¡Venga Tu Reino!
Septiembre 25 del 2011
SEGUIMIENTO DE MISIONES
¡Amadísimos en Jesucristo!
¡Los gustos que yo me doy cada día de Seguimiento de Misiones, no me los quita nadie! Hoy, un magnífico grupo de más de cincuenta personas (mamás, papás, hijas e hijos de todas las edades), pertenecientes todos a Juventud y Familia Misionera de Mano Amiga de Chalco, me dejaron el corazón lleno de felicidad y la cabeza repleta de cuestionamientos. Cuando veo estos eventos, es cuando digo: qué bueno que Dios actúa. . . a pesar de nosotros!
Hace muy pocos años, muchos de ellos jamás habían misionado; hoy son expertos. Especialmente los señores (o sea, los papás), se aterraban cuando les tocaba conducir la plática o la meditación (algo que generalmente deciden las mamás, cuándo sucederá -como muchas otras cosas-); hoy, solitos ‘toman la palabra’. Sin duda, El Espíritu Santo está acostumbrado a ‘los miedosos’, solo hay que recordar a San Pedro; cómo era antes de recibirlo y cómo se transformó el día de Pentecostés: ¡fue su mejor discurso registrado! Así nos sucede en Misiones.
Hoy, eran esos mismos ojos que conozco, pero su mirada era diferente; esas mismas manos que estrecho al saludar (que sudan de nervios y tiemblan de miedo), pero ahora, serenas y firmes; esas mismas caras con expresión de duda, pero ahora sonrientes y amables. ¡Cuánto nos cambia la vida cuando sabemos que nos dejamos usar para el bien, cuando sabemos que somos ‘instrumentos del amor de Dios’! ¡Eso sentí hoy! Y después de sentir eso, uno… hasta se puede morir.
Lo que debió haberse hecho, ya se hizo. Ahora solo es cuestión de que se siga haciendo mejor. ¡Felicidades Misioneros!
Suyo afectísimo en Cristo
Antonio Garelli
De Milagros y Diosidencias. Solo por el gusto de proclamar el Evangelio.
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