticamente un constructor de
puentes (que es el significado de pontífice) entre Dios y los hombres. Siempre le vamos a recordar, y ahorá más que eso, hasta le vamos a orar y rezar.
De todos ustedes,
con afecto en Cristo.
Antonio Garelli
De Milagros y Diosidencias.
Solo por el gusto de proclamar El Evangelio.
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