“… Hazme un instrumento de tu paz …”
San
Francisco de Asís
Riviera
Maya, México; Septiembre 18 del 2024.
MÍSTICA
Por:
Lilia Garelli
“…En la Iglesia-Comunión los estados
de vida están de tal modo relacionados entre sí que están ordenados el uno al
otro…”
CHRISTIFIDELES LAICI (42)
“Vocación y Misión de
los Laicos en la Iglesia y en el Mundo”
Estimados en Cristo:
55. Estados de Vida y Vocaciones:
En este apartado San Juan Pablo II nos habla sobre los “obreros de la viña” que somos todos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos. “…Todos y cada uno trabajamos en la única y común viña del Señor con carismas y ministerios diversos y complementarios…” (SJPII – CFL No. 55).
El Papa nos explica cómo desde el mismo hecho del ser, antes de que siquiera participemos en el obrar, todos los cristianos somos como el sarmiento de la única vid fecunda que es Cristo y por lo tanto miembros del Cuerpo del Señor edificado por la fuerza del Espíritu Santo. Este punto de vista que el Papa profundiza, es del todo importante, porque nos lleva a valorar la necesidad de ser coherentes con nuestro ser cristiano y con el obrar recto que busque siempre la justicia y el amor, porque es lo que debe caracterizarnos a todo el Pueblo de Dios; por ello el Papa nos dice que en la Iglesia-Comunión de los distintos estados de vida, se relacionan entre sí y se complementan.
“…el de ser modalidad según la cual se vive la igual dignidad cristiana y la universal vocación a la santidad en la perfección del amor…” (SJPII – CFL No. 55).
En efecto, todos los estados de vida y las vocaciones entre los cristianos se deben complementar con los carismas de cada uno, ayudándose coordinándose adecuadamente para servir a la misión que Dios mismo les haya solicitado en el momento oportuno.
Para terminar este pequeño pero profundo apartado sobre el “misterio de comunión” de las diversas vocaciones, el Papa nos recuerda las preciosas palabras de San Ambrosio cuando narra a las diversas variedades de la viña del Señor:
“…Un campo produce muchos frutos, pero es mejor el que abunda en frutos y en flores. Ahora bien, el campo de la santa Iglesia es fecundo en unos y otras. Aquí puedes ver florecer las gemas de la virginidad, allá la viudez dominar austera como los bosques en la llanura; más allá la rica cosecha de las bodas bendecidas por la Iglesia colmar de mies abundante los grandes graneros del mundo, y los lagares del Señor Jesús sobreabundar de los frutos de vid lozana, frutos de los cuales están llenos los matrimonios cristianos…” (San Ambrosio, De Virginitate, VI, 34: PL 16,288. Cf San Agustín, Sermo CCCIV, III, 2; PL 38,1396).
56. Las diversas vocaciones laicales:
En este apartado el Papa nos va a hablar sobre las distintas manifestaciones que los estados de vida le dan a la vocación de los fieles laicos, entre ellas el Papa recuerda las palabras contenidas en la Constitución Apostólica del Papa Pio XII, llamada “Provida Mater Ecclesia” (2 febrero 1947) que nos dicen: “…el Espíritu Santo promueve también otras formas de entrega de sí mismo a las que se dedican personas que permanecen plenamente en la vida laical…”. Una de estas formas se llama “Institutos Seculares”; para entender mejor esta vocación laical me he remitido a investigar, encontrando esta explicación:
“Un instituto secular es un instituto de vida consagrada en la Iglesia católica, cuyos miembros, sin ser religiosos, profesan los tres consejos evangélicos, esto es, de castidad, pobreza y obediencia, por un vínculo sagrado, al cual llaman consagración, y en virtud del cual entregan la propia vida al seguimiento de Cristo, y al apostolado de la Iglesia, (que el mismo instituto secular les proponga), comprometiéndose en la santificación del mundo, trabajando desde dentro de él” (Wikipedia).
“El Catecismo de la Iglesia Católica, define un instituto secular como “un instituto de vida consagrada en el cual los fieles, viviendo en el mundo, aspiran a la perfección de la caridad, y se dedican a procurar la santificación del mundo sobre todo desde dentro de él” (CIC No. 928).
San Juan Pablo II nos ha ayudado a reflexionar sobre la vida cotidiana del laico y su deseo de crecer espiritualmente, por ello nos lleva al escrito de San Francisco de Sales llamado “Introducción a la Vida Devota” y que les recomiendo leer y meditar en esos momentos en que el alma nos pide acercarnos más a Dios; este precioso libro nos dice en una de sus páginas:
“…En la Creación Dios mandó a las plantas producir sus frutos, cada una “según su especie” (Gen 1,11). El mismo mandamiento dirige a los cristianos, que son plantas vivas de su Iglesia, para que produzcan frutos de devoción, cada uno según su estado y condición. La devoción debe ser practicada en modo diverso por el hidalgo, por el artesano, por el sirviente, por el príncipe, por la viuda, por la mujer soltera y por la casada. Pero esto no basta; es necesario además conciliar la práctica de la devoción con las fuerzas, con las obligaciones y deberes de cada persona…”
En efecto, hay todavía mucho que analizar con respecto a este apartado, por ello continuaremos en el próximo escrito.
“…Es un error pretender excluir el
ejercicio de la devoción del ambiente militar, del taller de los artesanos, de
la corte de los príncipes, de los hogares de los casados…”
San Francisco de Sales
Introducción a la Vida Devota I,
III, 1893
Afectísima en
Jesucristo,
Lilia Garelli
También me puedes seguir en:
diosidencias@gmail.com lilia.garelli@gmail.com
https://twitter.com/antoniogarelli y https://www.facebook.com/tono.garelli
www.demilagrosydiosidencias.blogspot.mx
Solo por el gusto
de proclamar El Evangelio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario