MÍSTICA - LILIA GARELLI (CFL-36)

“… Hazme un instrumento de tu paz …”

San Francisco de Asís

Riviera Maya, México; Agosto 7 del 2024.

 MÍSTICA

Por: Lilia Garelli

 

“…La Iglesia, como expresión de su misión, debe oponerse con firmeza a

 todas las formas de discriminación y de abuso de la mujer…” 

San Juan Pablo II - Christifideles Laici No. 49

Santa Ana y La Santísima Virgen María Niña

CHRISTIFIDELES LAICI (36)

“Vocación y Misión de los Laicos en la Iglesia y en el Mundo” 

Estimados en Cristo:

         Continuamos con el siguiente apartado de este Capítulo VI – Los Obreros de la Viña del Señor – Buenos administradores de la multiforme gracia de Dios:

         49.  Mujeres y Hombres:

En este apartado San Juan Pablo II desmenuzará el papel tan importante que cada uno de los seres creados por Dios a su imagen y semejanza, tienen en la edificación de la Iglesia y del sano desarrollo de la sociedad; por ello inicia con el importante papel que tiene “la mujer” dentro de la vida y la misión de la Iglesia.

Menciona cómo San Juan XXIII descubrió un signo en la figura de la mujer, en la cual era necesario restituir su dignidad personal, defendiéndola y promoviéndola, evitando todo tipo de discriminación y marginación por el simple hecho de ser mujer.  De esta manera, San Juan Pablo II comenta: “…Todavía queda mucho por hacer en bastantes partes del mundo y en diversos ámbitos, para destruir aquella injusta y demoledora mentalidad que considera al ser humano como una cosa, como un objeto de compraventa, como un instrumento del interés egoísta o del solo placer; tanto más cuanto la mujer misma es precisamente la primera víctima de tal mentalidad…” (SJPII – CFL No. 49).

Y añade lo que él mismo comenta en su Exhortación Apostólica “Familiaris Consortio”:  “…sólo el abierto reconocimiento de la dignidad personal de la mujer constituye el primer paso a realizar para promover su plena participación, tanto en la vida eclesial como en aquella social y pública…(…) que por parte de todos se desarrolle una acción pastoral específica, más enérgica e incisiva, a fin de que estas situaciones sean vencidas definitivamente, de tal modo que se alcance la plena estima de la imagen de Dios que se refleja en todos los seres humanos sin excepción alguna…” (SJPII – Exh. Ap. Familiarias Consortio No. 24).

Definitivamente, como bien nos recuerda el Papa, desde el tiempo postconciliar del Vaticano II la mujer es considerada de forma diferente al pasado, reconociendo que tiene una gran importancia la participación activa de la mujer en varios campos de apostolado de la Iglesia, de tal manera que puedan ser aprovechados sus dones y responsabilidades como una verdadera vocación específica para ser desarrollada en todo su entorno, como en su familia, trabajo, y apostolado en la Iglesia.

Recuerdo que. al inicio de mi participación en este blog, me pareció interesante reflexionar en temas que era urgente reestablecer en esta sociedad tan ofuscada en otros temas que la distraen de lo verdaderamente importante; uno de esos temas fue “La Familia”, tocando a cada uno de sus integrantes; en este caso recordaré algunos párrafos propios de las características de la “mujer”, tan solo para complementar el tema al que se refiere San Juan Pablo II con respecto a su colaboración en la formación de mejores seres humanos:

-       “Ser pedagoga por naturaleza”.  Efectivamente, toda mujer tiene el don de ser educadora nata, y esto es muy fácil de comprobar, de ella fluye de manera espontánea el deseo de guiar, corregir y mostrar el mejor camino a quien estuviere cerca de ella y en muchas ocasiones, de acuerdo a ese “sexto sentido” su percepción y experiencia, como buena formadora y consejera. 

Como madre de sus hijos

-         Educadora en la fe.  Madre de familia, no olvides que la “Iglesia Doméstica” es urgente retomarla en el hogar, no te afanes demasiado con otras cosas, las cosas de Dios son la mejor parte, y no te será quitada ni a ti ni a tu esposo e hijos… (Lc 10, 39-42).  La madre nunca olvida abrir el corazón de sus niños a la ternura de Dios, a la vida de Cristo. Se trata de una educación inicial que difícilmente puede ser suplida" (Homilía en Adidjan, Africa, mayo 10, 1980).

 

-         ¡Qué importante recordar tu papel como formadora!, medita las palabras de San Juan Pablo II, dando un mensaje por la paz en 1995:  "En la educación de los hijos tiene un papel de primerísima importancia la madre. Debido a la especial relación que la une al niño sobre todo en los primeros años de la vida, ella le ofrece ese sentido de seguridad y de confianza, sin el cual le sería difícil desarrollar correctamente su identidad personal, y después, establecer relaciones positivas y fecundas con los demás.

-         Educando para la vida - No olvides que eres el pilar de tu hogar, no importa si trabajas, la esencia de una madre es insustituible; todo aquello que enseñes a tus hijos, aunque te parezca sin importancia, y a pesar de que percibas que es malentendido, seguramente será apreciado más tarde, con el paso del tiempo, pero ahora no dejes de darles ese tiempo de calidad, lleno de amor y comprensión, sin confundir con la sobreprotección y justificación de sus errores.

-         Madre y padre a la vez - No importa si tu esposo trabaja tanto que es difícil compartir con él algunos momentos del crecimiento de tus hijos, San Juan Pablo II lo confirma dirigiéndose a la gente del mar en Compostela, España en 1982: “…Gracias a la madre, que debe ser padre y madre, se mantiene la continuidad del hogar, y se garantiza la educación de los hijos, se hace más soportable para toda la familia la espera por el regreso del padre. ¡Mujeres que me escuchan y que se encuentran en situaciones como la que he descrito: sientan el orgullo de su maternidad!"

-         Educando en la estabilidad emocional - ¡Qué importante es para toda madre de familia, educar a sus hijos en la estabilidad emocional!, hoy en día se conoce como “Inteligencia Emocional”, hace tiempo que varios psicólogos lo vienen estudiando y analizando, pero como madre de familia con una intuición propia, sabrá que es vital poder orientar y educar a sus hijos con respecto a sus emociones, a conocerse a sí mismos y aprender a conocer a los demás para socializar adecuadamente.  ¡Cuántos problemas se podrán evitar en el proceso de crecimiento de sus hijos si saben guiarlos en un sano razonamiento que les ayudará en un bienintencionado comportamiento!

-         Listos para formar una nueva familia:  Todo aquello que hayas sembrado a lo largo del crecimiento de tus hijos, indudablemente dará los frutos en la nueva familia que ellos vayan a formar.  Todos los principios morales y cristianos se verterán en las nuevas generaciones, tarde que temprano…  ¡Y ese será el mejor regalo a tu labor!

En el trabajo: 

-         Podemos encontrarnos todo tipo de personalidades en las distintas oportunidades de trabajo en las que podamos participar; de cualquier forma, la necesidad del ser humano requiere de tener confianza en alguien, y en ocasiones no está en la misma familia, por lo que seguramente se te presentará la necesidad de acoger, guiar, aconsejar a quien esté en un pozo profundo y no pueda salir por sí solo.  Nuevamente actuar con prudencia, delicadeza y principalmente discreción serán los valores que debas utilizar para ayudarlo.

Como consagrada:

-         Qué mejor que recordar las palabras de San Juan Pablo II, en su Carta a las Mujeres 1995: “…Te doy gracias, mujer-consagrada, que, a ejemplo de la más grande de las mujeres, la Madre de Cristo, Verbo encarnado, te abres con docilidad y fidelidad al amor de Dios, ayudando a la Iglesia y a toda la humanidad a vivir para Dios una respuesta «esponsal», que expresa maravillosamente la comunión que Él quiere establecer con su criatura…”

Afectísima en Jesucristo,

Lilia Garelli

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