¡Venga Tu Reino!
Junio 7 del
2013.
LA
SUEGRA DE PEDRO
Muy estimados en Jesucristo:
El Milagro que consideraremos
hoy es como una estrella de muchas puntas: cada una avienta su luz en diferente
dirección; y esto es lo que la hace hermosa.
Es la curación de la suegra de Simón Pedro:
° ° °
“Cuando (Jesús)
salió de la sinagoga, se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre;
y le dijeron a Jesús acerca de sus males. Se acercó a ella y, tomándola de la
mano, la levantó. La fiebre la dejó de inmediato y ella se puso a servirle.”
Evangelios según San Mateo, San Marcos y San Lucas
(Mt 8, 14-15); (Mc 1, 29-31); (Lc 4, 38-39)
¿Cómo que la suegra
de Simón?, ¿qué él era casado? Sí, sí lo
era. Si San Mateo dice que tenía suegra,
es que era verdad (además, obviamente es Palabra de Dios). Déjenme aclarar este
asunto, con pura lógica deductiva:
Simón estuvo casado,
pero su mujer murió. Si la madre de la
esposa de Simón vivía con ellos, es porque la señora ya no tenía ningún otro
pariente cercano con quien vivir; ni esposo, ni hijo; ni hermano, ni hermana;
ni padre ni madre. Por eso vivía en la casa de su hija ya casada (algo que evitaban
las madres judías).
Debe entenderse
igualmente, que Simón está actuando caritativamente con su suegra, pues, aunque
la hija de la señora, que era la esposa de Pedro, ya había muerto, él ha
decidido mantenerla en su casa, precisamente porque la pobre mujer no tiene a
dónde ir; y quiere evitarle los sufrimientos de las viudas en Israel, que por
ser solas y desamparadas, pasaban a formar parte de una de las comunidades
menos comprendidas y más maltratadas de la sociedad judía; junto con los niños huérfanos
y los paganos o extranjeros.
No sabemos nada de
ella: ni su nombre, ni su edad, ni su origen; a pesar de que este evento lo
narran al mismo tiempo Los Tres Evangelistas Sinópticos. Lo que sí sabemos es que la santa mujer ha
sido el motivo (sin ella quererlo), de un Milagro de sanación de Cristo y ha
pasado a la posteridad por haber sido curada
y por su diligente atención al Señor.
En esto es en lo que
nos debemos de fijar: en que Cristo no hace nada más que tocarla y ella
recupera su salud; lo cual la ‘suegrita’ aprovecha y empieza a serviles. ¿Qué necesitó Jesucristo para curarla?, nada,
simplemente saber que tenía fiebre, querer sanarla y ejecutar su Divina
Voluntad de Bien. Igual que ha hecho en las anteriores ocasiones, es su
respuesta a la FE expresada por alguien; en este caso por Simón, y Andrés, y
seguramente, también por Santiago y Juan.
Ellos saben que Jesús la puede sanar, por eso le hablan de los males de
la suegra de Simón. Ellos están plenos de Fe, Esperanza y Amor.
Fe, porque creen en
Cristo, simple y llanamente; Esperanza, porque aguardan su benevolente acción
sanadora; y Amor, porque el bien que están solicitando no es para ninguno de
ellos, sino para alguien muy próximo a ellos; prójimo tangible. Por eso este es El Milagro de los Enfermos
Propios, de los que tenemos en casa; de los que tenemos muy cercanos; POR LOS
QUE HEMOS DE IMPLORARLE A CRISTO SU DIVINA ASISTENCIA, no para beneficio
propio, sino de ellos, alguien próx(j)imo a nosotros.
¿Cuántos enfermos
así tenemos en nuestra vida? ¿Cuántos de nuestro círculo familiar más estrecho:
padre, madre, hermanos (as); esposa, esposo, hijos e hijas? ¿Cuántos por los
cuales nunca hacemos nada, o peor aún, cuando lo hacemos es de mala gana? Y
nuestra oración, nuestra petición de ayuda, podría ser muy efectiva; y atendida
de forma expedita por el Señor, porque lo que estamos pidiendo no es para
nosotros, sino para un prójimo nuestro.
Igual que San Pedro,
fiel a la tradición cristiana que él mismo inicia, de acoger al desamparado; oremos
por nuestros enfermos o desvalidos, pidiendo por ellos sin beneficio propio y
con Fe sincera.
Suyo afectísimo
Antonio Garelli
De Milagros y Diosidencias. – Solo por el gusto de proclamar
El Evangelio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario